Dirige desde hace siete años Adnoc, la petrolera del emirato de Abu Dabi y la duodécima del mundo. Pero también rige los designios de la Cumbre del Clima que arranca este jueves en Dubái, capital del ocio de Emiratos Árabes Unidos. Un doble rol de jugador y árbitro que, desde su designación al frente de la COP28, ha estado jalonado de críticas y recelos: Sultan al Jaber, el hombre que preside la conversaciones encaminadas a reducir las emisiones de dióxido de carbono causantes del cambio climático se halla al timón de la compañía que presume de llevar a cabo el quinto mayor plan de expansión del negocio del gas y petróleo del planeta. Una ecuación que a primera vista resulta imposible de conciliar en un año de calor extremo, sequías, incendios forestales e inundaciones que ha mostrado con crudeza los estragos del calentamiento global.

“Es un enorme conflicto de intereses tener al jefe de una compañía petrolera presidiendo las negociaciones climáticas globales”, replica en conversación con El Independiente Richard Pearshouse, director de Medio Ambiente de Human Rights Watch. A las suspicacias iniciales que sembró su elección en enero se han sumado en la recta final hacia la COP28 la filtración de unos documentos que sugerían que Emiratos Árabes Unidos planeaba aprovechar la cita anual que se desarrolla hasta el 12 de diciembre para cerrar acuerdos de petróleo y gas.

Sultan al Jaber, presidente de Adnoc y la COP28, en un acto reciente.

Bajo sospecha

Este miércoles, en vísperas del inicio, Al Jaber -que también preside Masdar, la empresa de energías renovables de Emiratos con inversiones en más de 40 países- negó que fueran sus intenciones. “Son acusaciones falsas, incorrectas e inexactas. Es un intento de socavar el trabajo de la presidencia de la COP28. Déjenme hacerles una pregunta. ¿Creen que Emiratos o yo mismo necesitaríamos la COP o la presidencia de la COP para establecer acuerdos comerciales o relaciones comerciales? Durante los últimos 50 años este país se ha construido en torno a su capacidad para tender puentes y crear relaciones y asociaciones. Nadie en este mundo ha podido llegar a dominar la capacidad de crear relaciones beneficiosas para todos y asociaciones fructíferas y productivas como este pequeño país y esta joven nación”, deslizó.

Adnoc es la empresa con el mayor exceso de emisiones en el mundo

En mitad de un huracán que no resulta nuevo, Al Jaber -doctor en economía y negocios por la universidad británica de Coventry de 50 años- dijo estar comprometido “con una sola cosa”: “Mi agenda de la COP28 es cómo podemos adoptar colectivamente, por primera vez en la historia, una mentalidad que se centre en la implementación y la acción para mantener el 1,5 l objetivo marcado en el Acuerdo de París de 2015 de conseguir que la temperatura global no supere el 1,5ºC respecto a los niveles preindustriales] al alcance de la mano. Ahora bien, a veces me dicen que hable con gobiernos y compañías de petróleo y gas para ejercer presión, y otras veces me dicen que eso no se puede hacer. Así que estamos condenados si lo hacemos, pero también si no lo hacemos. Por una vez respeten quiénes somos, lo que hemos logrado a lo largo de los años y el hecho de que hemos sido claros, abiertos, honestos y transparentes sobre cómo vamos a llevar a cabo este proceso de la COP”.

Unas declaraciones que no convencen a las organizaciones ecologistas, a la luz también de las decisiones que Jaber ha adoptado al frente de la petrolera emiratí. Según The Global Coal Exit List, el listado que elabora la ONG alemana Urgewald, la Abu Dhabi National Oil Co. (Adnoc) cuenta con el quinto mayor plan de expansión de extracción de petróleo y gas del planeta. Sus previsiones de producción para los próximos siete años equivalen a 9.000 millones de barriles de petróleo. “Si observamos el escenario de emisiones netas cero de la Agencia Internacional de Energía, que traza el camino para mantener vivo el límite de París de 1,5 °C, Adnoc es la empresa con el mayor exceso de emisiones en el mundo: 8.300 millones de barriles de petróleo que planea producir la compañía no están alineados con París”, comentan a este diario desde Urgewald.

Este movimiento que vigila e investiga a las petroleras del mundo también observa con preocupación “el doble papel” de Al Jaber, originario de Umm al Quwain, uno de los siete emiratos que conforman la federación. “Nos preocupa que su doble función cree un conflicto de intereses flagrante e insuperable que ponga en peligro las negociaciones climáticas globales. La información que ha ido saliendo de la Presidencia de la COP en los últimos meses apunta hacia compromisos débiles y voluntarios, que no son lo que nuestro planeta cada vez más caliente necesita”, esbozan.

Si quiere hacer bien su trabajo como presidente de la COP, debería apoyar el movimiento hacia el fin de los combustibles fósiles. Sin embargo, esto va en contra de sus intereses como representante de una de las petroleras más grandes del mundo

"Houston, tenemos un problema"

Contra quienes recelan de su desempeño, Jaber alega que nadie como él para convencer al lobby petrolero. Recuerda que dos meses después de serle encomendada la presidencia de la COP28, acudió a Houston (Estados Unidos) para participar en un acto organizado por la industria energética. Frente a un millar de asistentes, con algunos de los ejecutivos de la industria de los combustibles fósiles, el emiratí instó a los suyos a controlar las emisiones. “Houston, tenemos un problema”, declaró en un guiño a la célebre frase de un astronauta a bordo de una nave que sufrió daños durante la misión Apolo 13 en 1970. “Nunca en la historia un presidente de la COP se ha enfrentado a la industria petrolera", declaró recientemente al diario británico The Guardian. “Que el petróleo y el gas y las industrias con altas emisiones no estén en la misma mesa es incorrecto. Tienes que reunirlos a todos. Necesitamos reimaginar esta relación entre productores y consumidores. Necesitamos este enfoque integrado”, agregó.

Una aproximación posibilista que abraza, con reservas evidentes, Santiago Woollands, analista de política climática del NewClimate Institute. “Hay dos escenarios posibles: el primero es que puede ser que al jefe de Adnoc como presidente de la COP se genere un conflicto de interés. Si quiere hacer bien su trabajo como presidente de la COP, debería apoyar el movimiento hacia el fin de los combustibles fósiles. Sin embargo, esto va en contra de sus intereses como representante de una de las petroleras más grandes del mundo, que tiene un interés en seguir produciendo y vendiendo combustibles fósiles por el mayor tiempo posible. Si gana el interés comercial de Adnoc, veremos poco movimiento desde la presidencia de la COP”, explica en conversación con este diario.

El segundo, no obstante, pasa por la necesidad de que "los petroestados y las grandes petroleras también comiencen a moverse, y para eso va a ser importante tener gente dentro de ellas comprometida con el cambio que se necesita”. “Quizás resulte bueno tener a alguien que conoce en profundidad el mundo de los combustibles fósiles y sabe cómo iniciar un cambio desde adentro. Solo al final de la COP vamos a saber cuál de estos escenarios será la realidad”, admite Woollands. La filtración de documentos que apuntaban al uso de la cumbre para culminar nuevos contratos de Adnoc no alimenta los pronósticos más esperanzadores. “Viendo que incluso durante las negociaciones sobre el clima ya hay reuniones planificadas para hacer tratos de gas y petróleo, esto genera dudas sobre el compromiso que pueda haber sobre los temas que más queremos ver en la agenda, como por ejemplo un acuerdo sobre el fin de los combustibles fósiles”.

El reto de demostrar su compromiso

Las dos próximas semanas, la letra final y la intensidad de lo acordado, servirán para dirimir el efecto que Jaber -en su insólito papel de juez y parte- ejerza sobre la Cumbre del Clima que por segunda vez se celebra en Oriente Próximo, tras la edición previa en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij. “Necesitamos reducir la brecha entre la ambición y la acción. Quienes prometieron, deben cumplir. Quienes se comprometieron, deben actuar”, pidió este miércoles. “Haré que todos los países y todas las partes interesadas rindan cuentas para mantener el objetivo de 1,5°C dentro de nuestro alcance”, advirtió.

Haré que todos los países y todas las partes interesadas rindan cuentas para mantener el objetivo de 1,5°C dentro de nuestro alcance

A juicio de Woollands, “el escenario ideal sería una reacción clara y definitiva desde el liderazgo de la COP frente a un año récord en temperatura, que mueva al mundo hacia el modo de emergencia”. “Un escenario más realista pero todavía positivo sería que en esta COP se lograran acuerdos claros sobre visiones globales para lograr ciertos objetivos como el acordar el fin de los combustibles fósiles, triplicar las energías renovables, duplicar la eficiencia energética o acordar el fin del carbón. Y además, y esto es muy importante, que se logren acuerdos para financiar estos objetivos, especialmente en países en desarrollo”, enumera.

En su etapa como presidente de la COP28, Al Jaber ha tratado de acercar posturas entre China y Estados Unidos, los mayores emisores de carbono del mundo. En octubre reunió en Abu Dabi a más de 60 altos ejecutivos de la industria del petróleo, el gas, el cemento o el aluminio para tratar de alcanzar un acuerdo de reducción de las emisiones. Su reto continúa siendo avanzar en el final de los combustibles fósiles frente a las reticencias de países como Emiratos, que abogan por mantenerlos con el uso de tecnología para capturar sus emisiones mientras las energías alternativas se desarrollan y los sustituyen.

"Un modelo único no funcionará, por lo que debemos ser flexibles y ágiles. Debemos aumentar la ambición y mantener 1,5 como nuestra estrella polar para que nadie pierda de vista", recalca Al Jaber. Para ecologistas como Pearshouse, “existe un lado positivo en esta deplorable situación”: “el papel de la industria de los combustibles fósiles está en el centro de atención. La pregunta ahora es si los países acudirán a Emiratos preparados para enfrentar esa cuestión y pedir una eliminación gradual de los combustibles fósiles en el documento final”.