Los dos partidos de la derecha española, PP y Vox, se encuentran en guerra abierta por capitalizar el descontento del sector primario, el rural, que se ha movilizado por segundo día consecutivo en lugares de Castilla y León, Murcia o Cataluña, entre otros puntos. Demoscópicas como el CIS apuntan a una mayor aproximación del sector a los populares que a Vox, sin dejar de lado simpatías con la izquierda, pero eso no quita que desde Génova se renuncie a no implementar el apoyo al ámbito. Hay guiños previos como la propuesta de flexibilización del Pacto Verde Europeo o la revisión de la Política Agraria Común (PAC), que avala en todo caso, para recuperar voto fugado a Vox. También con su plan de choque del lunes, a aplicar por sus consejeros en las regiones en las que gobierna. En él se defiende un mayor peso del producto nacional y europeo frente a la competencia de terceros países.
Pese a ello, ha sido en el primer pleno de control al Gobierno de este ciclo de sesiones donde Alberto Núñez Feijóo marcó la diferencia en este ámbito y en el plano discursivo. El dirigente popular, dirigiéndose a Pedro Sánchez -ha prometido fortalecer la ley de la cadena alimentaria- como el otro "problema" al margen de Bruselas, le instó a atender a "la España real" y cesar en el intento de "cambiar los criterios de la Fiscalía" respecto al terrorismo vinculado a la amnistía. A esa España le importan cuestiones como "la sequía, la inmigración o el incremento de los impuestos". Centrando el tiro en las protestas del campo, Feijóo le aconsejó "escuchar a la agricultura, que no aguanta más su dogmatismo ambiental". Esas dos palabras generaron risas en la bancada de Vox, especialmente en su líder, Santiago Abascal.
En todo caso, el gallego matizaba el argumento, y lejos de postulados contra el cambio climático, lo sostenía apelando a que el Gobierno dice a los agricultores "que desperdician el agua; que el pacto del agua puede esperar; que esta PAC es una maravilla; que no se puede bajar el IVA a la carne, el pescado y la conserva; que el lobo requiere más protección que las cabezas de ganado, y que no comamos ternera". El propio dirigente hacía eco de su posición en X, para que quedase constancia en redes. El PP viene queriendo endurecer su discurso para competir visualmente en el Parlamento con Vox. La decisión de elegir a Miguel Tellado de portavoz o rescatar a Cayetana Álvarez de Toledo y Rafa Hernando para la cúpula del grupo parlamentario es el ejemplo.
Las risas en Vox se conectan con el mensaje que Pepa Millán, portavoz parlamentaria, lanzó sobre el PP el martes desde el Congreso, indicando que los populares, al final, votan lo mismo que los socialdemócratas en Bruselas en relación al campo. "Por mucho que ahora quieran colocarse la medalla de defensores del campo o subirse al carro de lo que Vox lleva defendiendo años". "La realidad es que PP y PSOE están de acuerdo en la Agenda 2030, el Pacto Verde y la transición ecológica. En Bruselas votan juntos el 87,8% de las iniciativas. Lo ha denunciado en el pleno Abascal: toda esa agenda climática empobrece al sector primario y a la industria española, y ambos lo respaldan", afirman fuentes parlamentarias de Vox, que se limitan a parafrasear a su líder. Abascal no dudó, en su pregunta a Sánchez, introducir el término de 'dogmatismo ambiental' contra Feijóo.
El ataque que se hace desde el partido también va destinado a Isabel Díaz Ayuso, que esta semana cargaba contra la "ideología que siembra el Gobierno" y "no resuelve" el problema de los agricultores. Aunque en la Comunidad de Madrid la popular y su órbita ya han desplegado con claridad reproches contra esa agenda, a diferencia de Feijóo y los cargos nacionales. Lo que le ha valido su primera mayoría absoluta madrileña. Concretamente, a principios de abril y a algo menos de mes y medio para las elecciones autonómicas, Ayuso arremetía contra el Gobierno por guiarse por los objetivos de desarrollo sostenible marcados por la ONU. "Atienden a todo lobby que pretende imponernos una forma de vida y consumo. Los agricultores y ganaderos están desesperados, presos de la burocracia y un campo cada vez más seco, y ahogados en impuestos".
Qué es la PAC
La PAC es un conjunto de leyes instaladas desde 1962 en la UE para unificar la agricultura europea y los principios por los que se rige, de respeto al medioambiente y equilibrios en la producción y el comercio. Además, proporciona una red de protección con ayudas directas. Supone el 30% del presupuesto de la Unión y se financia con dos fondos: el FEAGA, para las ayudas directas, y el Feader, para el apoyo rural.
No es estático, ha sufrido reformas. Las últimas han estado vinculadas a los objetivos de sostenibilidad y al cambio climático. La reclamaciones de los agricultores, en general, se resumen en precios justos en origen, que se evite la competencia desleal de terceros países, menor burocracia, que los eco-regímenes y la normativa tenga en cuenta la realidad de las zonas, o un mejor aprovechamiento del agua. La PAC está ligada al Pacto Verde Europeo, un paquete de iniciativas para la transición ecológica continental. La presión del sector ha hecho que se cese en el objetivo de reducir a la mitad el uso de pesticidas.
Un aporte extra frente a la incertidumbre
Internamente, fuentes del partido argumentan que el contexto de descontento rural y quejas dirigidas al Gobierno es propicio para Vox, con quien el sector tiene "afinidad". Aunque se niega activamente que el partido esté detrás de las mismas, pese a sus vínculos -con ASAJA, por ejemplo-. Y que el PP opte por "imitar" elementos intermedios de su discurso, supone un aliciente para seguir insistiendo en él. Hay un paso claro en el pronunciamiento del popular, y es que mientras desde el domingo ha enmarcado la problemática a la gestión de Sánchez y el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ya ha incluido muy sutilmente a Bruselas. Pero a conciencia de que su familia europea defiende los postulados de sostenibilidad.
Ese beneficio, a priori, se vincula directamente de cara a las elecciones gallegas, como un empujón extra. Pero no se descarta que influyan en las europeas de junio también. "El sector primario es cada vez más consciente de la gigantesca estafa a la que le han sometido PP y PSOE con las políticas climáticas. No sería descartable que ocurriera en Galicia", aseguran otras fuentes consultadas. Pese a todo, el proceso gallego se antoja complicado para Vox y su candidato, Álvaro Díaz-Mella. En el mejor de los sondeos, Vox obtendría un 4,2% -caso de DemosGal para Nós Diario- y un 3,9% -según Hamalgama Métrica para Vozpópuli-. Pero ningún parlamentario. Dentro de la formación asegura que disputan al menos dos parlamentarios con el BNG.
Vox desmiente que esté incentivando las protestas de agricultores, pero se pone de su lado y cree que le beneficia frente al PP"
En esta campaña Vox se ha encontrado con un problema dada su escasa presencia territorial: la falta de nacionalización de la misma, que aspiraban a explotar con la presencia de varios rostros de la cúpula. Esta ausencia dificulta hilar los asuntos con el plano general para que calen. En múltiples entrevistas, el candidato intenta desplegar el discurso antinacionalista en un clima donde el público general es muy gallego. Y se ha buscado compensarlo con guiños a la lengua en cartelería e incluso en el programa electoral. En el debate de TVG, el candidato del PPdeG, Alfonso Rueda, hizo algún intento por lo mismo.
Rueda fía a Moreno y Ayuso su mayoría
Con una preferencia mayoritaria entre el sector primario, Rueda afronta los comicios reivindicado por los sondeos, pero no sin dudas ante una posible victoria que lo deje a las puertas de la mayoría absoluta. Fuentes nacionales de Vox determinan que, de depender de ellos el Gobierno de la Xunta, por la mínima, no pedirán entrar en el Ejecutivo, pero sí buscarán condicionar las políticas a cambio de sostener al PPdeG otros cuatro años. La fórmula sería la de Baleares, emprendida en junio tras el último ciclo electoral.
Como golpe de efecto, y sin un llamamiento masivo que llene Galicia de barones, en añadido a la campaña paralela de Feijóo y la colaboración de Mariano Rajoy, el equipo de Rueda ha demandado la presencia de Juanma Moreno Bonilla y de Ayuso. El común denominador entre ambos, con modelos políticos diferenciados, es que los dos lograron mayorías absolutas. Especialmente el andaluz, en un territorio que cotidianamente se le ha resistido al PP. Y el objetivo, ante la posibilidad de que haya una pequeña fuga de voto inoperante para Vox pero sí útil para sostenerse, es que aporten y hagan un llamamiento a la permanencia como garantía de evitar un vuelco electoral. Al 'voto útil'.
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