Concha Velasco, la chica ye-yé, ha dejado este mundo con 84 años y, tras de sí, la estela de una mujer libre que amó, sufrió y disfrutó de la vida hasta el final. Sus amores cuentan la historia de una España en plena transición y hablan de la liberación de las mujeres, desde dentro hacia fuera.

Manolo Escobar fue su primer amor, aunque se quedó en platónico. Juntos compartieron multitud de escenas en cinco películas diferentes, pero aunque Concha pudiera sentir algo por su compañero de reparto, él estaba perdidamente enamorado de su esposa, Ana.

Manolo Escobar y Concha Velasco en una escena de 'Me debes un muerto', comedia de 1971
Manolo Escobar y Concha Velasco en una escena de 'Me debes un muerto', comedia de 1971.

La otra

En cambio, el matrimonio no fue impedimento para José Luis Sáenz de Heredia, director de cine y primo hermano de José Antonio Primo de Rivera. A pesar de estar casado y tener hijos, su relación con Concha Velasco mantuvo duró una década, y a su amante le regaló el que fue el primer piso de la actriz en Madrid.

Un affaire secreto, pero públicamente conocido por todos. La actriz tenía solo 21 años cuando comenzó y se llevaban 28 años de diferencia. Concha no quería ser la otra, pero José Luis no estaba dispuesto a dejar a su mujer alegando que sus valores católicos se lo impedían. Todo terminó repentinamente cuando la intérprete conoció a Juan Diego cuando ambos formaron parte del elenco de Llegada de los dioses, de Buero Vallejo, en 1970.

Los rumores dicen que la química que surgió entre ellos dinamitó la relación de Concha con Heredia y de Juan Diego con Ana Diosdado. Y así pasó la actriz de una relación con un falangista al amor por un comunista. "Juan Diego era arrasador, combativo, te hacía tomar conciencia y te hacía tomarla de forma apasionada, me hizo descubrir a los 31 lo que tenía que haber vivido a los 18", contaba la actriz en sus memorias, El éxito se paga.

El sueño de una familia

Su romance enfadó a José Luis Saénz de Heredia, que según cuentan apareció un día en el teatro Lara hecho un basilisco y dispuesto a saldar cuentas. Por suerte, la sangre no llegó al río, y la relación entre Concha Velasco y Juan Diego continuó, marcada por la pasión y la reivindicación: "Me ocurrió lo mismo que a nuestro país: viví una transición política", aseguraba ella. Hasta que la actriz se dio cuenta de que no conseguiría con su compañero, que tenía un hijo de una relación pasada, la familia tradicional que ansiaba.

Tampoco la encontró en Fernando Arribas, director de fotografía, que estaba casado y tenía un hijo. Sin embargo, de su relación secreta nació Manuel en 1975, el primer hijo de Concha, que lleva sus apellidos porque era madre soltera. El mismo año se murió Franco, pero tuvieron que pasar años para que las mujeres pudieran tener hijos sin dar explicaciones sobre quién era el padre.

En 2021, durante una aparición en Sábado Deluxe, Concha Velasco descubrió por fin al mundo quién era el padre de su hijo, un secreto que había mantenido escondido tantos años. Se habían enamorado rodando Las largas vacaciones del 36, y cuando ella se quedó embarazada le pidió matrimonio. Fue entonces cuando descubrió que ya estaba casado, pero decidió protegerle.

Concha Velasco con su hijo mayor, Manuel, en una foto de archivo
Concha Velasco con su hijo mayor, Manuel, en una foto de archivo. | EUROPA PRESS

El matrimonio llegó y fue un desastre

Un año después apareció en la vida de Concha Velasco "un amor incontrolable", que es como ella misma calificaba su relación con Paco Marsó. "Ese que te nace de la sangre. Y te derrites de amor pero estás en un infierno de celos, y le cuentas todo, pero sabes que lo anterior casi casi no pasó, no dejó huella, no importa nada", explicaba.

Paco Marsó era aspirante a actor, pero se conformó con ser productor. Se casaron en 1977 y la novia estaba radiante, enamorada y feliz. No lo estuvo tanto unas horas más tarde cuando el novio no apareció por casa en la noche de bodas. Concha llamó a su suegra, preocupada, y esta le dijo que ya se acostumbraría.

Su matrimonio fue un "compendio de todas las grandes pasiones", según sus propias palabras. En las tres décadas que estuvieron casados la engañó, la dejó en la ruina y las peleas por la envidia que Paco sentía por el éxito de su mujer eran constantes. La actriz quiso divorciarse en los 90, pero retiró la demanda. No fue hasta 2010 cuando se hizo oficial, y a finales de ese mismo año el productor falleció de un derrame cerebral.

Concha Velasco, en el escenario del Teatro de la Latina
Concha Velasco, en el escenario del Teatro de la Latina. | Josefina Blanco/Europa Press

Paco Marsó no supo querer a Concha Velasco

"Paco es parte profunda e importante de mi vida y lo único que de verdad lamento es que él no me quisiera o no me supiera querer", admitía Concha. La repentina muerte de Paco Marsó, con quien la actriz tuvo a su segundo hijo (también llamado Paco), fue suficiente para que olvidara todos los rencores. Una historia incompatible ahora con los conceptos que deconstruyen el amor romántico que duele y lucha.

Pero así era Concha, un fiel reflejo de la sociedad de su época, que nunca abandonó (hasta que no tuvo más remedio) el otro gran amor de su vida: la interpretación.