Cualquiera que alguna vez haya ido a un festival de música en España conoce, o al menos le suena, el nombre de Crystal Fighters. Sus directos son una gran celebración donde electrónica, folclore y ritmos del mundo se mezclan para dar lugar a un particular fiesta hippie divertida, bailable y buenrollista que ha caracterizado a la banda desde sus inicios. Son británicos, pero gran parte de su reputación se la han labrado en nuestro país, y no es solo porque una de sus integrantes tenga antepasados vascos (Laure Stockley), Gilbert Vierich, multiinstrumentista y fundador del grupo, dice que tiene su propia teoría.

Los Crystal Fighters están en plena promoción por el lanzamiento de su último álbum 'Light+' que, en palabras de los miembros de la banda, es "un regreso a sus propias raíces con más amor, vida y energía". Sebastian Pringle, líder y cantante principal, y Gilbert Vierich atienden a El Independiente en la librería Crazy Mary en pleno Barrio de Las Letras, donde sus atuendos tribales y psicodélicos ponen algo de color sobre el gris y otoñal cielo de Madrid.

Rodeados de libros, Gilbert reconoce sin ningún pudor que, como mucho habrá leído un par de ellos en su vida. Sebastian sí que se declara amante de la lectura, el último que ha pasado por sus manos ha sido Of Water and the Spirit (Malidoma Somé), que cuenta la historia de un niño africano que fue secuestrado a los cuatro años por los colonos cristianos y acaba escapándose del convento para regresar a su tribu para convertirse en chamán.

Algo más introvertido y de apariencia reflexiva, Sebastian refleja cierto grado de timidez en sus huidizos ojos azules. Durante la conversación, toma la voz cantante, aunque vacila antes de cada respuesta, pensando bien en lo que quiere contar. Gilbert es más espontáneo, su carácter enérgico acompaña la dureza de sus rasgos, su altura y contundencia corporal intimidan, aunque su gran sonrisa suaviza cualquier sensación amenazante. Con más decisión y asertividad que su compañero, responde solo cuando se siente aludido, pero su español es algo más limitado y en la mayoría de preguntas se limita a escuchar y asentir.

Sebastian Pringle y Gilbert Vierich, de Crystal Fighters
Sebastian Pringle y Gilbert Vierich, de Crystal Fighters en la librería Crazy Mary de Madrid. | ISRAEL CÁNOVAS

Pregunta.- ¿Qué nos encontramos en 'Light+'?

Gilbert: Más amor, más vida, más energía, todas las cosas que Crystal Fighters hacen pero de forma amplificada.

Sebastian: Sí, esa fue la idea, volver a las raíces de la banda, mezclando todas nuestras influencias, desde la antigüedad y la música de los mitos, hasta los géneros modernos de hoy en día. Está todo.

P.- ¿Cómo ha sido esa vuelta a los orígenes?

Sebastian: Ha habido un auténtico viaje desde la composición hasta la producción. En este álbum queríamos trabajar a partir de un equipo pequeño, pero al mismo tiempo con muchos músicos, porque somos una gran familia. Para la creación hemos querido trabajar con amigos cercanos y productores que conocíamos bien, es una forma de sentir la comunidad y la energía en el estudio para expresarnos de forma libre. En 'Light+' todos formamos parte de todo.

P.- Una de las cosas que más llaman la atención de vuestro estilo es esa falta de prejuicios a la hora de mezclar y fusionar géneros, instrumentos, culturas… ¿Qué os aporta esta libertad expresiva?

Sebastian: Nos emociona la música que se hace en todo el mundo, es algo inherente a la humanidad. En cada cultura tienen su propia forma de hacer música y a nosotros nos encanta viajar, encontrar diferentes instrumentos, estilos, grabar en la calle a músicos, aprendemos de todos los sonidos, incluso los de la naturaleza, e intentamos utilizar todo eso en nuestra música. Nosotros solamente tomamos lo que escuchamos e intentamos hacer algo especial y único con todo ello.

P.- ¿Cuál es el punto en común que está en todos ellos y que más os aporta?

Sebastian: Creo que el ritmo, es una de las cosas más importantes. Como dijo James Brown en la película aquella (Get on Up, 2014), todo en música es ritmo (drums). La vida misma tiene su propio ritmo, los días, las noches, la luna, el sol. Nosotros nos fijamos sobre todo en eso, el ritmo, da igual lo que sea, la batería, los coros, la letra, eso es lo que nos da la energía.

P.- En la música electrónica, sobre todo en la escena indie, ha encontrado otro filón en la electrónica más minimal, ¿cómo convive vuestra forma de entender la música con esta tendencia?

Sebastian: Nosotros nos fijamos en todo lo que se está haciendo, de hecho creo que este álbum es más minimal de lo normal para nosotros (Gilbert se ríe). Normalmente metemos un montón de capas, pero sí tratamos de ser más minimal, pero a veces con tantas ideas distintas, géneros, estilos, tradiciones que metemos es difícil ser tan minimal. También es un sonido rico, que tiene mucho en lo que pararse y vale la pena escuchar muchas veces, escuchar las diferentes lecturas que tiene ese disco.

La IA nunca reemplazará todo aquello que amamos de la música

P.- ¿Cómo sentís este disco en vuestra trayecto?

Sebastian: Estamos muy felices, es nuestro favorito de los cinco y la gente está respondiendo muy bien.

P.- Es importante que cada disco nuevo sea el favorito.

Sebastian: Normalmente pasa, pero no siempre (se ríe).

Sebastian Pringle y Gilbert Vierich, de Crystal Fighters en el Barrio de Las Letras de Madrid.
Sebastian Pringle y Gilbert Vierich, de Crystal Fighters en el Barrio de Las Letras de Madrid. | ISRAEL CÁNOVAS

P.- Por otro lado, está el tema de la Inteligencia Artificial, no sé si habéis visto el revuelo que se ha formado con lo que ha pasado con Bad Bunny, ¿qué pensáis de este fenómeno?

Sebastian: También le ha pasado a Drake o The Weekend.

Gilbert: Creo que es genial, la música se ha convertido en algo muy barato y fácil de hacer, todo el mundo puede producir música hoy en día. De hecho, pienso que no todo el mundo debería producir. Las cosas que amamos de la música, el auténtico talento, el arte verdadero, no vienen de alguien que graba algunos clips de audio y los junta para hacer un tecno-bit. Espero que la IA se ocupe de esta música genérica y acabe suplantando a todos estos pseudo-producers. Así, toda esta música genérica que los grandes sellos fabrican para sonar en la radio seguirá existiendo, pero estará hecha por máquinas. Esto puede servir como filtro para dejar el camino libre a los artistas de verdad, porque la IA nunca reemplazará todo aquello que amamos de la música. Creo que es algo bueno y debemos abrazar la tecnología para ayudarnos a hacer música, porque no todo el mundo en la industria necesita ser productor, y si la IA va a hacer que sea menos interesante serlo, creo que puede ser algo bueno para la música, o eso espero.

Sebastian: Controvertido...

P.- Es una forma optimista de verlo

Sebastian: ¿Cuál es tu punto de vista?

P.- Creo que este debate nos invita a replantearnos dónde está el verdadero talento de los creadores y, a partir de ahí, puede obligarnos a ser mejores.

Gilbert: Todas las tareas básicas podrán hacerse con máquinas. A lo mejor no hay tanta gente que tiene que ser periodista o productor musical. Creo que lo mejor para la sociedad es que haya más gente que dedique su tiempo a descubrir, pensar e investigar, en lugar de hacer tareas básicas. Si una máquina puede hacerlo, puedes usar ese tiempo para hacer cosas más productivas para el mundo. Ya veremos...

Sebastian: Son tiempos interesantes, pero la vida siempre ha sido interesante, siempre hay algo nuevo que amenaza la creatividad: los móviles, los ordenadores... Los seres humanos nos adaptamos y evolucionamos usando la tecnología. A saber qué preocupaciones tendremos de aquí a cinco años.

P.- Hemos hablado de la música, ahora hablemos de las letras, ¿dónde encajan la luz, la esperanza y el amor en un mundo donde parece que no hay futuro?

Sebastian: Creo que lo importante es ver la belleza de la vida, siempre ha existido la oscuridad, el yin y el yang. Lo importante es saber dónde quieres poner el foco, a nosotros nos encanta estar en la naturaleza y vivir desde la positividad para exprimir y experimentar la vida.

P.- Todo el mundo tiene una idea de lo que es Crystal Fighters, vuestros conciertos son sinónimos de buen rollo, diversión y bailes, ¿os identificáis con esta reputación?

R.- Es algo muy guay, cuando empezamos con la banda en 2007 no teníamos nada de dinero, vivíamos como podíamos, sin calefacción en una casa-almacén en Londres, escribíamos canciones y solo queríamos estar en un sitio bonito con sol, cantando, frente a un montón de gente y disfrutando de la vida. Imaginábamos estar ahí en el futuro y al final ha sucedido. Creo que eso es un ejemplo de haber podido manifestar aquello que queríamos conseguir y que el universo nos ha dado. La gente piensa en nosotros en la forma en la que nos gustaría que pensaran en nosotros y eso es maravilloso.

Sebastian Pringle y Gilbert Vierich, de Crystal Fighters en la librería Crazy Mary de Madrid.
Sebastian Pringle y Gilbert Vierich, de Crystal Fighters. | ISRAEL CÁNOVAS

P.- ¿Venís mucho por aquí, cuál es vuestra relación con España?

Sebastian: Es genial, amamos esta península. Nos encanta la diversidad que hay, la gente es muy abierta y tiene muy buen gusto musical. Nos sentimos siempre muy queridos y estamos muy agradecidos de poder referirnos a este país como nuestra segunda casa, es el lugar donde más nos gusta tocar.

P.- Precisamente en España tenéis un nombre hecho, sobre todo, a base de festivales, ¿qué significan para vosotros los festivales?

Sebastian: Nos encantan. Los festivales son lugares mágicos, donde acude gente de diferentes partes del planeta, hay mucha energía, conexión y sincronicidad. Es muy bonito para nosotros ser parte de eso, ser parte de la banda sonora y las vibraciones que crean el buen ambiente de los festivales.

Los españoles son una comunidad muy sociable, en la que el baile tiene mucha importancia, nadie es demasiado tímido

P.- ¿Cuáles son vuestros favoritos en España?

Sebastian: El Pirineos Sur es muy bonito.

Gilbert: Arenal Sound, Benicasim (FIB), la Mercé en Barcelona, Heineken Jazzaldía en San Sebastián, hay muchos. El año que viene tocaremos en les Arts de Valencia, el Granada Sound. Realmente no importa mucho el nombre o la localización, lo importante es el público, el cartel, las vibras y la energía, a lo mejor un año un festival es muy bueno y al año que viene no tanto. Para nosotros el siguiente festival siempre es el mejor.

P.- ¿Qué hace que Crystal Fighters conecte tan bien con el público español?

Gilbert: Tengo dos teorías, la primera es el increíble espíritu de libertad que se disfruta en toda la Península Ibérica, los españoles son una comunidad muy sociable, en la que el baile tiene mucha importancia, nadie es demasiado tímido, tienen una expresividad abierta y libre, y eso encaja muy bien con nuestra música. Por otro lado, a nosotros nos gusta mezclar música antigua con música más moderna, y en España hay una tradición muy importante de música folclórica de la que nosotros bebemos mucho. Aparte del buen ambiente, creo que también disfrutan de estas referencias a la tradición y la música folclórica.

P.- Acabáis de sacar el álbum, ya hemos podido escucharlo, y ahora viene la gira, ¿qué puede esperar el público de los próximos directos?

Gilbert: En todos nuestros shows tratamos de poner mucha energía y pasión, establecemos una especie de matrimonio sagrado entre el público y la banda, nosotros les transmitimos energía, ellos nos la devuelven y de repente creamos juntos una tormenta de energía en la que, por un momento, todos olvidamos nuestras preocupaciones. Aunque el show, el setup o los músicos sean diferentes, siempre intentamos conseguir esa conexión con el público, por lo menos hasta que tengamos 60 años y acabemos haciendo acústicos.

Sebastian: Nah seguiremos en pie bailando y cantando.