Una nueva Agencia de Evaluación y un decálogo de medidas diversas -desde la reforma del currículum de Magisterio a la ampliación de aulas de acogida de catalán- buscando el máximo consenso tanto en el Parlament como entre la comunidad educativa. Es la receta de la consejera de Educación catalana, Anna Simó, tras el suspenso de dimensiones "catastróficas" según algunos expertos que el último Informe PISA da a la educación catalana. No habrá cambios en un sistema educativo que, para Simó, "tiene muy buenos fundamentos".
Un suspenso que Simó se cuidó de no atribuir a al aumento de alumnado inmigrante -como hizo su número dos la semana pasada-. La responsabilidad recae ahora en los bandazos del sistema educativo español, además de la pandemia y los recortes de los gobiernos de Artur Mas. Aunque Esquerra gestiona del Departamento de Educación de la Generalitat desde 2018, y desde 2015 forma parte del Govern.
Según el Informe PISA publicado la semana pasada -que examina las competencias en matemáticas, comprensión lectora y ciencias de los alumnos de 4º de la ESO- el alumnado catalán ha perdido un curso en matemáticas (24 puntos) en una década, casi dos cursos en comprensión lectora (38) y prácticamente uno en ciencias (15).
Cataluña es la segunda comunidad (la primera es la ciudad de Melilla) que más puntuación pierde en matemáticas si comparamos el periodo comprendido entre 2018 y 2022: 21 puntos menos. En la media de la OCDE, la bajada es de 17 puntos. De hecho, los resultados del alumnado catalán en las tres competencias evaluadas se sitúan a la cola de España.
Estabilidad del modelo
Pese a estos resultados, Simó recetó este lunes unidad y estabilidad para el sistema educativo catalán. La consejera pidió "hacer piña y no dar bandazos" y criticó los sucesivos cambios en la ley educativa. "Hay que impulsar medidas con el acuerdo de todos los agentes, no podemos reaccionar dando volantazos, es lo ultimo que necesita la educación" argumentaba. "Que se lo pregunten a los docentes, que 40 años han visto una nueva ley con cada cambio de Gobierno".
Simó anunció además la creación de una Agencia de Evaluación catalana que se pondrá en marcha en enero, en cumplimiento de la Ley de educación catalana, de 2009. "Tenemos que evaluar las medidas y tener certezas" receta Simó, que reclamó "un gran pacto de país" para que las medidas correctoras que se acuerden se puedan implicar a medio y largo plazo.
La consejera advirtió además que el presupuesto de Educación no puede seguir creciendo al ritmo del 12% anual, como ha sucedido en los últimos años, y defendió que el objetivo ahora será focalizar los esfuerzos para mejorar resultados en comprensión lectora, capacidad escrita y ámbito matemático. Sin olvidar, por supuesto, un "reto importante especialmente en el catalán oral".
Rectificación a Pisa
Simó advirtió además que el sistema educativo empieza a registrar mejoras en estos ámbitos que el Informe Pisa no registra porque las pruebas se realizaron en 2022, el año en que entraron en vigor las últimas medidas para mejorar en estos ámbitos. Medidas como la ampliación de las aulas de acogida a nuevo alumnado inmigrante o el plan para luchar contra la segregación escolar, que concentra en determinados centros al alumnado más complejo.
Respecto a la polémica generada por el señalamiento al alumnado inmigrante, la consejera reconoció que se especuló con "un error muestral, por genero, origen o territorio, que no era cierto y el departamento lo corrigió". Y argumentó que la transformación del actual Consejo de Evaluación en una agencia independiente servirá para evitar estos errores.
El secretario de Políticas Educativas, Ignasi Garcia Plata, aseguró tras conocerse los pésimos resultados catalanes en Pisa que las pruebas se hicieron con un 24% de alumnos de origen inmigrante cuando, según el Departamento de Educación, citando datos del Ministerio, el porcentaje de este colectivo representa el 15,7%. Unos datos que después tuvo que corregir, y que toda la oposición interpretó como un intento de descargar la caída de resultados en la población inmigrante.
Decálogo de medidas
Entre las medidas a implementar ya, Simó destacó el impulso impulsar la educación inclusiva, evitando la segregación escolar, la universalidad de la educación de 0-3 años y fomentar la educación a tiempo completo, siguiendo el modelo portugués. El plan incluye en mejorar la formación de los docentes; más dotación para los planes de acogida; reducir el abandono escolar temprano y llegar al objetivo europeo del 10% de abandono.
Un decálogo en el que destacó la necesidad de "focalizarse" en la mejora de los resultados en comprensión lectora, capacidad escrita y ámbito matemático, con tutorías al alumnado que lo necesite.
Simó pidió a las familias a que "tengan confianza en el sistema educativo, porque tiene unos pilares muy sólidos"; a los docentes les ha trasladado su apoyo para seguir mejorando los resultados; y ha insistido en un acuerdo amplio --en sus palabras-- con todas las fuerzas parlamentarias para impulsar las medidas de mejora.
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