Hacer efectiva la proclamación de independencia del 27 de octubre de 2017, desplazar a los funcionarios del Parlament para publicarlo, controlar la jefatura de los Mossos d'Esquadra para garantizar su apoyo a la DUI y asumir el cobro de todos los impuestos. Son las líneas maestras del programa electoral con el que la ANC piensa presentarse a las próximas elecciones catalanas, previstas entre otoño de 20024 y febrero de 2025.

La presidenta de la Asamblea Nacional Catalana, Dolors Feliu, está convencida de que los grandes partidos independentistas -Junts y ERC- se han entregado al autonomismo. Y se propone concurrir a las próximas elecciones con una "Lista Cívica" que permita a la ANC recoger el testigo del independentismo más radical. La fórmula será la agrupación de electores, que permitirá elaborar listas ad hoc en las cuatro circunscripciones catalanas.

Este jueves ha dado el primer paso: la presentación de la web Llistacívicaxlaindependencia y el anuncio de una consulta interna para obtener el aval de los socios de la Asamblea a su proyecto. Aseguran que la intención no es fundar un nuevo partido político, sino forzar a las formaciones actuales a una nueva declaración unilateral de independencia.

Elecciones plebiscitarias

Feliu abogó por "convertir las próximas elecciones en plebiscitarias" -un argumento que ya utilizó Artur Mas en 2015- convencida de que su promesa de independencia puede "revertir" el abstencionismo del movimiento independentista, al que le falta "un proyecto que pueda canalizar la voluntad de abandonar el autonomismo". 

Para conseguirlo, el coordinador de Estrategia de la ANC, Uriel Bertran, explicó que los electos de la ANC no se sumarán a una mayoría independentista para formar gobierno si sus socios se comprometen a declarar la independencia de forma unilateral e inmediata. En caso contrario, bloquearán la formación de gobierno para provocar la repetición electoral, o utilizarán el Parlament para "denunciar el autonomismo" del Govern resultante.

Fuera simbología española

Entre los primeros pasos de ese nuevo gobierno independentista, señalan "asumir todas las responsabilidades, incluida la declaración de independencia y los decretos que la acompañen" por parte de los miembros del Govern, "apartando a los funcionarios" de esa responsabilidad.

El segundo punto de su lista es "ordenar la retirada de toda la simbología española de todo el territorio catalán". Uno de los elementos que más indignaron a los independentistas tras la proclamación de independencia de 2017 fue la permanencia de la bandera española en lo alto del Palau de la Generalitat.

La ANC se propone también "garantizar" que la cadena de mando de los Mossos "sea leal al Govern, consciente y dispuesta a aplicar lo que se le ordene" desde la Generalitat. Para garantizarlo, añaden, "los nombramientos se harán desde la Conselleria de Interior". Paralelamente, proponen "un plan de movilización sostenida" para evidenciar "la pérdida del control del territorio por parte del Estado español".

Por último, abogan por que la Agencia Tributaria de Cataluña se convierta en hacienda única y negociar el acceso a los mercados financieros internacionales "en la etapa de transición".