Parece que el sexo está en todas partes, pero queda mucho que hablar sobre él más allá de lo evidente y esto, como todo, se ve en el cine. Hace unas semanas se estrenó Slow, película con una pareja en la que uno de los dos miembros es asexual y el otro no.
Filmin escribió en X que desde la plataforma habían intentado recomendar otros títulos que representasen la asexualidad, pero no los habían encontrado. Y algo similar ocurre con Creatura, película en la que la protagonista, Mila, se muda con su pareja a la casa familiar de la Costa Brava.
Allí empieza a darse cuenta de que su pérdida de deseo sexual viene de un lugar mucho más profundo de lo que ella cree y emprende un viaje de autoexploración en el que revisita experiencias de su infancia y adolescencia con la esperanza de reconciliarse con su propio cuerpo.
Este punto de partida lleva, por ejemplo, a mostrar el slut shaming sobre las adolescentes en alguna escena, pero también la culpa, la confusión y la negación de una niña cuando experimenta sus primeras pulsiones sexuales, que nada tienen que ver con el deseo adulto.
"Al escribir Creatura nos faltaban referentes. De hecho, nuestros referentes no han podido ser otras películas, sino fragmentos de las mismas. Sentíamos que estábamos abriendo un camino a tientas. No hay películas sobre el deseo femenino", contó a El Independiente Clara Roquet, guionista de Creatura, desde la frenética alfombra roja de los Feroz.
Esa falta de referentes tiene una relación innegable con el hecho de que Creatura aborda varias cuestiones tabú. Al respecto, Elena Martín Gimeno, directora y actriz protagonista de la cinta, recordó que, al escribir la película, se dedicó a "habitar la incomodidad en lugar de escapar de ella".
La cineasta reconoció también desde los Feroz que le había sorprendido la recepción de la película tanto por parte de los jurados de premios especializados como del propio público:
"Pensamos que la película no se entendería, pero la respuesta en Cannes fue brutal. En salas fue muy bonito y triste a la vez comprobar que no hay que infravalorar al público. La gente está capacitada para reflexionar de formas complejas, sutiles y contradictorias, sin que sea necesario simplificarlas", dijo sobre una película que plantea muchas preguntas.
Creatura, que acaba de arrasar en los Gaudí, cuenta con cuatro nominaciones en los Goya, que se celebrarán este sábado 10 de febrero en Valladolid: Mejor actriz revelación para Clàudia Malagelada, Mejor actriz de reparto para Clara Segura, Mejor actor de reparto para Álex Brendemühl y Mejor dirección para Elena Martín.
Esta ha compartido varios vídeos a lo largo de los últimos meses en los que muestra lo complejo de autidirigirse: sin salirse de un personaje con una altísima carga emocional, da indicaciones a sus compañeros de escena o se acerca a la cámara para comprobar las tomas.
Dirigir y protagonizar 'Creatura'
Esta extenuante tarea que ha llevado a la catalana hasta a provocarse ataques de ansiedad es algo que le han hecho prometer que no repetirá, pero que no descarta de cara al futuro: "En la próxima peli no. No soy madre, pero tengo amigas que sí. Y dicen que, cuando acabas de parir, piensas que no tendrás más hijos, pero luego el tiempo pasa, se te olvida y caes. Ahora te diría que no, pero me estoy asegurando de pedirle a la gente que no me permita volver a autodirigirme", apuntó, entre risas.
Cláudia Magadaleda, quien da vida a la Mila adolescente, contó a El Independiente desde la cena de nominados de los Goya que no tenía experiencia en actuación, pero se lanzó sin pensarlo. "No dudé en decir que sí por la delicadeza de la directora y por cómo está escrito. No tiene intención de dejar mal la sexualidad de la mujer, que creo que es lo que hemos hecho casi siempre", apuntó. La joven aseguró también que su rodaje duró 13 días y que el mayor desafío fueron las escenas en el agua.
Clara Segura, también nominada, interpreta a uno de los papeles más complejos de Creatura: el de la madre de Mila. "Esta película me removió muchas cosas a nivel personal y es muy necesaria. Aunque parece que ahora lo tenemos todo muy resuelto y muy inmediato porque tenemos acceso a muchas cosas, queda camino", narró a El Independiente.
La actriz contó que, gracias a la cinta, había descubierto que sus problemas no distan tanto de los de las generaciones más jóvenes. "Creía que el tabú de la sexualidad iba más con mi época porque no hablábamos de nuestra intimidad con profundidad. A la que le gustaba el sexo le decían que era una puta y que sigamos así es un poco triste", reflexionó.
Su personaje representa a todas esas madres que, aunque imprescindibles, se mantienen a la sombra y sin recibir reconocimientos ni validación. Para Clara, esto se tradujo en una gran soledad y en algo "lastimosamente femenino", pero ante todo se mostró satisfecha al ver que el mensaje de la película estaba llegando.
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