La marea blanca de pellets que están inundando las playas españolas no son un caso aislado. Según datos de la Unión Europea, en 2019 entre 50.000 y 185.000 toneladas de estos microplásticos acabaron llegando al medio ambiente. Esto equivaldría, por poner en contexto, a una pérdida de entre 21.000 y 73.000 camiones cargados de estos materiales cada año. Unas cifras que elevan la categoría del asunto a escala internacional.

"Europa tiene un problema con los pellets, que se están perdiendo en el medio ambiente de manera constante. Llevamos muchos años sufriéndolo en silencio, pero se le quita hierro porque no tienen el impacto visual del petróleo", explica Xavier Curto coordinador de Surfrider en España, una organización sin ánimo de lucro dedicada a la protección de mares y océanos. "El problema de raíz es que no hay ninguna regulación sobre su producción y su transporte. Las empresas no tienen obligaciones, ni hay sanciones. Sólo hay prácticas voluntarias que las propias compañías productoras han promovido, pero no es suficiente", añade.

Organizaciones como Surfrider llevan años tratando de cambiar esto. Y han conseguido una "primera victoria" a nivel nacional. En octubre de 2023 solicitaron el inicio de un procedimiento de exigencia de responsabilidad ambiental por la "persistente" contaminación de pellets en Tarragona, la zona de España más afectada. Y ha sido aceptada, lo que significa que durante los próximos seis meses la Administración investigará el caso y emitirá una resolución, que determinará si las empresas tienen responsabilidad en el tema. En caso de que así sea, podrían obligarlas a reparar los daños.

A nivel europeo la cosa se complica. En octubre de 2023 la Comisión Europea publicó una primera propuesta de medidas orientada reducir la contaminación de este tipo de microplásticos, que se votará en marzo de este año y que ya contempla sanciones. Sin embargo, las organizaciones medioambientales, aunque aplauden la iniciativa, consideran que es "muy floja", porque presenta "muchas exenciones". Y también deja fuera de la normativa algunos aspectos que consideran clave, como el transporte marítimo. Lo que significaría que el vertido que actualmente ha llegado a las costas españolas no estaría regulado.

"La normativa tendría que obligar a todas las empresas a supervisar toda la cadena de valor de estos plásticos. Pero cada parte del proceso debería tener unas medidas: la producción, el transporte, la transformación de estos materiales en otros productos... Y luego también habría que obligar a las empresas a declarar las pérdidas de los pellets y a ser responsables de forma económica. Porque todos los costes que ahora están asumiendo las comunidades y el Gobierno deberían ser suyos. Por eso también deberían hacerse auditorías externas que lo supervisaran todo", afirma Curto.

Lagunas jurídicas

Carmen Gutiérrez-Labrador, socio director de PWACS Gutierrez Labrador Legal, un despacho de abogados especializado en temas medioambientales, detalla que la realidad jurídica de los pellets tiene muchas aristas. Y es que, como no existe una normativa específica para su fabricación y transporte, se debe aplicar la normativa autonómica, estatal e internacional del país donde se fabrica. Si este material cae al mar, se rige por el Real Decreto 1695/2012 de 21 de Diciembre, que es el que establece el Sistema Nacional de Respuesta ante la contaminación marina.

Pero, ¿puede el vertido actual tener consecuencias jurídicas? "Deberá evaluarse, una vez examinados los hechos, tanto la responsabilidad administrativa por culpa, negligencia u omisión del responsable/es, como la posible comisión de un delito ambiental, ya sea por persona física o jurídica", relata Gutiérrez-Labrador.

Para lo primero deberá estudiarse si las CCAA y el Gobierno, en su respuesta ante la crisis, han incurrido "en deber de cuidado o culpa por omisión", algo que la abogada considera que es más "complicado o remoto". Porque aunque la falta de diligencia en la reparación del daño también puede implicar cierta responsabilidad, es "ajena y posterior", a la responsabilidad por el vertido.

Precisamente sobre la responsabilidad directa del vertido, Gutiérrez-Labrador explica que recaer sobre el negligente en el comportamiento que provoca el daño y la persona jurídica titular de la acción. "Pueden concurrir acciones que, encadenadas, provoquen el daños. En este caso deberá estudiarse si la responsabilidad es conjunta y solidaria o puede individualizarse la de cada interviniente", zanja la abogada.

La invasión de pellets en Europa

El vertido de pellets al medio ambiente no se produce únicamente en alta mar. Durante su proceso de producción y transporte, las pérdidas son constantes. Y, de acuerdo con Curto, estos microplásticos acaban llegado a todas partes, desde carreteras a acequias. Lo que ha provocado que se conviertan ya en la segunda fuente primaria de contaminación por microplásticos más importante a nivel europeo.

En 2020 un informe de Surfrider analizó la situación. La conclusión fue clara: "La contaminación por pellets es generalizada y recurrente, y requiere un enfoque a gran escala a nivel continental, ya que afecta a todos los países y territorios europeos sin distinción, incluso aquellos que no acogen a ningún productor de pellets". El estudio apuntó que estos plásticos están presentes bajo la superficie y se están extendiendo en nuestras aguas y mares. Pero los que se encuentran en las playas o en las calles son sólo "la punta del iceberg". Así que cualquier estimación posible estará por debajo de la realidad.

Desde Ecoloxistas en Acción Galiza detallan a este medio que, además de la UE, la ONU también está preparando una regulación para limitar el "desastre" que suponen los vertidos de los pellets, y está preparando un "tratado internacional legalmente vinculante" que englobe a todos los plásticos. Por su parte, la Organización Marítima Internacional pretende incluirlos en abril en su listado de materiales peligrosos, lo que implicaría medidas más estrictas a la hora de transportarlos.

Las zonas de España más contaminadas por pellets

"Hemos tenido algunas reuniones con el Ministerio de Transición Ecológica para tratar la contaminación de pellets en España. Y ahí se habló de que las zonas más afectadas son Tarragona y Lanzarote, que tienen presencia continua de estos microplásticos. Pero son casos distintos. Tarragona es la región donde se concentra la mayor producción de plásticos de España, porque hay muchas industrias químicas y petroquímicas, que el Ministerio conoce. En cambio, a Lanzarote llegan muchos por las corrientes oceánicas. Es algo que pasa también en otras islas como Menorca, donde nosotros llegamos a encontrar hasta 6.000 pellets por metro cuadrado en una playa", resume Curto.

En declaraciones para SMC España, Alicia Herrera Ulibarri, investigadora de excelencia "Viera y Clavijo" en el grupo de investigación EOMAR IU-ECOAQUA de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria explica que estos materiales pueden contener contaminantes químicos, pero también pueden adquirirlos del medio. En ese sentido, recuerda que en estudios realizados en pellets recogidos en Canarias se encontraron más de 80 tipos de contaminantes asociados, entre ellos pesticidas, retardantes de llama y filtros UV. Otros análisis han constatado, además, que estos contaminantes químicos pasaron al hígado de los peces que los ingirieron.

El tema es preocupante, teniendo en cuenta que está previsto que la producción de plástico se duplique en 2035, y prácticamente se cuadruplique en 2050. "Los microplásticos han empezado a influir en nuestros alimentos, y terminarán corriendo por nuestras venas. La ONU calcula que España tira al mar más de 126 toneladas ¡diarias! Por eso un tratado vinculante sería un instrumento muy interesante, porque uniría toda la cadena de valor, el ciclo de vida completo y eso supone no solo los macroplásticos, sino también los micro, que tienen una normativa todavía escasa y ambigua", reiteran desde Ecoloxistas en Acción Galiza.

"Los pellets afectan a la fauna, pero también nos afectan a nosotros. Se ha visto que los derivados del plástico pueden llegar a traspasar a la sangre, a la orina y a la leche materna. Pero los ciudadanos en este tema poco podemos hacer. Hay otros residuos, como las colillas, que podemos evitar concienciando y educando a la gente. Los pellets son responsabilidad de las industrias, y va a ser así hasta que se regulen. Las limpiezas voluntarias nunca van a ser suficientes", concluye Curto.