La amnistía era poca amnistía, o la humillación era poca humillación. Sánchez va a tener que mear más sangre (sangre prestada por el español ya sequizo, que nuestro presidente sólo mea agüita de coco) porque a Junts no le termina de convencer la amnistía que ellos mismos habían redactado. Y eso que la habían escrito Boye y Puigdemont a cuatro manos y en intimidad de batín de seda, como una opereta alpina, por ahí por esos hoteles o balnearios internacionales donde los botones te traen todo lo legal y lo ilegal (y si no, se llama a Santos Cerdán, que tiene algo de botones viejo, de viejo socialista que no ha pasado de botones). Es cómico que los delincuentes tengan la posibilidad de redactar su propia impunidad y no sepan hacerlo, pero qué esperar de los actores de una republiqueta de revolucionarios precoces como eyaculadores precoces.
Los indepes se han tumbado su propia amnistía, insatisfechos como el poeta con su poema nocturno (la inspiración puramente nocturna, como el amor puramente nocturno, suele ser una estafa de la luz, el sopor y la pereza). Quiero decir que en realidad Sánchez no pinta nada en esto. Nuestro presidente, simplemente, se ha levantado igual que cualquier otro día, flotando entre el colorín y el colorado que dijo Turull con su pinta de Torrebruno siniestro (siempre es siniestro un hombre niño, más en política). Luego, se ha ido al Congreso, como cualquier otro día, sabiendo que lo pueden acusar, regañar o humillar con el dedito blando de Rufián o la naricilla de asco de Nogueras, y que le pueden tumbar las leyes o el discurso (sigue siendo glorioso, cada vez, cuando Sánchez habla de convivencia y el disciplinante de turno sube a contestarle que no, que lo que quieren ellos, como siempre, es la independencia). A Sánchez le pueden tumbar incluso ese caballito de cartón sobre el que gobierna, pero así es cada día en la oficina, en la Moncloa.
También la humillación era poca humillación, que Sánchez, claro, parece siempre sangrar poco, o sangrar en efigie, en policromía, como un santo con sus cuajarones de madera igual que galletas de madera
A Sánchez le vuelve a tocar mear sangre (sangre del español, que él guarda en una nevera como de vampiro), pero uno le quita importancia a esta supuesta carnicería porque ésa es su rutina, como de un ciclista del Tour. O sea que Sánchez volverá a mear en el tubito, o por la gomita, la sangre descongelada del español, el español que ya ha quedado para la política como para la matanza; y Sánchez volverá a asentir cuando Boye y Puigdemont retoquen su obra maestra y quizá inacabable. Sánchez lo que no podía era votar las enmiendas de Junts, que son salvajes, crudas e impertinentes como Nogueras hablando desde la tribuna con hueso en el moño. Sánchez tendrá que esperar y negociar para encontrar otra vez el lenguaje, el palabro, el leitmotiv, que quizá hay por ahí algún hallazgo, como el de la fachosfera, que ahora salve el terrorismo, la alta traición o el canibalismo, si hace falta.
Sánchez no tiene nada que hacer, nada que decir, salvo intentar buscar un texto que sea más discreto que sus socios cuando escriben los borradores de sus operetas o cuando prometen la independencia, ahí con el batín abierto y todo al aire frente al piano o en la tribuna del Congreso. Son los indepes los que se han liado, otra vez, queriendo hacer leyes de sus idilios, delirios, borracheras y poemas épicos, que se pierden, claro, en el idilio, el delirio, la borrachera y la épica. Resulta que ellos redactan su amnistía, e incluso la corrigen después de los primeros raptos de pasión y wagnerismo, pero de repente se dan cuenta de que se les ha olvidado el terrorismo, o la alta traición, que ya estaban siendo investigados hace mucho. O, aún peor, se dan cuenta de que se les ha olvidado la palabra que incluya todo sin especificar nada, y que quizá sea “integral” o a lo mejor es “infinito”, como los niños que añaden ese infinito más infantil que matemático a su cariño, a su exigencia o a su enojo. Pero seguramente esto es imposible, no se puede meter el infinito en una ley igual que no se puede vaciar el mar con una concha, como en aquella alegoría de san Agustín y el niño.
La amnistía era poca amnistía, que no incluía todo lo posible o todo lo imaginable, que no incluía ese infinito de los niños alegóricos, los teólogos remendones o los políticos salvajes. Además, también la humillación era poca humillación, que Sánchez, claro, parece siempre sangrar poco, o sangrar en efigie, en policromía, como un santo con sus cuajarones de madera igual que galletas de madera. Sí, esto parecía ir demasiado fácil y rápido, incluso para los indepes. Para Puigdemont sobre todo, que necesita la épica y la revancha y ve que Sánchez sólo asiente y sólo sangra limonada de aquellos limones del Caribe del anuncio, cuando resulta que en el Caribe ni siquiera hay limones.
Quizá la amnistía es imposible, se redacte como se redacte, porque contiene aporías insalvables como la de la impunidad a la vez infinita y concreta (creo que es lo que terminarán diciendo los tribunales, de aquí o de allá, aunque seguramente demasiado tarde). O es que los indepes se tumban su propia amnistía porque lo suyo siempre ha sido no sólo terrible sino cómico. Sí, es cómico que no puedan perdonarse ellos mismos sólo porque no se acuerdan bien de sus pecados y fechorías. Y menos mal que han tenido suerte con los jueces, porque un buen juez fachosférico habría esperado a que se aprobara esta amnistía incompleta para empapelar a Puchi por alta traición, en vez de avisarles y permitirles enmendar la cosa. La verdad es que el juez se ha limitado a prorrogar la instrucción justo cuando caducaba. Simplemente, es su trabajo. Como el de Sánchez es asentir y pagar con sangre, sangre del español, esa sangre de salchichón vivo. Eso sí, cuando los indepes se aclaren.
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hace 10 meses
Sr. Adalid, al César lo que es del César, y debo decirle que no sabía de la existencia del ensayo que me comenta y, lógicamente, tampoco lo he leído – ni pienso hacerlo porque debe ser un petardo como casi todo lo que se centra en política – pero le agradezco la aclaración.
Sí tenía noticia, indudablemente no errónea pero tampoco original como yo afirmaba, de ese significado y utilización en Estados Unidos.
Dicho esto, en ningún momento le he llamado «zoquete», ni a usted ni a nadie, porque no soy de insultar, me he limitado a intentar aclarar algo que entendía que no era cierto.
Tampoco le he llamado «embustero» por todo lo demás que he apuntado en mis otros comentarios y en los que, creo, tengo yo razón y no usted, al menos tal cual usted lo ha expresado y, hasta el momento, no me lo ha desmentido.
¿Y por qué no se lo he llamado?
Pues porque no creo que haya sido su intención mentir y, además, todos tenemos derecho a equivocarnos, y si no lo tenemos, también lo hacemos, siendo yo el primero de esos que se equivocan.
Otra cosa, puede usted llamarme Ángel si quiere, que es mi nombre, porque eso de «elcorreo…blablablá» es más impersonal y, francamente, no lo he modificado por pura dejadez.
Vaya otro saludo para usted y mi agradecimiento por la aclaración del ensayo de marras, sin duda evitará que, llegado el caso, pueda equivocarme en otro Foro.
hace 10 meses
Estimado elcorreodeaav, menos mal que personas como usted que leen tan bien, sobre, entre, abajo… lineas siempre están altruistamente dispuestos a corregir al resto de zoquetes.
Pues le sugiero que si le interesa el concepto de fachosfera más que ir a literatura norte americana, puede dar una miradita a un ensayo francés de los periodistas Dominique Alberti y David Doucet donde se describe » La Fachosphère, comment l’extrême droit reporte la bataille du net»…
Que estos términos sean usados en canales de extrema derecha como Fox News y propagandistas mesiánicos como Steve Banon ( quizá su fuente provenga de aquí) ha conseguido que el término fachosfera se convierta en algo muy coloquial.
Un saludo.
hace 10 meses
Para terminar, Sr. Adalid, también le insistiré en lo mencionado en mi anterior comentario, sí, lo de «leer» y/o «escribir entre líneas», cuando se refiere a que el Sr. Arenas dice que esa mitad de españoles que votan a Sánchez sean «matones y chuletas»…y no es cierto.
Por dos motivos, porque a ese individuo no le han votado esa mitad de españoles a los que usted se refiere, ni mucho menos, le recomendaría que repasase los datos de las últimas elecciones generales y observará que son muchos menos.
Por otro lado, el Sr. Arena lo que dice es, cito literalmente, «Matonismo y chuleria lo que está haciendo Pedro con españoles»…se refiere al tal Pedro, no a esos que le han votado, por lo que colijo que sólo está llamando chulo y matón a éste individuo.
Pero fíjese, es curioso que este Presidente que nos toca sufrir, si llama fachas, fascistas y lo que le viene en gana a todos aquellos a los que no le han votado, siendo bastantes más que los que lo hicieron a él.
Incluso recupera el término «fachosfera», que ni tan siquiera es producto de su imaginación sino que está copiado, que es originario de los Estados Unidos (búsquelo, por favor, no quiero extenderme más y el que quiera saber, mejor que se compre un libro) con una clara intención ofensiva.
Leído esto, si tiene a bien hacerlo, usted me contará.
hace 10 meses
Sr. Adalid, creo que no tiene usted claro lo que es «leer» o, en este caso, «escribir entre líneas» o, quizá, y todavía es peor, ninguna de las dos cosas.
Su puntualización sobre la micción hematúrica, igual es cierta, si usted lo dice le creo, porque la Medicina no forma parte de mi formación académica ni entra en mi ámbito laboral.
No obstante, lo que sí creo tener claro, es que este periodista habla de esa «meada de sangre» – disculpe la parte de ordinariez de la expresión, pero creo que es lo que toca en este asunto – en sentido figurado y remedando una expresión que parece ser escupió Puigdemont, que, si fue así, demostró de forma inequívoca lo que es: un chulo matón de taberna, pero no «carcelario», gracias a ese matonismo y a la cobardía y capacidad para asumir humillaciones de un embustero como Sánchez y toda su cuadrilla de colaboradores y estómagos agradecidos que orbitan en torno a él.
Con un gobierno responsable, fuese del color que fuese, claro que estaría en la cárcel…donde terminará estando.
hace 10 meses
Suya? no, la nuestra, la de España.
hace 10 meses
un autentico placer leer estas columnas, que mordaz y satíricamente describen y analizan la realidad tal y como es (al menos en este lado del Muro de las Humillaciones o Fachoesfera)
La «realidad» (que debe variar según los cambios de opinión impuestos o autoimpuestos) del otro lado del Muro se la dejamos que la describan al equipo de opinión sincronizada, que al menos por mi parte, ni tengo tiempo ni estoy para perderlo en su lectura.
hace 10 meses
Teniendo en cuenta que en una micción hematúrica la perdida de sangre no suele ser superior a 5 centímetros cúbicos de sangre, si «mea sangre»una vez al mes, con los ocho litros (eso habría que verlo) que usted sugiere con un sencillo cálculo matemático verá que tiene usted Perro Xanche para rato.
O siento.
hace 10 meses
Sr Arenas, quiere usted decir que la mitad de españoles que apoyan a Sánchez son matones y chuletas?
No se da cuenta que lo que dice es una aberración?
Vote usted tranquilamente al fascio, pues seguramente cuando ganen ya le relevarán de esa faena.
hace 10 meses
Matonismo y chuleria lo que está haciendo Pedro con españoles
hace 10 meses
Tiene 8 litros de sangre 😉
hace 10 meses
Sr Fuentes, «meará sangre» el más puro lenguaje carcelario, expresión de matonismo y chulería.
No creo que se haga acreedor de ningún premio de estilo en periodismo por artículos como este.
Es completamente consecuente que muchos de sus lectores utilicen en sus comentarios la sarta de adjetivos insultantes, escatológicos y ramplones que suelen utilizar
Ya lo dijo el refranero: de tal palo tal astilla.
hace 10 meses
Empezó como un órdago de puchimon y ha resultado ser una grave infección para los ciudadanos, que mearemos todos sangre