Se sabía que existe una conexión entre las plantas que se están reproduciendo y los embriones de sus hijas. De manera similar a como ocurre en los animales, hay una comunicación entre madre y embrión a través de complejas redes químicas antes del nacimiento o la puesta del huevo. Estas conexiones son fundamentales en el desarrollo de la cría o, en este caso, la nueva planta. Ahora, un equipo del Instituto de Ciencia y Tecnología de Austria ha descubierto que vegetales madre y embriones se comunican mediante la hormona auxina, según publican en Nature.
La semilla de plantas de flor está compuesta por tres tejidos genéticamente distintos: el embrión que se origina a partir del óvulo fertilizado, el endospermo que se produce a partir de la célula central fertilizada y los recubrimientos de la semilla. En el inicio del desarrollo del embrión en la planta Arabidopsis thaliana (pariente de la col), el cigoto se divide produciendo una pequeña célula embrionaria y una célula más grande que conecta el embrión con el tejido materno. El desarrollo coordinado y sincrónico del embrión y las epidermis circundantes, y la alineación de sus ejes de crecimiento, sugieren la comunicación entre los tejidos maternos y el embrión.
Con auxina todo va mejor
"Los científicos de plantas han intentado descubrir la naturaleza de la señal entre la madre y el embrión durante décadas", explica Jiri Friml, profesor de IST Austria y uno de los autores. "Mostramos que la madre es la fuente de auxina que regula el desarrollo embrionario temprano". La auxina es una hormona que desempeña muchas funciones en el desarrollo de las plantas y se sabe que regula el desarrollo embrionario. Al visualizar la biosíntesis y la respuesta a la auxina, los investigadores muestran que el tejido materno que rodea al embrión en la semilla comienza a producir más auxina después de la fertilización.
Los autores demostraron que este aumento de la producción materna de auxina es crucial para el embrión. Cuando se interrumpe, el embrión no se desarrolla correctamente. Cuando los investigadores establecen un cruce entre plantas para que la madre no produzca auxinas, pero sí el embrión, se ven los mismos defectos en el desarrollo embrionario, lo que demuestra que la auxina de la madre es la señal clave del desarrollo. Estos descubrimientos pueden ser de interés en la investigación agrícola.
La auxina no es la única señal materna que influye en el embrión, explica Friml: "Cuando dejamos de suministrar la auxina de la madre al embrión, el embrión crece anormalmente, pero aún así se las arregla de alguna manera. Esto significa que debe haber una otra, señal independiente de auxina".
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