Meghan Markle está preparando su vuelta a la vida pública. Así lo aseguran los medios británicos, que han denominado a esta reaparición como una "meghanaissance", en referencia al movimiento artístico del renacimiento. Desde que se cancelara su pódcast en Spotify y, por tanto, su acuerdo con el gigante de audio, se está esperando a que el matrimonio dé el anticipadísimo siguiente paso en su carrera.
En abril de este año, tras el estreno del documental en Netflix y tras la publicación de las memorias de Harry, Meghan Markle firmó un contrato de representación con la prestigiosa agencia WME. Junto a ella en el catálogo de estrellas de la empresa están Eddie Murphy, Gwen Stefani o el británico Liam Payne. Sin embargo, lo que sea que esté preparando de cara a su futuro profesional sigue siendo un misterio.
¿En qué consistirá la meghanaissance?
Algunos expertos aseguran que podría estar escribiendo un libro con su propia versión de la famosa ruptura con la Casa Real. A pesar de que Harry ya lo hizo, Meghan vivió episodios en los que su marido no estuvo presente. Otros hablan de una vuelta a la interpretación. La teoría de una supuesta incursión en política que se barajaba hace unos meses, en cambio, parece haberse dispersado.
Hay que tener en cuenta que, a pesar de que perdieron su contrato con Spotify, Meghan y Harry tienen todavía un acuerdo de producción con Netflix. En agosto, a través de su compañía de producción Archewell, comenzaron a trabajar en llevar a las pantallas el bestseller Meet Me at the Lake, una novela que tiene parecidos con su propia vida. Cuenta la historia de una pareja que se conoce a los 30 años y que lidia con el trauma de perder a un padre o la depresión postparto. Temáticas que, sin duda, resuenan con la pareja.
Su pasado está de moda en Netflix
A pesar del éxito de la serie Suits en Netflix de las últimas semanas, producción en la que aparece Meghan antes de casarse con el príncipe Harry, fuentes cercanas descartan que vuelva a ponerse ante la cámara. Es la segunda vez que un título protagonizado por la actriz arrasa, ya que su serie documental estrenada en diciembre de 2022 fue todo un hito. Sin duda, tras los récords que rompieron con su entrevista con Oprah cualquier producción posterior iba a ser esperadísima. En cambio, no todo sucumbe a esa anticipación y terrible curiosidad que despiertan.
En el caso de Suits, los expertos consideran que está triunfando por otros motivos. Razones que van desde la nostalgia hasta el cambio de paradigma de la televisión actual, pasando por la ausencia de nuevos productos debido a las huelgas de Hollywood.
Crisis en su compañía
Meghan y Harry han reiterado, una y otra vez, que quieren seguir llevando una vida pública y "de servicio" pero sin perder la posibilidad de mantener una vida privada y familiar. Por eso no sería de extrañar que continuaran su trabajo detrás de las cámaras como ya hicieron con el documental Heart of Invictus.
Además de la crisis en Hollywood, Meghan y Harry se han enfrentado a una crisis de activos en su compañía. En el último año han perdido a varios de los profesionales clave en su empresa: el oscarizado productor Ben Browning, que se encargó de revisar el proceso de su docuserie; abandonó el proyecto. También Fara Taylor, líder de la campaña de marketing para promocionar sus diferentes proyectos. Y Nishika Kumble, con quien trabajaron durante menos de dos años en proyectos de televisión guionizada, ha sido otra de las que ha dejado el equipo.
Esto, sumado a que no está claro el proyecto que quieren seguir, ha causado algo de confusión entre sus principales apoyos. En teoría, Meghan Markle no quiere convertirse en otra Reese Witherspoon, que a través de su productora se dedica a comprar derechos de libros y convertirlos en películas. Tampoco quiere ponerse ante las cámaras como Brad Pitt ni dirigir como Olivia Wilde.
Pero sí quiere "un poquito de Reese, un poquito de Gwyneth [Paltrow, fundadora de la empresa Goop], algo de la princesa Kate y un poco de Gloria Steinem", comentan desde Page Six.
Harry va por otro sitio
En verano se publicó que el príncipe Harry había viajado por su cuenta a África, donde estaba grabando otro documental. El hijo del rey Carlos III quiere seguir trabajando con las causas que más ocupaban su agenda cuando tenía un papel activo en la Familia Real británica. Por eso el esfuerzo con los militares heridos en los Invictus o su insistencia en seguir colaborando con África. También es evidente la intención de seguir los pasos de su madre, cuyas imágenes en las minas antipersona aún resuenan.
In 1997, Diana, Princess of Wales visited Huambo, Angola, to bring global attention to the effect of landmines on people’s lives.
— The Royal Family (@RoyalFamily) September 27, 2019
22 years on, The Duke walked along the bustling street which was once the minefield where his mother was pictured. pic.twitter.com/r8jOsCISf1
Pero lo cierto es que en los últimos meses las únicas ocasiones en las que hemos visto a los príncipes Harry y Meghan han sido disfrutando de su tiempo libre (con alguna excepción). Partidos de baloncesto o conciertos como el de Beyoncé, la pareja se ha rodeado de los mejores círculos y no tiene miedo en dejarse ver. Todo ello mientras continúan los rumores de que sus planes fracasan y su matrimonio se acaba.
Y este fin de semana no ha sido diferente. El matrimonio ha estado en Las Vegas en un concierto de Katy Perry, donde los fans la han grabado bailando al ritmo de Roar. Para la ocasión, Meghan Markle se puso un vestido de Valentino que vale más de 6.000 euros, por lo que no les debe ir mal.
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