En los últimos años, la Unión Europea se ha visto sumida en una crisis tras otra. Desde la pandemia mundial hasta la invasión ilegal de Ucrania por Rusia. Desde la crisis energética y el aumento de la inflación hasta la emergencia climática y el reto de la inmigración ilegal. Y más recientemente, el resurgimiento del conflicto en Oriente Próximo.

Muchas de estas crisis siguen en curso o sus efectos aún se están notando. Por tanto, la conclusión es clara: el mundo está cambiando y Europa debe adaptarse y cambiar con él

Sin embargo, mirar hacia delante no significa que no podamos mirar hacia atrás. De hecho, debemos hacer ambas cosas.

Al igual que en los años cincuenta del siglo pasado, al comienzo de nuestro proyecto europeo, hoy nos encontramos en una encrucijada.

Debemos tener muy presentes los valores fundamentales que constituyen el núcleo de nuestro proyecto europeo. Y debemos mantenernos fieles a ellos en 2024, y en los años venideros, para avanzar en nuestro camino hacia una Unión Europea más fuerte y cohesionada.

Es importante que permanezcamos centrados y unidos. Trabajando juntos, hemos superado el Brexit y contenido la pandemia de Covid. También trabajando juntos, estamos ayudando a Ucrania a resistir y a ganar la guerra, algo que es fundamental para nosotros porque nuestra seguridad y nuestros valores también están en juego.

Por tanto, es lógico que miremos al futuro con el mismo espíritu de cooperación y con confianza.

Con unos valores firmes, unos cimientos sólidos y unas instituciones relevantes y salvaguardadas por la legislación de la Unión Europea, no me cabe duda de que nuestro proyecto común puede persistir y tener éxito.

Por supuesto, debemos celebrar nuestros éxitos, pero también reconocer nuestros fracasos, y seguir cambiando y mejorando.

Tenemos que hacer reformas y prepararnos para la ampliación a nuevos países, para lograr una verdadera unión sanitaria y una unión energética, y también tomar medidas para impulsar nuestra política común de seguridad y defensa.

Es esencial que no demos Europa por sentada. Estamos viendo que los valores fundamentales que sustentan nuestra Unión -paz, libertad, democracia, solidaridad, cooperación- son reversibles. Por eso hay que protegerlos cada día.

La pasividad va en detrimento de Europa y ayuda al auge del extremismo y del populismo

El compromiso activo en la defensa de los valores de la Unión Europea y del proyecto europeo es una tarea de todos. Porque la pasividad va en detrimento de Europa y ayuda al auge del extremismo y el populismo, que amenazan todos nuestros logros. Es nuestra responsabilidad como europeos garantizar que la democracia prospere. Por eso es clave votar en las elecciones europeas de 2024. Es esencial que los ciudadanos europeos expresen su opinión el próximo mes de junio y decidan el rumbo de la Unión Europea.

Cada voto cuenta, ya que en última instancia el éxito de la Unión Europea depende de todos sus ciudadanos.

Europa sigue siendo nuestra mejor opción. Europa ha capeado temporales y superado dificultades en 2023, como ha hecho también anteriormente, permaneciendo unida y fiel a sus valores. No olvidemos nunca que la unidad europea, demostrada en el pasado, es también nuestro presente y nuestro futuro.


Roberta Metsola es presidenta del Parlamento Europeo.