Odón Elorza está molesto. No entiende ni comparte los pasos que bajo el mando de Pedro Sánchez está dando el PSOE para lograr la investidura. Durante el Comité Federal del PSOE del pasado sábado mostró sus profundas discrepancias sobre cómo se están haciendo las cosas y en las últimas horas las ha hecho públicas. Ni el proceso de toma de decisiones, ni el modo de comunicarlas ni la forma de consultarlas con la militancia le gustan. Elorza es, junto al presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García Page, -pese a que subraya que con marcadas diferencias-, una de las pocas voces que se han mostrado críticas en público con el modo en el que se propone acordar una amnistía con Puigdemont y la propuesta que el sábado se ratificó para recabar el apoyo de la militancia.

Elorza urge a preguntarse en el seno del PSOE por el “precio” y la “factura” que pagará el partido si no se corrige la estrategia seguida hasta ahora. Quien fuera secretario de Transparencia y democracia participativa del PSOE entre 2017 y 2021 considera que se debe explicar bien “de qué amnistía hablamos”, de su contenido, para dotar el acuerdo que se pueda alcanzar de “más credibilidad”: “Sobre todo cuando los socialistas la hemos negado, lo mismo que su constitucionalidad, hasta hace poco”, asegura.

Cuestiona uno de los argumentos esgrimidos por Sánchez por el cual la necesidad de una amnistía viene justificada por la búsqueda de la convivencia en Cataluña. Cree que ya estaba encaminada con los indultos y las reformas de la sedición y la malversación y que el paso que ahora se da es “por pura necesidad de hacer viable la investidura”. Elorza no duda en asegurar que es “el precio a pagar” para investir a Sánchez y para frenar “la involución” que proponen PP y Vox. Quien fuera alcalde de San Sebastián señala que la pregunta a hacerse debe ampliarse no sólo al impacto en la sociedad catalana sino a la convivencia en el resto del país, en las instituciones y a la “huella en el PSOE” que una amnistía “mal construida” y con una “gobernabilidad endiablada” pueda tener.     

Elorza afirma que la ley de amnistía que se apruebe deberá incluir en su preámbulo que “aquel proceso independentista fue contrario al Estado de Derecho” y por lo cual se impone al independentismo de su “no repetición” y el desestimiento y la renuncia de la vía unilateral. Para Elorza es un “error estratégico” del PSOE que no se haya señalado desde el primer momento la necesidad de asegurar estas garantías y que sea sólo una parte la que asume “un coste político” con este acuerdo. Subraya que la ciudadanía no podría entender una amnistía como el perdón de un Estado democrático “a quienes han repetido hasta la saciedad que lo volverían a hacer, que volverían a promover un proceso unilateral saltándose la Constitución”. Lamenta que hoy el acuerdo depende de Puigdemont “que como político no se ha ganado el respeto porque desprecia a España y la democracia”.

Un "giro radical" mal explicado

En su opinión haber actuado así deja al PSOE en una posición delicada en caso de que finalmente fracase el acuerdo y se tengan que repetir las elecciones. Señala que en ese ‘plan B’ el partido acudiría “con una gran debilidad” y con una evidente pérdida de credibilidad. Critica “nuestros silencios”, señala “nos dicen que por discreción”, como un elemento de la ausencia de plan alternativo tras el 23-J “que no ha existido”. Esta situación ha llevado al partido a volcarse “en el ‘Plan A’ para sacar adelante la investidura aun a riesgo de tener que pagar una peligrosa factura por una estrategia errónea” y una equivocada política de comunicación para explicar “nuestro giro radical sobre la amnistía”.

A Elorza tampoco le ha gustado el modo en el que se propone consultar a la militancia. Critica que represente realmente la democracia interna que se propuso aplicar el partido. Cree que se busca únicamente una “ratificación del acuerdo” con Sumar, que sigue aún condicionado por el resto de acuerdos con las formaciones que completarán el respaldo de la investidura. No comparte que se reclame el “apoyo en abstracto” a una negociación con el resto de partidos sin que se conozca su contenido, “se convierte en un trámite exprés de mera adhesión y sin debate de fondo”.

Elorza propone que se impulse una consulta a la militancia, pero sobre el acuerdo preciso que se plantee a los independentistas, “por ser la amnistía una decisión de extraordinaria trascendencia política”: “Es una obligación de nuestra democracia interna”. Además, Elorza propone la celebración de una conferencia extraordinaria en el plazo de seis meses sobre “la actualización y nueva configuración del Estado autonómico” ante los problemas de cohesión, financiación, ejercicio de competencias, coordinación, etc. que arrastra”.