En los grandes cambios sociales como los que estamos viviendo a causa del calentamiento global entran siempre en juego actores que promueven reacciones que frenan su evolución. Con una transición energética en juego, demandada y reconocida por la ciencia y los 194 partes o países que forman parte de la COP 28, chocan los intereses que quieren acelerarla y los que hacen lo posible por frenarla.
El poderoso lobby petrolero siempre ha estado presente en las cumbres del clima, pero según las evidencias científicas se han ido acumulando y la urgencia climática, en paralelo, ha incrementado la presencia de representantes de este grupo de interés, bien en forma de miembros de petroleras o de fundaciones o think tanks.
Según un estudio de la coalición Kick Big Polluters Out (KBPO), publicado hace apenas una semana, en los últimos 20 años los delegados de las mayores empresas contaminantes de petróleo y gas del mundo y de sus grupos comerciales han asistido, al menos, a 7.200 reuniones de la ONU sobre el cambio climático.
Las organizaciones medioambientales llevan tiempo denunciando que es un completo sinsentido, tener clara la dirección de la transición mientras se permite que estas compañías presionan desde dentro para dinamitar algunos acuerdos, o al menos tratar de que sean menos ambiciosos. Pero Naciones Unidas no tiene a día de hoy ningún tipo de norma que regule el conflicto de intereses en estas reuniones.
El informe de Kick Big Polluters Out (KBPO) detalla que en ese tiempo Shell fue compañía que más personal envió a estas cumbres (en total, contaron con 115 pases facilitados por la ONU). Según se expone en el estudio, esta empresa se "jactó" de influir directamente en el resultado de la COP21, donde se firmó el Acuerdo de París. Y además, gasta "millones de dólares al año" en grupos de presión para "debilitar la acción climática".
Las 20 principales empresas identificadas en el estudio tienen su sede en el hemisferio norte. Algo que implica, para los autores, que las empresas de los países que más emisiones mundiales provocan son las que dominan las negociaciones sobre el clima, e intentan maniobrar para favorecer los intereses de los combustibles fósiles. Algo que afecta directamente a las comunidades del sur global, que son las que menos han contribuido a la crisis climática.
Viajan a la cumbre dentro de delegaciones, como si fueran gobiernos. Así que pueden acceder a todas las reuniones
Pedro Zorrilla, greenpeace
A pesar de todo, el informe asegura que estos datos son solo la punta del iceberg. Por un lado, porque muchos de estos delegados no declaran su "afiliación". Es decir, que no informan sobre las organizaciones para las que trabajan o los intereses que representan. Y por otro, porque además del lobby de la industria fósil las cumbres climáticas también cuentan con presiones de otros grupos empresariales, como el financiero, la agroindustria o el transporte.
Para Miguel Golmayo, experto militar español en temas energéticos y autor de La sangre que mueve el mundo (Ariel), la presencia de las petroleras en la COP es normal en tanto que son los principales actores de la transición energética. “Los que manejan el petróleo no van a renunciar a los miles de millones inversiones. No es realista pensar que vas a cambiar el mix energético del mundo sin contar con las petroleras que además son las que están invirtiendo en las energías renovables. Vamos a dejarnos de propaganda barata, ¿Hace falta la transición? Sí, pero con sentido común. Pretender que los grandes inversores participen en la transición y no pongan una serie de condiciones, es absurdo”, afirma.
Pérdida de credibilidad
Tres días antes del inicio de la COP de Dubái la BBC publicó una noticia que iba incluso más allá. Según la cadena británica, no es que las empresas petroleras planearan favorecer sus intereses en la cumbre. Es que Emiratos Árabes Unidos, que ejerce la presidencia en esta ocasión, pretendía utilizar las reuniones para ofrecer acuerdos petroleros a varios países.
"Utilizar las negociaciones para cerrar negocios privados no me lo esperaba. Pero tampoco me extraña si lo pienso fríamente", asegura Pedro Zorrilla Miras, portavoz de Greenpeace. "Seguramente públicamente no salga nada, pero tristemente estoy seguro de que ese tipo de conversaciones se van a producir en la COP. Y también de que muchos países estarán dispuestos a mantenerlas", añade.
No es realista pensar que vas a cambiar el mix energético del mundo sin contar con las petroleras
Miguel golmayo
Zorilla lamenta que ya ni siquiera "disimulen". Y se muestra convencido de que esto socava un poco más la credibilidad de este tipo de reuniones, que ha caído en los últimos años, según explica, por tres motivos. Primero, por la lentitud en la toma de decisiones. Segundo, porque las declaraciones que se hacen no se acompañan con hechos. Y tercero porque todos los acuerdos que se alcanzan deben aprobarse por consenso, algo que supone que las decisiones sean, en muchas ocasiones, poco ambiciosas.
El portavoz de Greenpeace afirma que el lobby petrolero no se compone únicamente de empresas que se dedican a la extracción y comercialización de petróleo gas y carbón. A su juicio, los gobiernos de los países donde estos recursos son claves, así como las empresas que tienen acuerdos comerciales con la industria fósil (como las compañías de aviación) también ejercen presión en las cumbres climáticas.
Acceso a toda la información
"La presión para excluir a los representantes de la industria fósil es cada vez mayor. Nosotros lo llevamos años reclamando. Pero aún así el año pasado, en la COP 22, estas empresas llevaron a las reuniones más de 600 delegados, unas cifras superiores a los de cualquier país. Y este año en Dubái el presidente de las negociaciones es Sultan al-Jaber, que es directamente el director de la compañía petrolera estatal de los Emiratos Árabes Unidos", recuerda Zorrilla.
Según explica, las ONGs medioambientales ya se pusieron de acuerdo en el pasado para firmar un acuerdo, utilizando el formato "habitual" utilizado por la ONU, para impedir su participación. Pero por el momento, los representantes del lobby de los combustibles fósiles siguen teniendo acceso a todas las negociaciones.
"Viajan a la cumbre dentro de delegaciones, como si fueran gobiernos. Así que pueden acceder a todas las reuniones, incluidas las que están vetadas para la prensa y las asociaciones. Tienen acceso a toda la información. Y como muchos países pequeños no tienen personal para acudir a todas las negociaciones, muchas veces ejercen como si fueran sus representantes. Es como si en una reunión de la OMS sobre el cáncer participaran las empresas tabacaleras", resume Zorrilla.
El portavoz de Greenpeace considera "hasta cierto punto" normal que estas empresas traten de proteger sus intereses. Pero asegura que eso es una cosa, y que redacten la legislación a su antojo, otra bien distinta. "Esto se puede ver en muchas reuniones de la UE, donde los gobiernos avanzan en una dirección y en el último momento rebajan mucho las exigencias. Y también en España. Aquí el Gobierno quería aumentar los impuestos a las compañías energéticas, que están alcanzando beneficios extraordinarios, y salió Repsol a hacer declaraciones durísimas asegurando que dejaría de invertir aquí", concluye.
Debemos reconocer la amenaza de la información falsa y la desinformación como lo que es: una barrera a la cohesión, a la acción y a un futuro habitable para todos
Jennie King, investigadora de CAAD
Desinformación en redes sociales
El otro campo de actuación del lobby petrolero, además de la incidencia política en las reuniones políticas, es la desinformación para el gran público y es en la redes sociales, donde no hay intermediación de periodistas que puedan contrastar la información, donde más acomodo encuentran.
La Coalición de Acción Climática contra la Desinformación (CAAD, por sus siglas en inglés) señala en su tercer informe Negar, engañar y retrasar que la inversión publicitaria de la petroleras en Meta (antes Facebook) está entre los 4,13 y los 5,21 millones de dólares.
“Los anuncios de negacionismo y las campañas virales que rechazan el consenso científico no sólo socava el apoyo público, sino que erosiona cada vez más la confianza en las instituciones y tiene consecuencias violentas”, afirma Jennie King, investigadora de CAAD. “Debemos reconocer la amenaza de la información falsa y la desinformación como lo que es: una barrera a la cohesión, a la acción y a un futuro habitable para todos", añade.
Según este informe el contenido publicitario en Meta de empresas como Shell, ExxonMobil, BP y TotalEnergies suele hacer hincapié en la sostenibilidad u otras credenciales "socialmente progresistas" de las grandes empresas del sector del carbón o de los Estados petroleros en cuestión. “Y ello a pesar de que las empresas petroleras y gasísticas sólo invertirán el 1% del total mundial en energías limpias en 2022, según un informe publicado la semana pasada por la Agencia Internacional de la Energía” destaca el texto de CAAD.
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