En el mes de febrero las revistas españolas se han puesto de acuerdo sin que se note. Vogue España, InStyle y GQ han escogido, cada una por su parte, a una mujer que representa a la España de su generación: Penélope Cruz, Amaia Salamanca y Aitana Ocaña. Tienen 49, 37 y 24 años respectivamente, y han sido (y son) los iconos de millones de mujeres a lo largo y ancho de nuestra geografía.

Cada una de las fotografías de portada es también representante de lo que cada una de ellas significa para los españoles. También son significado de éxito, a nivel personal y para todo aquel que le deje un hueco. Tres mujeres que han cambiado el paradigma y lo que significa ser una mujer en nuestro país. Y que, además, han dejado claro que no tiene sentido competir cuando pueden brillar a la vez de diferente manera.

Aitana y Penélope Cruz en una foto de 2022.
Aitana y Penélope Cruz en una foto de 2022. | Instagram

Penélope Cruz es un símbolo de cine en sí mismo, cada vez más cercana y querida. Amaia Salamanca se ha convertido en una prescriptora de moda, personaje estrella de la televisión, y misteriosa famosa. Y finalmente Aitana, la más joven de todas y reina de la música en nuestro país, que con su foto principal reivindica la fortaleza con la que viene la generación z.

Penélope Cruz significa cine

Su estela en la industria del séptimo arte, no solo en nuestro país sino en el mundo entero, está más que demostrada y ha conseguido abrir camino para todos los que han ido detrás. Penélope Cruz es la actriz por antonomasia en España, por lo que su portada refleja una escena de lo más cinematográfica.

Penélope Cruz en la portada de 'Vogue España'. Fotografiada por Ned Rogers con estilismo de Anastasia Barbieri.
Penélope Cruz en la portada de 'Vogue España'. Fotografiada por Ned Rogers con estilismo de Anastasia Barbieri.

Pero contrarrestando esa imagen de gran estrella que podíamos tener de ella, con dos premios Óscar en sus estanterías y el teléfono de Salma Hayek, Johnny Depp en su agenda, sus declaraciones. "Yo no me privo de hacer nada, de ir al supermercado, a las clases de mis hijos… esas cosas que te hacen sentir que puedes tener una vida normal", dice Penélope Cruz en su reportaje con Vogue.

Esa "humildad", o quizás naturalidad, de Penélope Cruz para vivir su vida, para alejarse de la larga sombra que produce sobre sí misma su figura, es la que le facilita seguir triunfando como artista. Al menos así lo considera ella, que piensa que esos momentos del día a día en el que puedes observar qué ocurre a tu alrededor son los que te permiten seguir conectando con el mismo para dar vida a personajes nuevos.

Aunque se ha quedado fuera de las nominaciones de los Oscar, Penélope tiene aún oportunidades de triunfar con su nuevo papel. Interpreta a Laura Ferrari, la mujer del creador de la famosa marca de coches, a quien da vida Adam Driver. El filme Ferrari se estrena el próximo 1 de febrero.

Amaia Salamanca es la 'celebrity' perfecta

Amaia Salamanca aparece en la portada de InStyle con lo que parece un guiño a los rumores. "Año nuevo, vida nueva", dice la primera página de la conocida revista bimensual, con la actriz luciendo un traje negro que hace que lo que más destaque sea su belleza atemporal. Desde hace meses se especula que la actriz puede estar sufriendo una crisis junto a su pareja, Rosauro Varo, aunque su revista de cabecera, la revista ¡HOLA!, lo desmiente.

Amaia Salamanca en la portada de 'InStyle España'. Con fotografía de Javier Biosca y estilismo de Francesca Rinciari.
Amaia Salamanca en la portada de 'InStyle España'. Con fotografía de Javier Biosca y estilismo de Francesca Rinciari.

La pareja se conoció hace más de 14 años y no se han separado desde entonces, aunque no se conoce que hayan pasado por el altar. Tiene tres hijos en común, Olivia, Nacho y Mateo, y son sus compañeros de viaje imprescindibles. Cuando en la pandemia decidieron alejarse de Madrid y mudarse a Marbella, Amaia Salamanca y Rosauro Varo se convirtieron aún más en los seres mitológicos que van extinguiéndose, esa figura del famoso misterioso del que apenas se sabe nada.

Amaia Salamanca es la celebrity perfecta porque siempre que aparece en un acto público, ya sea para promocionar su nuevo proyecto o para hacer publicidad de algo, se la admira. Es guapa, es estilosa, es humilde y es simpática. No importa que ninguna de sus últimas series o películas supere el notable en plataformas como IMDB.

Tiene un millón de seguidores y en 2018 Informalia publicaba que su caché televisivo no bajaría de los 400.000 euros por temporada porque todo lo que hace tiene el interés mediático asegurado. Según datos de Bussiness Insider, esta cifra se colaría entre las más altas de los actores de televisión, y casi incluso cine, en nuestro país.

Aitana reivindica su sitio

La pequeña de estas tres estrellas es Aitana, que posa en la portada de GQ España enseñando el bíceps y confirmando: se siente sexy. Es su manera de responder al machismo que le ha perseguido recientemente. Primero por sus coreografías en la gira, que muchos tildaban de ser excesivamente sensuales. Segundo porque, cuando se hizo público que había roto su relación con Sebastian Yatra, el mundo entero estaba ya buscándole otro novio.

No solo eso, sino que en los comentarios de cualquier publicación en la que entraran se la acusaba de todo tipo de infamias. Aitana sale de Operación Triunfo, un caramelo maldito que le hizo crecer de golpe cuando tenía solo 18 años. Pero que, por suerte o por desgracia, la ha catapultado a lo más alto de la industria musical en nuestro país. Y con 24, está más que dispuesta a disfrutar del trabajo duro de los últimos seis años.

Aitana en la portada de 'GQ' España.
Aitana en la portada de 'GQ' España fotografiada por Enanei y con estilismo de Michael Lorigados.

"Nadie me va a quitar sobre el escenario la seguridad que yo misma he conseguido con mi terapia. Miradme, lo voy a hacer todo el rato y me da igual lo que me digáis, me lo estoy pasando bien y me siento sexy", asegura la cantante. Tiene 3,8 millones en Instagram, 11,5 millones de oyentes en Spotify y en 2023 agotó entradas para su primer concierto en el Bernabéu. Sin duda, no necesita que nadie le dé un sello de aprobación.

Tampoco tiene interés en que los "Dads, Brads and Chads", como diría Taylor Swift (que también llenará el estadio madridista en 2024), le autoricen sus coreografías. Ya no es una niña. Ahora enarbola los símbolos de una nueva generación que encuentra su sensualidad en el poder y la independencia.

A ella "no le preocupa no ser recordada", pero a día de hoy todo parece indicar que sí lo será.