Denuncia ser un ciudadano de segunda pero defiende la vigencia de su apuesta por hacer política intramuros de Israel. Historiador curtido en el activismo, Sami Abu Shehadeh lidera la Asamblea Democrática Nacional, un partido que trata de mantener la esperanza para los palestinos con ciudadanía israelí.

"Los palestinos en Israel están totalmente aterrorizados. La gente tiene miedo sin haber hecho nada. Es castigada por no ser judía. Están siendo expulsados de sus puestos de trabajo por ser árabes", denuncia Abu Shehadeh en conversación con El Independiente. El político, que fue parlamentario del Knesset entre 2019 y 2022, fue arrestado brevemente por las autoridades israelíes en octubre de 2023 tras mostrar públicamente su rechazo a la guerra en Gaza.

Pregunta.- ¿Cómo es ser un político palestino en Israel?
Respuesta.- Es una situación muy complicada. Primero, el Estado israelí no reconoce en absoluto nuestra identidad palestina. El Estado de Israel se construyó sobre las ruinas de mi patria y de mi pueblo. El proyecto sionista llevó a la expulsión de 750.000 palestinos en aquel momento y decidió no construir una democracia ni un Estado multicultural ni un Estado binacional. Su principal proyecto era, y sigue siendo, construir un Estado judío. Ahora bien, se trata de una entidad racista. Es un estado que se basa en la supremacía judía y discrimina a mi pueblo en todos los aspectos de la vida.

"El Estado de Israel se construyó sobre las ruinas de mi patria y de mi pueblo"

P.- Y a pesar de ello usted defiende ejercer la política desde dentro…
R.- Decidimos cumplir con nuestra actividad política desde dentro del Knesset israelí por varias razones. En primer lugar, si te tomas en serio tu trabajo político y quieres dirigirte a tu pueblo, debes estar cerca de tu pueblo, y también debes encontrar soluciones a sus problemas cotidianos, no sólo al problema nacional. Para poder hacerlo, es el único parlamento que tenemos. Otra cosa importante como parte del movimiento nacional palestino, si no das una alternativa a tu pueblo, probablemente perderás a tu pueblo en favor de un partido sionista. Antes de que creáramos nuestro partido y otros partidos árabes, la gente votaba a movimientos sionistas. La cuestión no es boicotear o no. Somos diferentes a los partidos sionistas. Cuando hablamos de derechos humanos, hablamos de todos los humanos. No vemos sólo a árabes o judíos. Así que llevamos una solución que se basa en los valores de la justicia y la igualdad para todos. Es el partido más democrático del sistema político israelí.

P.- ¿Hacia dónde se dirige Israel?
R.- Debemos recordar que Israel ha estado dirigido en las dos últimas décadas por partidos fascistas de extrema derecha que nos llevaron a este círculo vicioso de violencia y destrucción para todos. Y todo el mundo está pagando el precio de estas políticas de extrema derecha. Por supuesto, los palestinos están pagando un precio mucho más alto. No es comparable. Pero también los israelíes están pagando un precio muy alto por las políticas de su gobierno. Y, por desgracia, las élites políticas israelíes de los últimos tiempos, los partidos de extrema derecha, no tienen un discurso político racional en absoluto. Estás hablando de movimientos mesiánicos extremos que usan un discurso político religioso irracional. Y esta gente está llevando a todo Oriente Medio a un lugar mucho más peligroso.

P.- ¿Le queda alguna esperanza en la arena política israelí?
R.-
Es un asunto importante. Estoy totalmente convencido de que la misión política más importante que tenemos ahora es que no se pierda la esperanza, porque sin esperanza, la gente se encaminaría hacia la frustración y un mayor extremismo. Pero al mismo tiempo, debemos ser honestos, claros y francos con nuestro pueblo. En el sistema político actual de Israel, con los partidos sionistas en activo, no vemos ningún partido que lleve una agenda política diferente a la de Netanyahu.

P.- ¿Ni siquiera en la izquierda israelí?
R.-
No hay ya izquierda israelí. Los términos izquierda y derecha son engañosos en el contexto político israelí. Cuando te diriges a un público español, lo que tienen en mente cuando oyen la palabra izquierda es totalmente diferente de lo que se considera la izquierda sionista. Utilizar los términos de izquierda y derecha es muy problemático en el caso israelí porque tenía un significado totalmente diferente a lo que la gente conocía en Europa, no sólo en España. Aún así, en un Parlamento de 120 ocupan cuatro o cinco escaños. No es nada.

La misión política más importante que tenemos ahora es que no se pierda la esperanza

P.- ¿Es una muestra de la radicalización de la opinión pública israelí?
R.-
Sí. Hay muestras de esa radicalización en todos los ámbitos de la vida y también dentro de la propia sociedad. Hay académicos israelíes que han advertido desde hace dos décadas que el estado y la sociedad israelí se estaba deteriorando muy rápido hacia el fascismo y se estaba convirtiendo en una sociedad muy peligrosa y muy extrema. Nadie quiso oírlo. Ahora estamos viendo esta locura, no sólo en la guerra en Gaza sino también en Cisjordania o Jerusalén Este.

P.- ¿Cuál es hoy la situación de los palestinos que viven en Israel?
R.-
Tengo cientos de estudiantes que fueron expulsados de las universidades porque escribieron una frase de compasión humana en sus redes sociales. Hay médicos que fueron expulsados de hospitales. Es un proceso cada vez más complicado, para ser honestos. Hay una minoría muy pequeña de la población judía que son nuestros colegas en la actividad política y debemos apreciar mucho su trabajo porque esta pequeña minoría democrática está pagando un precio muy alto por su actividad, por pedir que se detenga el genocidio, por pedir que se detenga la guerra. En Israel les llaman traidores. Se les amenaza. Parte de ellos fueron detenidos por la policía israelí. Parte de ellos fueron encarcelados. Pero, en general, la gran mayoría de la sociedad israelí, no sólo el Estado y la policía, se ha vuelto muy violenta con todo lo que tenga que ver con nosotros.

P.- ¿Es Israel una verdadera democracia?
R.-
Evidentemente no. Creamos nuestro partido después de los acuerdos de Oslo porque desde el principio dijimos que Israel no puede ser una democracia si se construye sobre un componente racial. Somos el 20% de la población. No somos judíos. Así que un estado que por definición no desea la igualdad entre sus ciudadanos nunca puede ser una democracia. La igualdad no es un componente marginal de la democracia. Sin igualdad, no hay democracia. Y no nos limitamos a describir el problema. Queremos una solución democrática. Dijimos que Israel debe convertirse en el Estado de todos sus ciudadanos, una democracia que trate a los ciudadanos según su ciudadanía. Ahora bien, la forma en que tu abuelo rezaba en Polonia no debe decir nada respecto a tus derechos.

P.- ¿Existe alguna posibilidad de lograrlo?
R.-
Creo que con el consenso actual en torno a mantener este sistema racista y la supremacía judía, no podemos hacerlo solos. Necesitamos presión internacional para provocar un cambio serio.

P.- Pero lo que estamos viendo es precisamente la falta de presión sobre Israel para que detenga la guerra. Y el único que puede lograrlo es Estados Unidos…
R.-  EEUU es parte del crimen en esta guerra. Sin este apoyo sin precedentes, Israel no podría cometer el genocidio que está llevando a cabo contra mi pueblo. Los estadounidenses son responsables, no menos que los israelíes, de los crímenes de guerra que se están cometiendo en Gaza.

P.- ¿Entiende la posición de Biden?
R.- No puedo entenderla. Creo que Biden fue engañado desde el principio. Construyó su propia posición política sobre mentiras israelíes. Al principio nadie sabía realmente lo que pasaba. Podía excusarlo durante la primera semana, pero después, cuando todo el mundo sabía lo que estaba pasando y que los israelíes estaban mintiendo, su posición política se ha alimentado de falsedades.  No puedo aceptarlo.

El papel de España en este conflicto ha sido muy importante

P.- ¿Es EEUU rehén de Israel?
R.-
Podemos decir que los estadounidenses son totalmente ignorantes respecto a la cuestión palestina y los derechos palestinos. Y gran parte de su apoyo a Israel se debe a que también Estados Unidos fue un proyecto colonial y se construyó sobre las ruinas de los pueblos indígenas de América. Y cuando dicen que comparten valores, en realidad, comparten los valores de la ocupación y también comparten los valores de los asesinatos en masa y los crímenes de guerra.

P.- ¿Quién puede hacer algo para resolver este conflicto?
R.-
El mundo es mucho más grande que Estados Unidos. Hay muchos estados en todo el mundo. Cualquier estado que realmente crea en los valores de la justicia, la igualdad y la democracia para todos, puede hacer un gran trabajo. Tengo que decir que el papel de España en este conflicto ha sido muy importante. Como activista de los derechos humanos que lucha por los derechos humanos para todos, me ha proporcionado la esperanza de que también otros estados y otros responsables políticos al menos se ocupen seriamente de los valores por los que estoy luchando.

P.- En los últimos meses Israel ha desafiado a todo el que ha emitido una leve crítica a su actuación, concluida la ONU. Parece imparable…
R.-
La UE es el mayor socio comercial de Israel. Lamentablemente, la UE no ha desempeñado su papel básico en esta crisis, principalmente por culpa de Alemania. Solo España. Bélgica e Irlanda han contribuido a mantener cierta racionalidad en el discurso político y cierta esperanza en que hay algo que hacer a nivel internacional.

P.- ¿Puede España jugar un papel de mediador?
R.-
Ahora, después de esta posición actual, puede ser un mediador mucho mejor que cualquier otro, pero va a llevar algún tiempo.

P.- ¿Confía en la voluntad de Israel?
R.-
Hay que leer el mapa político de una manera clara y correcta. Hoy en día no veo entre los actuales partidos políticos sionistas ninguno que pueda liderar un proceso de paz. Esto no cambiará desde dentro de la sociedad israelí. Necesitará presión internacional sobre Israel para empujarlos a cambiar.

P.- ¿Cuál es el destino de Netanyahu?
R.-
Netanyahu ha puesto fin a su carrera política. Es sólo cuestión de tiempo. Ha perdido cualquier tipo de legitimidad. Las últimas encuestas apuntan a que más del 70% pide su dimisión ahora o inmediatamente después de la guerra. Netanyahu es un líder fascista de derechas muy peligroso. Es muy cínico con los derechos humanos. No sólo para los palestinos, también para los israelíes. Y está tratando de mantener la guerra con el fin de preparar su permanencia en la política.

El plan oficial del gobierno israelí es la limpieza étnica de Gaza: expulsar a todos los palestinos de Gaza

P.- ¿Quién representa la alternativa?
R.-
Benny Gantz, un personaje que es un criminal de guerra. Si hubiera una solución justa, sería el primero en ir a la Corte Penal Internacional.

P.- ¿Cuál es el plan de Israel en Gaza?
R.-
El plan oficial del gobierno israelí es la limpieza étnica de Gaza: expulsar a todos los palestinos de Gaza. Si los egipcios no hubieran detenido esto y asegurado que esto es un asunto de seguridad nacional para Egipto, los 2,3 millones de palestinos estarían ya en el Sinaí. Israel no ha renunciado a este plan y sigue intentando empujar a los palestinos paso a paso hacia el Sinaí.

P.- ¿Confía en Al Sisi?
R.-
El ejército egipcio dirige esta crisis. Y creo que son muy serios al hacer frente a esto como un problema de seguridad nacional. El instinto más importante de cualquier sociedad humana es la supervivencia y también los palestinos quieren sobrevivir. Gaza no es un lugar en el que se pueda sobrevivir.

P.- ¿Qué fue, para usted, el atentado del 7 de octubre?
R.-
Creo que analizar el atentado del 7 de octubre con la teoría política habitual no es correcto. Creo que se necesita la física para entender lo que pasó. Hay una ley muy clara en física que dice que si sigues ejerciendo presión sobre un átomo, al final, explotará. Esto es lo que estaba sucediendo. Este fue el resultado de décadas de confinar a los gazatíes en la mayor prisión del mundo y destruir todos sus derechos humanos básicos. Fue el resultado de las políticas israelíes.