Los populares tienen puestas todas sus esperanzas en dos de las tres citas electorales de este año: las gallegas del 18 de febrero y las europeas del 9 del junio. Entre medias se celebrarán muy probablemente las vascas, donde su ambición es algo más modesta, aunque esperan crecer después de haber tocado suelo en las autonómicas de 2020.
Si bien Galicia es para Alberto Núñez Feijóo plaza prioritaria en la que se va a volcar por una cuestión política y hasta sentimental, jugándose parte de su liderazgo si pierde esta comunidad tras cuatro mayorías absolutas, la prueba de fuego, por su dimensión nacional, son las elecciones a la Eurocámara. El objetivo perseguido es crecer unos diez escaños para pasar de 13 a 23. Creen, además, conforme a estudios internos, que los socialistas no pasarán de 20, a los sumo unos 18.
El PP necesita volver a demostrar que es el primer partido de España en votos tras ganar Feijóo el 23-J pero no sumar los apoyos parlamentarios suficientes para ser investido presidente del Gobierno. Y tampoco quiere ganar por la mínima sino con cierta holgura dentro de lo que son los márgenes de representación de España en la Eurocámara. Si hace cinco años eran 54 europarlamentarios y se ganaron cinco más tras el Brexit británico en 2020, para junio de este año serán un total de 61, esto es, dos más, por un criterio de peso demográfico.
La europeas de 219 se celebraron en uno de los peores momentos para el PP
Así, según los cálculos de los populares europeos, conforme a ese crecimiento de representación, a la tendencia a la baja de Vox y a la más que probable desaparición de Ciudadanos, con 8 diputados europeos, los populares pretenden dar un "estirón" a su resultado de junio de hace cinco años, coincidente con uno de los peores momentos electorales de su historia reciente. Entonces obtuvieron 12 escaños en la Eurocámara de Estrasburgo frente a los 20 del PSOE, que con la salida del Reino Unido de la UE, se convirtieron en 13 frente a 21. También ganaron uno los naranjas (de 7 a 8); otro Vox (de 3 a 4) así como Junts (de 2 a 3).
Solo un mes antes, en las elecciones generales de abril de 2019, los populares cosecharon uno de los peores resultados de su historia: unos exiguos 66 diputados. Ciudadanos, todavía liderado por Albert Rivera, se quedó tan sólo a 9 de distancia, con 57 asientos en la Cámara de la carrera de San Jerónimo. Eran los tiempos en que el catalán acariciaba el sorpasso, pero la repetición electoral del 10-N y nada menos que una sangría de 47 pérdidas, le devolvieron a la realidad.
Génova considera que el actual escenario político -salvo que pierdan la mayoría absoluta en Galicia y, con ello, el gobierno de la Xunta- les sitúa, de nuevo, como el principal partido de España, de ahí su creencia en poder crecer nada menos que 10 escaños con un PSOE menguante, aunque no tanto, pues, sólo perdería, según esas cuentas, dos europarlamentarios.
Baja participación y voto de castigo
Hay otros factores de incertidumbre en esta consulta, por un lado, el nivel de participación, y, por otro, el voto de castigo, de desahogo, de un electorado que aprovecha para arremeter contra el Gobierno de turno. Tanto una cosa como otra pueden beneficiar a los populares, deseosos de enarbolar un nuevo triunfo, aunque a efectos de política interna no tenga consecuencias.
Ningún partido ha desvelado, por el momento, el nombre de sus candidatos a las europeas. Ya se sabe de algún descarte, como el de Josep Borrell, quien tras cinco años de intensísima actividad como Alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y de Seguridad, no repetirá. Génova tampoco adelanta acontecimientos, aunque el vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons, se postula para encabezar la lista de su partido. Sin embargo, no descarta la dirección del PP alguna "sorpresa" -dicen crípticamente- y dada la dimensión que dan a estas elecciones podría tratarse de algún "fichaje".
En muy buena medida el tono de Núñez Feijóo y la estrategia de movilización del PP, que ha hecho una nueva demostración de fuerza este domingo en la Plaza de España de Madrid en contra de la ley de amnistía, se explica por el horizonte electoral de este semestre.
Las gallegas serán el primer examen a superar y los augurios son buenos para el PP salvo catástrofe. Para abandonar el Gobierno de la Xunta deberían perder, como poco, cinco escaños, esto es, pasar de los actuales 42 a 37. Sus propios sondeos les dan un resultado inferior al obtenido por Feijóo en 2020 -entre 39 y 40 escaños- pero sin poner en riesgo la mayoría absoluta. "No contemplamos un escenario en el que podamos perder dos escaños por alguna de las cuatro circunscripciones gallegas", dicen en Génova, pero aún así alertan del riesgo de confiarse y es que el 23-J dejó algunas heridas todavía no sanadas. "Estamos tranquilos, pero no eufóricos", resumen.
Acto en Pontevedra con Rajoy
Feijóo tiene previsto volcarse en la campaña junto a su candidato, Alfonso Rueda. Para empezar, participará en el que será el acto central, el próximo sábado en la plaza de toros de Pontevedra, con presencia de Mariano Rajoy y donde quieren reunir a 14.000 personas. Pero no todo serán grandes formatos, sino también pequeños actos para cubrir toda la capilaridad gallega.
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