El pasado sábado 4 de noviembre, el PSOE sometió a consulta de la militancia el acuerdo con Sumar y en su pregunta incluyó el pacto con otras fuerzas políticas. Dicha consulta estaba preparada como colofón de un calendario perfectamente diseñado, en el que justo el día previo a la votación se harían públicos los acuerdos con los independentistas, que incluirían además de la amnistía, acuerdos en materia de cesión de competencias y de financiación de la Generalitat. Hecho así, la militancia socialista votaría con conocimiento de causa sobre la oferta de amnistía y todo quedaría cerrado, de forma que se pudiera convocar el pleno de investidura inmediatamente.
ERC ha hecho su parte: libran a los suyos de las penas económicas, “la pela es la pela”
Así se iba cumpliendo el guion el viernes 3 de noviembre, cuando de forma inesperada Puigdemont y Junts se negaron a firmar el acuerdo y se sacaron de la manga lo que en el sur llamamos los “poyaques” (los flecos que siempre aparecen en las obras, “pues ya que estamos aprovechamos y …”), una casuística de amnistías que incluyen hasta delitos de corrupción. “Y dos huevos duros” dirían los hermanos Marx. A partir de ahí, largas y más largas, de forma que en estos momentos no hay acuerdo, ni investidura y la partida de póker sigue jugándose.
¿Y cuál es la situación de los jugadores? Por una parte, tenemos a ERC. El viernes firmaron el acuerdo en él que figura, en primer lugar, la amnistía y en segundo lugar la cesión de Rodalies (la cercanías de RENFE en Cataluña), además de compensaciones monetarias y una quita del 20% de la deuda de la Generalitat con el Estado. Recordemos que Cataluña era en 2022 la comunidad más endeudada con 10.876,5 euros por habitante y que el alivio de la deuda es una cuestión fundamental. Con el acuerdo, ERC ha hecho su parte, libran a los suyos de las penas económicas, “la pela es la pela”, y obtienen mejoras competenciales y económicas, como exigen sus obligaciones al presidir la Generalitat. Game over.
Con la salida de la partida de ERC, en el juego solo quedan PSOE y Junts. Estos últimos y el impenitente Puigdemont, han estado dando señales negociadoras, con fotografías y reuniones, haciendo ver a todo el mundo que iban a llegar a un acuerdo. Sin embargo, ese mismo día 3 apareció Chico Marx y sus “dos huevos duros”, y lo que iba a ser blanco pasó a ser negro, con lo que la investidura volvió al montón de asuntos pendientes.
¿Y si Puigdemont ha ido siempre de farol y jamás ha pensado llegar a ningún acuerdo con el PSOE?
Desde hace un tiempo me rechina la permanente sonrisa socarrona de Puigdemont y, como ya publiqué en alguna otra tribuna, he intentado escudriñar el porqué de esa sonrisa sin tener mucho éxito en encontrar una explicación. Hoy voy a intentar la enésima: ¿y si Puigdemont ha ido siempre de farol y jamás ha pensado llegar a ningún acuerdo con el PSOE? ¿Qué pasaría si fuera así?
En estos momentos, los miembros de Junts son los beneficiarios principales de la potencial ley de amnistía del pacto PSOE-ERC, y lo son sin haber firmado nada con el PSOE. Si la ley se aprobase, Puigdemont podría volver a España y presentarse a las elecciones sin haber pactado nada con ningún partido español y sin realizar ninguna renuncia a la unilateralidad, ni explícita ni implícita. Puro e indómito Puigdemont volvería y pronunciaría la famosa frase de Tarradellas “Ja sóc aquí”. En ese caso, si Puigdemont hubiera tenido definida desde el primer momento esa estrategia, su sonrisa sería porque iba de farol y todos se lo habían creído. Y si es así, ahora la sonrisa de Puigdemont probablemente sean carcajadas viendo en los telediarios a los CDRs neofascistas actuar todas las noches en Madrid.
El PSOE está compuesto y sin novio, a la espera de que Puigdemont desoje la teórica margarita
Por su parte, en estos momentos, el PSOE está compuesto y sin novio, a la espera de que Puigdemont desoje la teórica margarita. Con un comportamiento negociador totalmente honesto y con la garantía de la militancia, el PSOE ha puesto encima de la mesa todas sus cartas y se la ha jugado políticamente al firmar el acuerdo con ERC. Sin embargo, no ha sido correspondido en la buena fe en el caso de Junts, que cuando tenía pactado el acuerdo y listo para la firma se ha descolgado, generando una transitoriedad que está aprovechando la derecha para acosar al PSOE desde todos los frentes. En estos momentos mi sensación es que el PSOE ha sido engañado por Junts.
Mientras tanto la derecha ha entrado en una deriva trumpbolsonarista. Está desatada y hace uso de cualquier arma a su alcance: sus Jueces en el Consejo General del Poder Judicial han entrando en estado de locura colectiva e informan sobre leyes inexistentes; sus contactos en los cuerpos y fuerzas de seguridad aceleran cualquier proceso judicial al coste de poder incurrir en errores en sus informes que después los hagan inútiles; su vedette judicial, García Castellón, se inventa imputaciones de aforados; y Feijóo peregrina en olor de multitudes acusando a Sánchez de cualquier ignominia que se le ocurra. No obstante, lo peor es la irresponsabilidad y el daño a la democracia y a la imagen de España que supone la promoción de las tácticas kale borroca promovidas por Vox y sus adláteres, con el apoyo de soslayo del PP, y sobre todo las llamadas de Abascal a la insurrección de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Eso sí, al menos algo ha merecido la pena: haber visto a Esperanza Aguirre de perroflauta, promoviendo un “rodeemos Ferraz” y cortando el tráfico. “Cosas veredes, amigo Sancho, que farán fablar las piedras”
Obviamente, la situación no puede seguir así: la derecha enfrentándose a la policía en las calles y pidiendo su sublevación; los y las ciudadanas desconcertados por el espectáculo general; y el país con un proyecto de gobierno estable y viable, pero a expensas de un grupo político que disfruta con la inestabilidad de España. Tampoco pueden seguir así, noqueados, el PSOE, el PSC y la militancia socialista.
Los socialistas tenemos que salir del desconcierto, aceptar que nos han engañado y volver a tomar las riendas de la situación
Los y las socialistas tenemos que salir del desconcierto, aceptar que nos han engañado y volver a tomar las riendas de la situación. Y para ello, solo hay un camino: convocar inmediatamente el Pleno de Investidura, sin esperar al acuerdo con Junts. No podemos continuar en esta agonía, hay que descubrirle ya el farol a Puigdemont y los suyos, para que se vean obligados a decidir si quieren votar a favor de Pedro Sánchez e intentar beneficiarse de una posible amnistía, o votar en contra y jugársela en unas segundas elecciones, en las que si la derecha obtuviera los diputados necesarios, y Vox y Abascal se incorporan al gobierno, los perseguirían hasta el final de mundo para llevarlos a los tribunales y a la cárcel.
Ha llegado el momento de cerrar la partida y decir “no va más”. El PSOE debe pedir el Pleno de Investidura y llevar a votar a Junts. Si hay gobierno ahí estaremos y si no lo hay, iremos a las elecciones a pedir una mayoría suficiente para evitar que los nacionalismos antagonistas sigan impidiendo el gobierno de España.
Luis Ángel Hierro es ex diputado del PSOE-A y catedrático de universidad. En 2021 disputó las primarias del PSOE-A a Juan Espadas y Susana Díaz
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