La vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y el consejero homónimo de la Generalitat, David Mascort, han confirmado este lunes que la desalinizadora de Sagunto está preparada para suministrar agua a Barcelona a partir de principios de junio, "si es necesario". Y han cerrado el acuerdo para la construcción de dos nuevas desalinizadoras en Cataluña que no estarán operativas hasta 2028 y 2029 respectivamente.

La comparecencia ha servido también para que Ribera respondiera al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que este fin de semana ha sacado pecho porque una comunidad del PP acudirá al rescate de Cataluña ante la peor sequía histórica en esta comunidad. "Con el agua lo peor que se puede hacer es populismo" ha advertido la vicepresidenta, que ha iniciado su comparecencia advirtiendo que "aquí nadie a venido a salvar a nadie"- al ser preguntada por las palabras de Feijóo.

"No creo que parezca razonable que Feijóo se atribuya un mérito que no tiene" ha señalado. "Pero agradezco el mensaje implícito" que a su juicio incorporan las palabras del líder del PP: "que no quieren hacer política con el agua y que esto requiere contención en los mensajes". Algo que en su opinión "es buena cosa".

Ribera ha insistido a lo largo de toda la comparecencia en que la preocupación del Gobierno por la sequía en Cataluña es la misma que en el caso de las cuencas internas de Andalucía. Y ha elogiado la "reacción muy positiva desde el primer momento" del presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón.

Barcos de Sagunto

El acuerdo cerrado por Gobierno y Generalitat implica que la desalinizadora de Sagunto se preparará en los próximos meses para empezar a producir a pleno rendimiento -ahora no lo hace- para producir 20.000 m3 diarios, que serán transportados a Barcelona en dos barcos para mantener el flujo constante a la capital catalana y su entorno metropolitano. Barcelona podría necesitar más agua, ha advertido Mascort, hasta 40.000 m3 que obligarían a buscar una segunda fuente.

La operación de carga del agua será de 12 horas, ha explicado la ministra, por lo que la operación de carga y descarga "se complementa bien" con un ritmo diario de un barco. En total, Sagunto podría llegar a proporcionar 7 hectómetros cúbicos al área de Barcelona lo q queda de año.

El Gobierno asumirá el coste de producción del agua, en la desalinizadora que es propiedad de Acuamed, empresa estatal. Y la Generalitat pagará el coste del transporte en barco y la adaptación de las instalaciones del Puerto de Barcelona -adaptación que ya se ha iniciado- y de la red de Aguas Ter-Llobregat para que el agua llegue a los consumidores. Ni la ministra ni el conseller han querido avanzar el coste total de la operación.

No al trasvase del Ebro

En este contexto, Mascort ha vuelto a descartar el mini-trasvase del Ebro que reclaman tanto sectores económicos como el Ayuntamiento de Barcelona. El conseller se ha amparado en la producción de agua desalinizada y regenerada que alcanzará Barcelona con las nuevas infraestructuras previstas hoy para asegurar que "no hará falta agua del Ebro" para abastecer a Barcelona y Girona.

Una negativa a la que se ha acogido la ministra para asegurar que "trabajamos sobre la hipótesis que la administración competente plantea". Es decir, que no han planteado esta posibilidad. "La opción más sencilla y clara es la desaladora de Sagunto, trabajamos en la hipótesis más clara y sencilla no nos planteamos otros escenarios" ha zanjado Ribera.

Nuevas desalinizadoras

El acuerdo central alcanzado hoy por Gobierno y Generalitat es la ampliación de la desalinizadora de Tordera y la construcción de una nueva en el Foix. Dos infraestructuras con un coste previsto de 500 millones de euros que se financiará con los Fondos Next Generation, aunque acabarán pagando los usuarios en la factura del agua.

Ambas desalinizadoras fueron declaradas "actuaciones de emergencia y prioritarias para el abastecimiento de agua a Barcelona" en mayo de 2023. El acuerdo presentado este martes se refiere a la financiación y ejecución de las obras, que no empezarán hasta 2025. La Generalitat iniciará la licitación de las ampliación de la Tordera este año, unas gestión que prevén se alargue durante once meses, ha reconocido Mascort. La ampliación estará operativa en 2028 y permitirá producir 60 hm3 al año.

La desalinizadora del Foix se licitará en 2025 y estará operativa en 2029 -"cuatro años antes de lo previsto" ha destacado repetidamente el conseller-. Con estas dos infraestructuras y la creación de un circuito de regeneración de agua en el Besós la Generalitat prevé ampliar la generación de agua en 200 hm3 al año, lo que garantizará el abastecimiento del área de Barcelona -con un consumo de 400 hm3 anuales- al margen de los pantanos, ha señalado Mascort para descartar el trasvase del Ebro y "liberar" el agua que ahora recibe el entorno de Barcelona desde el Ter.

Tensión política

Los nervios por las consecuencias de la sequía en la capital catalana y su entorno metropolitano empiezan a aflorar entre las administraciones. Así, este domingo tanto el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, como el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, reclamaron respuestas al Gobierno, con el debate de fondo sobre el transporte de agua en barcos que ambas administraciones consideran como una solución extrema. El Ayuntamiento aboga por la interconexión entre las redes de abastecimiento de Tarragona y Barcelona, una solución que defienden los colegios profesionales de Ingenieros y Economistas de Cataluña. Pero la Generalitat ha descartado esta opción.

Collboni reclamó este domingo al Gobierno y a la Generalitat que expliquen cómo garantizarán que llegue agua potable a los grifos de los ciudadanos de la capital catalana durante la sequía. Aragonès, por su parte, advirtió en una entrevista a Efe que espera la "máxima colaboración" de Ribera para revertir los efectos de la sequía, con apoyo en la financiación de desalinizadoras o con barcos de agua de cuencas que gestiona el Estado o desde desaladoras de otras comunidades.