Aún continúa siendo un misterio por qué OpenAI decidió despedir de manera fulminante a su CEO, Sam Altman, para volver a contratarlo solo cinco días después. En su momento, la junta directiva se limitó decir que ya no confiaban en la capacidad de Altman para seguir dirigiendo la empresa por su falta de "sinceridad". Pero no especificaron nada más. Y eso ha sido, precisamente, lo que ha provocado que los rumores se disparen.

A las muchas hipótesis que se barajaban, Reuters ha añadido una nueva. Y es que este jueves la agencia de noticias británica ha publicado un artículo donde asegura que el despido de Altman estuvo estrechamente relacionado con una carta que algunos trabajadores de OpenAI enviaron a la junta directiva de la empresa, en la que alertaban de algo preocupante.

"Varios investigadores escribieron una carta a la junta directiva advirtiendo sobre un poderoso descubrimiento de inteligencia artificial que, según dijeron, podría amenazar a la humanidad, según explicaron a Reuters dos personas familiarizadas con el asunto. Esta carta, de la que nadie había hablado antes, y el algoritmo de IA fueron clave para que la junta destituyera a Altman", asegura la agencia de noticias.

Según Reuters, la carta fue una razón más dentro de una "larga lista de quejas" que la junta directiva de OpenAI tenía contra Altman. Entre ellas, se encontraba también la preocupación de estar comercializando productos con inteligencia artificial sin "comprender cuáles serían sus consecuencias". Y fue la suma de todo lo que acabó provocando que decidieran prescindir de él.

No obstante, Reuters admite que no han podido acceder a la carta. Y asegura que los trabajadores que la escribieron han declinado hacer cualquier tipo de comentario al respecto. Exactamente lo mismo que OpenAI, que no ha querido hacer declaraciones a pesar de que la agencia británica contactó con la empresa.

Sin embargo, las fuentes consultadas por Reuters aseguran que OpenAI, en mensajes internos dirigidos a sus empleados, sí reconoció que antes del despido de Altman hubo una carta dirigida a la junta directiva de la empresa. En esos mensajes, que fueron escritos por Mira Murati, una ejecutiva de la empresa, se alertaba a los trabajadores de que esta historia saldría publicada en los medios. Pero no se detallaba cuál fue el contenido de la carta ni su papel en el despido de Altman. Es decir, que ni lo confirmaban ni lo desmentían.

Un nuevo proyecto

En los mensajes enviados por Murati también se mencionaba un proyecto llamado llamado Q* (pronunciado Q-Star). Las fuentes de Reuters apuntan a que podría tratarse de un "gran avance" en la búsqueda de la startup destinada a lo que se conoce como inteligencia artificial general (AGI), que la propia empresa define como "aquellos sistemas autónomos que superan a los humanos en la mayoría de las tareas económicamente valiosas".

El proyecto Q*, según las mismas fuentes, ha podido resolver recientemente algunos problemas matemáticos del nivel de educación primaria. Y esto hizo que los investigadores de OpenAI se mostraran muy optimistas con el futuro. Porque aunque la IA generativa puede actualmente escribir y traducir textos de manera más que aceptable, las matemáticas se consideraban una "frontera" de esta tecnología.

"Conquistar las matemáticas (donde sólo hay una respuesta correcta) implica que la IA tendría mayores capacidades de razonamiento, que se asemejarían a la inteligencia humana. Los investigadores de IA creen que esto podría aplicarse, por ejemplo, a investigaciones científicas novedosas", recogen desde Reuters.

La diferencia entre esta tecnología y una calculadora sería que Q* tendría la capacidad de entender y de aprender, lo que le llevaría a resolver un número ilimitado de operaciones. No obstante, de nuevo la propia agencia admite que no pudieron verificar de manera independiente las capacidades de Q*.

Incógnitas

En la carta que los trabajadores de OpenAI dirigieron a la junta directiva de la empresa se detallaban los peligros y el potencial de la IA. Pero las fuentes de Reuters no han querido especificar el contenido exacto del texto. Lo que genera, de nuevo, más incógnitas en una historia ya de por sí rocambolesca. Pero lo que sí quisieron confirmar múltiples fuentes a la agencia británica es la existencia de un equipo de "científicos de IA", que estarían explorando cómo optimizar los modelos de IA existentes para mejorar su razonamiento.

En ese sentido, Reuters asegura que Altman "lideró los esfuerzos para hacer de ChatGPT una de las aplicaciones de software de más rápido crecimiento en la historia y atrajo la inversión -y los recursos informáticos- necesarios de Microsoft para acercarse a alcanzar la AGI. Y recuerda que el CEO de OpenAI bromeó al respecto la semana pasada en una cumbre de líderes mundiales, justo un día antes de ser despedido.

"Cuatro veces en la historia de OpenAI, la más reciente en las últimas dos semanas, he estado en la sala cuando. en cierto modo, empujamos el velo de la ignorancia hacia atrás y la frontera del descubrimiento hacia adelante. Poder hacer eso es el honor profesional de mi vida", afirmó Altman en la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico. Justo después, estalló un terremoto que aún estamos tratando de comprender.