El PSOE entra ya en modo convención. Este viernes, 19 de enero, enciende en A Coruña, a un mes escaso de las elecciones autonómicas gallegas, los motores de su primer cónclave de carácter ideológico en más de una década. Arranca su convención política, rotulada con el doble claim de Impulso de país y España avanza, que pretende relanzar el proyecto socialista, aterrizar una nueva hoja de ruta. Una actualización y un rearme del partido justo en un comienzo de legislatura prácticamente colonizado por el debate sobre la ley de amnistía, ya en tramitación. Son tres días por delante, con foros y paneles de discusión, de los que quedará, como fruto, una nueva resolución política en la que el PSOE reivindicará de manera oficial y por escrito su apuesta por la amnistía, una "herramienta fundamental" para el "reencuentro total" y el carpetazo definitivo al procés. La cita también servirá para remodelar la dirección de Pedro Sánchez —por segunda vez desde el último congreso federal, de octubre de 2021— y para poner a punto al partido de cara al siguiente ciclo electoral: gallegas en febrero, vascas probablemente en abril, europeas el 9 de junio y catalanas tal vez en otoño de 2024 o, como máximo, en febrero de 2025.
La amnistía, lógicamente, no apareció ni en los documentos congresuales de 2021 ni en el programa electoral de las generales del 23-J. Sánchez la defendió abiertamente en el último comité federal, el pasado 28 de octubre, cuando las negociaciones para su investidura ya sí estaban muy maduras y el camino era irreversible. La convención de este fin de semana en A Coruña incorporará la reivindicación de la ley por primera vez en su corpus ideológico. Así consta en el documento estratégico que será el eje de debate en el cónclave, de 101 páginas, que se someterá a su aprobación en su redacción actual (sin enmiendas), y al que tuvo acceso este diario [aquí en PDF].
El PSOE alerta del "avance de las fuerzas reaccionarias" y de una derecha, la del PP, "colonizada" por Vox, que no tiene "proyecto" y que solo ofrece un "estado de excepción permanente"
Pero es que el contexto también es capital, porque la reunión llega tras el superpleno de los decretos que alarmó al PSOE y tras el que se ha conjurado para intentar que no se vuelva a repetir una negociación agónica con Junts, socio clave de legislatura. El presidente busca afianzar la estabilidad en una coyuntura más frágil que en el mandato anterior, en la que ha de apoyarse en sus socios de investidura en todas las votaciones. Escenario que será seguro objeto de reflexión en la cena que ha convocado para el sábado por la noche con sus barones territoriales, en la que se acompañará de sus números dos y tres, María Jesús Montero y Santos Cerdán, y en la que no estarán, porque no acudirán a la convención, los dos líderes regionales más alejados de la órbita de Ferraz: el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, de viaje en China, y Javier Lambán, expresidente de Aragón, convaleciente por su tratamiento frente al cáncer.
Las referencias a la amnistía emergen muy pronto en el documento estratégico, en la segunda página de la introducción. Tras alertar del "preocupante avance de las fuerzas reaccionarias en todo el planeta", aterriza en España para cargar contra "una derecha", la del PP, "colonizada por la ultraderecha" de Vox, "sin un proyecto válido para articular la pluralidad política y la diversidad territorial de España". "Una coalición reaccionaria cuya única propuesta es derogar todos los avances sociales logrados en los últimos cinco años y la ilegalización de partidos políticos. En resumen, un estado de excepción permanente, que nos conduciría a una situación aún más explosiva que la que sufrimos en 2017", con el estallido del procés.
El partido subraya que la ley de amnistía es "plenamente constitucional" y augura que devolverá a la política la solución de un problema que "nunca debió salir de ella"
Los socialistas defienden, en su documento de la convención, que ellos sí tienen un "proyecto basado en el diálogo, la negociación y la convivencia, que está sirviendo para superar la grave quiebra que sufrió nuestro orden constitucional". Recuerdan que fue el Gobierno de Sánchez el que "heredó un grave conflicto" y el que se está afanando desde 2018 en reconstruir la "normalidad política". "La experiencia de los indultos y sus efectos positivos, que hoy son reconocidos dentro y fuera de nuestras fronteras, constituyen una evidencia empírica y el mejor aval para una nueva etapa de reencuentro total —sostiene el texto—. Un reencuentro total que cuenta con una herramienta fundamental como es una ley de amnistía que suscita el apoyo de la mayoría absoluta de los diputados del Congreso y el respaldo de seis grupos parlamentarios".
Un PP que "pone palos en la rueda"
El PSOE defiende que la amnistía es una ley "plenamente constitucional que servirá para devolver a la política la solución de un problema que nunca debió de salir de ella". Una afirmación nada banal justo cuando se conoció esta misma semana el informe de los letrados de la Comisión de Justicia del Congreso que dudan de la constitucionalidad de la norma. La dirección esgrime que la ley es "una apuesta que trata de demonizar e instrumentalizar una derecha invadida por las ideas y los postulados de la ultraderecha". La dirección recalca que es el mismo PP que cuando gobernaba provocó la ruptura de la convivencia y que hoy pone "palos en la rueda tratando de dificultar la solución".
El texto reivindica los hitos de los últimos años en la recuperación de la normalidad: "El PSOE trabaja siempre por la concordia, las derechas necesitan la discordia"
Más adelante, en la página 72 del texto, reaparece la referencia a la amnistía. En el capítulo dedicado específicamente a la convivencia. El PSOE saca pecho de su historia, de cómo fue la "pieza clave" para encajar el "complejo puzle" que supuso el gran pacto de convivencia del Transición, de cómo es el partido que asume la "pluralidad" y las "diferencias" territoriales como "una riqueza", y por eso las "sabe gestionar".
El texto repasa los hitos conseguidos en los últimos años. Cómo el PSOE, con su "bagaje moral y político", con su "actitud de partido institucional y de Estado", se llegó a un momento en el que, con un Gobierno socialista en España y Euskadi, se llegó al final de ETA en 2011. Cómo la apuesta por la "convivencia" de los ejecutivos de Sánchez ha logrado reducir la "tensión social" que acompañó a la celebración de los dos referendos ilegales, en 2014 y 2017, que se celebraron con Mariano Rajoy en la Moncloa. Y cómo frente a la "abdicación de su responsabilidad" por parte del PP, el PSOE siempre creyó que hacía falta una "respuesta política" para Cataluña.
Necesidad, recuerda el documento, que ya se recogió en la Declaración de Barcelona de 2017, en la que están "todos los mimbres que han permitido recuperar el diálogo institucional, las relaciones normalizadas entre partidos desde la discrepancia, las mesas de diálogo para encontrar las vías de solución y, en definitiva, recuperar el espíritu constitucional de convivencia para avanzar en un proyecto común". "Desde entonces el desafío independentista como propuesta ha ido perdiendo presencia y apoyo ciudadano. La Cataluña de hoy nada tiene que ver con la de 2017".
De ahí que el PSOE reivindique los indultos, porque contribuyeron a apaciguar la situación —"incluso aunque la derecha sea incapaz de reconocerlo públicamente"—, y esté convencido de que la amnistía ayudará a "cerrar las heridas aún abiertas". Los socialistas advierten de que "no es casual" que, mientras ellos han "conseguido mejorar la convivencia" en Cataluña, las derechas "estén promoviendo la crispación y la tensión social en el conjunto de España". "El PSOE trabaja siempre por la concordia, las derechas necesitan la discordia".
El bloqueo del CGPJ
El documento subraya que "la mayor dificultad" con la que el partido y el Gobierno se topa ahora mismo no es "dialogar y acordar con esas diferentes sensibilidades que se expresan en las Cortes Generales", porque se siente una formación capaz de administrar la pluralidad. "La mayor dificultad es encontrarse a una derecha atrincherada en la oposición —apunta el texto—. Atrincherada incluso en otros gobiernos, autonómicos, con el único objetivo de desvirtuar todos los principios constitucionales, todo valor esencial en el que se basa nuestro pacto de convivencia en la diversidad, incluido el del progreso económico para garantizar la vida digna de todos los ciudadanos".
Los socialistas señalan que la "mayor dificultad" de esta legislatura no será tejer mayorías, sino la "derecha atrincherada en la oposición"
Para el PSOE, lo que es un "riesgo para la democracia", tal y como la concibe la Carta Magna de 1978, es la "tensión social" que ha alimentado la ultraderecha con el "acoso" a las sedes socialistas o la "deshumanización" de Sánchez, que se suma al "incumplimiento de la obligación constitucional de renovación del Consejo General del Poder Judicial. La dirección entiende que la propuesta que hizo Alberto Núñez Feijóo de disolver los partidos políticos que promuevan un referéndum ilegal o una declaración de independencia pretende, en realidad, "anular la capacidad demostrada por el socialismo de gestionar la pluralidad tejiendo alianzas entre diferentes". "La derecha no está preocupada por el independentismo. No puede estarlo en el momento de menor apoyo social a esa reclamación. Lo que no tolera es que los socialistas gobernemos y que, además, lo hagamos construyendo convivencia, progreso y más justicia social", concluyen.
Los socialistas se presentan como "dique de contención frente a la ola reaccionaria", frente a las "fuerzas que envenenan a la ciudadanía con mensajes de odio al diferente, que minan los cimientos de la democracia deslegitimando instituciones y procesos electorales", que "persiguen ideas y plantean ilegalizar partidos políticos", que "destruyen consensos básicos de nuestra sociedad", que "restauran la censura y transigen con el negacionismo de la razón y la ciencia".
El PSOE quiere ser el "referente de la convivencia" en las gallegas, las vascas y las europeas
Se presentan también los socialistas como los que son capaces de "gobernar para mejorar la vida de la ciudadanía" frente a una derecha que es "ineficaz". Por eso subrayan que necesitan ser "el referente de la convivencia" en las tres convocatorias electorales seguras por delante —gallegas, vascas y europeas—: "Somos imprescindibles para devolver la serenidad a una sociedad a la que las derechas pretenden cortar la senda de progreso y coexistencia pacífica que hemos conseguido conquistar".
Nueve paneles y tres foros
El texto recoge las principales medidas que el Gobierno pretende completar en esta legislatura. Entre ellas, se retoma el compromiso de abolición de la prostitución. Iniciativa que ya afianzó en el 40º Congreso Federal, el de 2021 en Valencia, y en el programa del 23-J, y que ahora se refresca. Sánchez va a dar más empaque a la Secretaría de Igualdad del partido, en la que ubicará desde este domingo a la ministra Ana Redondo.
Sánchez da más empaque a Igualdad, al ubicar en esa área a la ministra Ana Redondo. La abolición de la prostitución es un compromiso que procede del último congreso federal
"Rechazamos que los cuerpos de las mujeres sigan siendo objeto de mercantilización y explotación, ya sea en las formas de la trata y la prostitución, la pornografía, los vientres de alquiler o el uso de tecnologías que banalizan comportamientos violentos —indica el texto—. La violencia que sufren las mujeres en múltiples y nuevas expresiones, protagonizadas además por agresores y víctimas cada vez más jóvenes, demanda una respuesta urgente, coherente y sistemática. España no puede seguir liderando el consumo de prostitución. Somos un partido abolicionista, para el que no es admisible que la prostitución y la explotación sexual de las mujeres sigan existiendo en una democracia plena. Es necesario crear una conciencia colectiva a este respecto". No indica el documento cuándo se lanzará el compromiso de acabar con el proxenetismo, que ya se intentó en la pasada legislatura y sobre el que no se avanzó. Para prosperar, el PSOE tendría que apoyarse en el PP, ya que las formaciones independentistas y los comunes son partidarios de la regulación, no de la abolición de la prostitución.
La convención arranca este viernes con una doble apertura. Primero, las intervenciones de la anfitriona de la cita, Inés Rey, alcaldesa de A Coruña; Iratxe García, presidenta del grupo de los Socialistas & Demócratas en la Eurocámara, y Santos Cerdán, número tres del PSOE. Y justo después, el primer foro de debate, protagonizado por el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y moderado por la eurodiputada Eider Gardiazábal.
El sábado tendrán lugar hasta nueve paneles —a puerta cerrada— sobre economía, refuerzo del Estado del bienestar, cogobernanza, cohesión territorial, paz y nuevo orden mundial, igualdad, transición ecológica, calidad y memoria democrática y Europa. Y habrá dos foros, abiertos al público, uno sobre modernización y reindustrialización —en el que participarán la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, y el candidato a la Xunta, José Ramón Gómez Besteiro— y el segundo sobre convivencia. En este último no se cede el foco al PSC, sino al candidato a lehendakari y líder del PSE, Eneko Andueza, y al presidente de Asturias, Adrián Barbón. Una decisión deliberada de Ferraz, obviamente. El domingo, el comité federal del partido validará los cambios en la ejecutiva decididos por Sánchez, y seguirá la entrega de los Premios Manuel Marín y el mitin de clausura, a cargo de Montero, Besteiro y del propio presidente.
Foto de la unidad sin Page ni Lambán
Pero habrá otra cita importante fuera de programa. Sánchez cenará con sus barones la noche del sábado. Y con él, Montero y Cerdán. Como recuerdan en Ferraz, no es un hecho extraordinario: cuando se celebra un evento mayor del partido, el secretario general suele compartir un almuerzo o una con los líderes territoriales del partido. En este caso, lo excepcional es el contexto. No hay orden del día, obviamente, pero como indican fuentes de la cúpula, se debatirá y analizará la coyuntura. "Todo el mundo sabe lo que es tener responsabilidades de gobierno. Todos saben cómo funciona esto", señalan. Es decir, que no se prevé que se pidan cuentas al jefe, a Sánchez, o que vayan a desairarlo. Porque es cierto que la unidad del partido en torno al líder, con las excepciones de Castilla-La Mancha y Aragón, es total.
Evitar negociaciones agónicas con Junts, que han alarmado, no será fácil para la cúpula. Pero en Ferraz recuerdan que otros temas inquietan al partido, como la "deriva del PP"
La amnistía se ha digerido como un mal menor, pero todos en el PSOE son conscientes, también en la cúpula, de que no se puede repetir una negociación al límite como la de la semana pasada. De hecho, en la reunión en el Congreso del miércoles de Cerdán con el secretario general de Junts, Jordi Turull, sí hubo consenso de las dos partes, según señalan desde las alturas de Ferraz, en que había que intentar comenzar las conversaciones antes para no llegar hasta el final con la lengua fuera. El registro de las enmiendas demostró que ese no será un camino fácil. El martes los ponconvergentes presentaron las suyas por separado, descolgándose de las pactadas por el PSOE, ERC, Sumar, Bildu y BNG, aunque ayer jueves, apenas 48 horas después, recularon y las votaron a favor.
Pero en la cena de Sánchez, Montero y Cerdán del sábado con sus barones también emergerán, calculan en la dirección, otros temas: "Todo el mundo está muy preocupado por la deriva del PP, también por cómo contener la ola, por intentar que el PP se aleje de Vox".
Ferraz, en todo caso, aspira a proyectar una foto de unidad y de proyecto renovado. Sánchez llega reforzado a la primera gran cita del PSOE tras el pasado ciclo electoral, que destruyó prácticamente todo el poder territorial del partido y le mantuvo a él como primer superviviente. Una convención en la que la amnistía jugará un rol más que relevante.
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