El pasado fin de semana, la ya bautizada Liga LIV Golf fue capaz de hacer que las miradas puestas en la Super Bowl, el evento deportivo más importante del año en Estados Unidos -también celebrada en Las Vegas-, se tornasen durante los tres días anteriores al partido de futbol americano, gracias a un gran marketing y actuando como un excelente telonero. 

LIV Golf Las Vegas fue un espectáculo de principio a fin, en un campo corto y asequible donde el frío y el viento diezmaron los birdies de una tabla de clasificación con muchos de los nombres más aclamados del golf mundial. Entre ellos, Jon Rahm, Brooks Koepka, Bryson DeChambeau, Cameron Smith, Phil Mickelson, Sergio García y Dustin Johnson, este último campeón de la cita por un golpe con un acumulado de 12 bajo par en tres jornadas en las que los propios jugadores anticiparon que el resultado ganador sería alrededor de 20 bajo par. 

No muy lejos de Las Vegas se llevaba a cabo el Phoenix Open, el torneo del PGA Tour más famoso y el que reúne a más aficionados desde hace años, con el hoyo más ruidoso de cualquier evento golfístico, el 16 de TPC Scottsdale, rodeado en la totalidad de sus 150 metros por gradas que pueden llegar a congregar hasta a 20.000 personas, y donde Tiger Woods hizo el hoyo en uno más icónico del circuito. Se dice todos los años en las retransmisiones que son unas 100.000 personas las que acuden al campeonato cada día, para un total de medio millón a lo largo de la semana. 

Desafortunadamente, las condiciones meteorológicas en el desierto de Arizona hicieron que el Phoenix Open se suspendiese varias veces durante los primeros días del torneo y la organización no consiguió que todo terminase antes de que la final de la liga de fútbol americano empezase.

El domingo empezaba pronto, ya que ningún jugador había terminado su tercera ronda. “Marathon Sunday”, como lo acuñó el PGA Tour, empezó nada más salir el sol con todos los participantes teniendo que jugar un mínimo de 24 hoyos. Cuando parecía que todo terminaría a tiempo para solo coincidir con las primeras jugadas del partido, el joven Nick Taylor hizo un birdie en el 18 para empatar el 21 bajo par que Charley Hoffman había presentado en casa club. 

Hoffman llevaba sin ganar desde 2016 y haciendo 64-64 en sus dos últimas rondas, su vuelta al círculo de ganadores se convertía en una posibilidad. Taylor se encargó de truncar el fin de semana soñado para su contrincante en el desempate, en el que empataron con birdie el primer hoyo. Con Hoffman habiendo metido su par en el segundo hoyo, Taylor embocaba un putt de tres metros para birdie y cerrar el campeonato unos minutos antes de que Usher saliera a cantar en el descanso de la Super Bowl. 

Hotel Hilton de Las Vegas

Por su parte, LIV Golf Las Vegas, además de acertar con la logística para evitar la mala suerte, añadió algunas atracciones interesantes en el segundo torneo de la temporada. El campo donde se desarrolló estaba al lado de la carretera principal de Las Vegas, con uno de los hoyos, el Party Hole (una imitación del 16 en Scottsdale) con el golpe de salida mirando hacia el Hilton de Las Vegas. Además, los aficionados pudieron elegir qué profesionales jugaban juntos en la primera ronda con LIVX, una página de aficionados de LIV Golf con recompensas y suscripción completamente gratis. 

El torneo en Las Vegas estuvo igualado de principio a fin, llegando a haber casi 30 jugadores separados por 3 (!) golpes en la mitad de la segunda ronda, y 6 jugadores empatados en el liderato cuando quedaban solo 4 hoyos para terminar el sábado. 

En el grupo decisivo de la última ronda se juntaron DeChambeau, Johnson y Rahm, a lo que este último contestó en rueda de prensa: “Creo que es lo que todo el mundo quiere ver, ¿no? Siempre es un poco mejor para un jugador cuando ganas y sabes que estás jugando contra los mejores en su mejor momento. (...) Nosotros lo disfrutamos mucho, pero los espectadores lo disfrutarán más”.

LIV Golf League dio el pistoletazo de salida el primer fin de semana de febrero en Mayakoba, México; después de una pretemporada llena de rumores falsos y mucha incertidumbre sobre cómo sería el nuevo formato. No obstante, la liga patrocinada por el Fondo de Inversión Pública Saudí resolvió todas las dudas a tiempo y apareció en México con un plantel lleno de estrellas y que realmente podía hacer competencia al PGA Tour; y confirmó esa competencia con un torneo lleno de emoción en el que casi nos regalan un desempate entre Sergio y Jon, los dos mejores golfistas españoles en activo.