El fichaje de Lewis Hamilton por Ferrari es una de las noticias deportivas del año. La firma del inglés con la escudería británica cambia por completo el panorama del gran circo, donde Carlos Sainz tendrá que buscar un hueco para 2025, año en el que comenzará la unión Hamilton-Ferrari.

Con la ampliación de Charles Leclerc en Ferrari, todo parecía encaminarse a la renovación de Carlos Sainz, cuyo contrato espira al término de la temporada 2024; sin embargo, las negociaciones de la escudería italiana y el madrileño se habrían estancado y el presidente de Ferrari, John Elkann, ha decidido lanzarse a un sueño que se le ha resistido en varias ocasiones: vestir a Hamilton de rojo.

El siete veces campeón del mundo ha decidido abandonar la que ha sido su casa en los últimos 11 temporadas, Mercedes, donde ha conquistado seis campeonatos del mundo de pilotos. La opción de Ferrari aparece tras dos años en los que el británico ha sufrido las consecuencias de no conducir un coche ganador, por lo que el salto a Ferrari se produce con la ambición de conquistar su octavo campeonato del mundo y volver a colocar al Cavallino en lo más alto.

La mística y la leyenda no es lo único que han llevado a Hamilton a Ferrari, que con 39 años firma el que puede ser su último contrato en la Fórmula 1 justo antes del cambio de reglamento de 2026 que puede cambiar por completo el orden de la parrilla de F1.

Según ha apuntó Daily Mail en mayo, cuando empezaron los rumores que han sido ahora confirmados oficialemente, Hamilton cobrará 45 millones de dólares anuales en Ferrari. La cifra, 5 millones de euros superior a lo que cobraba en Mercedes, le deja como el segundo mejor pagado del paddock, solo por detrás de los 55 millones de dólares anuales de Max Vertappen.