Tras más de dos décadas en pantalla, Cuéntame cómo pasó se despidió este miércoles 29 de noviembre de La 1. Y lo hizo con un final circular que posiblemente haya seducido a algunos seguidores confusos por los grandes saltos temporales de esta última temporada, que ha dedicado a cada uno de sus personajes una entrega.
El adiós de esta serie ha sido, al igual que el resto de sus temporadas, no solo un espejo de la historia española, sino también un retrato incómodo de las familias con sus conflictos por herencias, diferencias ideológicas, brechas generacionales, sentimientos de culpa o desamor.
El último capítulo se ambienta en el año 2001 y, como se hace a veces en las propias reuniones familiares, deja al margen la política de la época —marcada por José María Aznar— más allá de mostrar el atentado del 11S a través de un televisor y elige un cierre humano, centrado en los personajes y en cómo cada uno de estos lidia con sus circunstancias.
Y probablemente una de las escenas más recordadas del final será la que precede a la defunción de la abuelísima, Herminia (María Galiana), cuyo entierro se pudo ver en el primer capítulo de esta temporada. La matriarca decidió unos capítulos antes dejar de tomar sus medicinas para acabar de manera natural, algo que tenía en un sinvivir a Merche (Ana Duato).
Pero lo hace con los deberes hechos: en la boda de María (Carmen Climent) y Jorge (Carlos Serrano-Clark) se despidió de la mayoría de ellos, pero le faltaba uno. Por ello, pidió que Carlos (Ricardo Gómez) y Karina (Elena Rivera) vuelvan al pueblo, Sagrillas, en Albacete, para decirles adiós a ellos también, aunque en ese momento no lo saben.
Y el personaje se marca un dos por uno: decide hablar con el joven de sus últimas voluntades y se permite darle algún consejo, pero también regala a los espectadores una de las escenas más emotivas y entrañables que se han visto en televisión.
Herminia enseña a los mayores a reconciliarse y a los jóvenes a vivir sin prisa
Tras preocuparse por si su nieto es feliz, comenta que los jóvenes son felices a ratos, porque viven con prisas, "pero esos ratitos son muy buenos": "Vosotros tenéis buena salud, pero también mucha ansia, siempre se sueña con tener algo más", comienza.
Sobre el paso del tiempo, Carlos comenta que ha dejado de reír como antes, y su abuela le insta a hacerlo más. "¿Tú te ríes con Karina? En mi época, los matrimonios no se reían. Yo no recuerdo reírme con tu abuelo, la abuela Pura no nos dejaba. En los momentos duros es cuando hay que reírse, porque en los buenos no tiene mérito", le aconsejó.
Después, y en un claro homenaje a la manera en la que Antonio (Imanol Arias) se refiere cariñosamente a Merche, identifica a un milano sobrevolando el cielo y habla del amor, cerrando un círculo al comparar la relación entre Merche y Antonio con la que hay entre Karina y Carlos.
"Karina te mira como siempre. Ella es para ti como tu padre era para tu madre", añade, con una sonrisa. Además, y después de que su nieto le reproche que haya dejado de tomar sus medicamentos; comenta que "unos se van y otros se vienen" en alusión al embarazo de Karina, algo que ella había percibido pero que Carlos no sabía aún.
También le pide a su nieto que diferencie entre "querer" y "necesitar", haciéndole ver que no la necesita para vivir y que la familia podrá seguir sin ella. Entonces, comenzó a ponerle deberes al escritor.
Herminia le encomendó que, a su funeral, nadie acudiese de luto "pero tampoco de fiesta", que no hubiese coronas de flores "porque son horrorosas" y que todos aquellos que vayan bailen para celebrar la vida. Y después llegó la parte difícil, que Carlos reconcilie a la familia tras años separada marcados por la ausencia de él mismo, pues marchó a Estados Unidos.
"Quiero que reúnas a los hermanos. No están unidos. Tú les ves bien porque no les ves. Quiero que te encargues de arreglar esto. se han dicho cada cosa... ya ni siquiera hacemos la paella los domingos. Tú conoces la historia de la familia, puedes hacer que siga hacia delante. Eres escritor, has sabido contarlo, tienes que hacer que ocurran cosas buenas para luego escribirlas", insistió Herminia.
"Tienes que hacer que ocurran cosas buenas para escribirlas"
Tras esto, se despiden, ella queda recostada e, instantes después, fallece.
Como era de esperar, Carlos consigue fácilmente que la familia renuncie al luto, pero le cuesta más que encuentren puntos en común: Inés Alcántara (Irene Visedo) está a la defensiva, Merche no para de llorar a su madre y Toni (Pablo Rivero) tiene la cabeza con los recientes atentados de Estados Unidos.
"Todo lo que he vivido ha sido por vosotros y creo que por eso llevo un tiempo sin escribir nada", dice Carlos, intentando que dejen a un lado sus diferencias. Tras apuntar cómo precisamente en los atentados, para despedirse, las víctimas se dedicaron a escribir "te quiero" a sus familiares en lugar de discutir por herencias, consigue que estos reaccionen, aunque mantienen sus rencillas.
Finalmente, todos se reúnen en la verbena del pueblo y, cuando Karina sube al escenario para cantar una nada casual Cómo han pasado los años de Rocío Dúrcal; la magia ocurre y Toni e Inés hacen las paces. En las siguientes secuencias, Carlos se réune con sus amigos de la infancia.
La serie empieza y termina el 13 de septiembre de 2001
Esto ocurre el día 13 de septiembre, que por supuesto no es un día cualquiera, sino la fecha en la que se emitió el primer capítulo de la serie, haciéndose con 4.314.000 espectadores y un 29,4% de share. En ese momento, sin plataformas y con una oferta mucho menor, la televisión era otra.
Con todo, el penúltimo capítulo de su recta final, Herminia, el legado, se hizo con 1.314.000 espectadores y logró una cuota del 12,2% de share. Como broche final y tras la despedida del narrador de la serie, Carlos Hipólito, aparecen algunos de los rostros más importantes de la serie, alguno de los cuales ya no están, como Tony Leblanc, Enrique San Francisco, Fernando Fernán Gómez y Eduardo Ladrón de Guevara, uno de los creadores de Cuéntame cómo pasó, fallecido el mismo día del final de la serie a los 80 años.
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