El rey Juan Carlos y la reina Sofía han reaparecido en Windsor para un homenaje al fallecido Constantino de Grecia. Junto a ellos, aunque han llegado por separado, don Felipe y la reina Letizia. De hecho, el monarca español y su mujer se han sentado junto al emérito, que ha viajado desde Abu Dabi para esta cita.
Una ceremonia organizada por la reina Camilla, pero a la que no han acudido ni el rey Carlos III ni el príncipe de Gales. El príncipe Guillermo estaba en la agenda, pero "problemas personales" le han impedido acudir, por lo que ha llamado personalmente a la familia griega para disculparse por su ausencia.
Preocupación por la ausencia del príncipe Guillermo
El rey Carlos III se encuentra en pleno tratamiento de cáncer y ha cancelado varios de sus eventos. No es de extrañar, por lo tanto, que se haya ausentado de esta cita, a pesar de que tiene marcado carácter familiar. Por su parte, el príncipe Guillermo está gestionando su tiempo para responder a sus atender a su mujer, que está convaleciente. Es por eso, su ausencia en este evento ha generado preocupación por el estado de salud de la princesa Kate.
Sin embargo, y sin dar más explicaciones sobre los motivos de la cancelación del príncipe de Gales, el Palacio de Kensington ha asegurado que su mujer, Kate, continúa mejorando.
El rey Juan Carlos y el rey Felipe entran por separado
Desde España han viajado los reyes Felipe y Letizia, cogidos del brazo y con una ligera sonrisa, vestidos de azul marino que parece haber sido el color de la jornada. El rey Juan Carlos y la reina Sofía entraban por separado y sin posar para la prensa.
La reina Letizia ha optado por un vestido midi de color azul marino y la capa que tanto le gusta con cuello de pelo y que ha usado ya en multitud de ocasiones. Como suele ser habitual últimamente, también ha apostado por un tacón bajo del mismo tono, y un bolso de mano que llevaba bajo el brazo.
Poco antes aparecían las infantas Elena y Cristina, acompañadas por el hijo mayor de la pequeña. Juan Urdangarin, que vive en Londres, caminaba cogido del brazo de su madre y con el rostro serio.
Una vez dentro del templo, la reina Sofía y su hermana Irene se sentaron en la primera fila junto con los miembros más mayores de la Familia Real griega. Dos líneas más atrás se encontraban don Felipe, la reina Letizia y el rey Juan Carlos, en ese orden, con las infantas Elena y Cristina colocadas unos asientos más hacia la izquierda. Se trata de una organización protocolaria, por lo que Juan Urdangarin se vio relegado a la quinta hilera.
Don Juan Carlos se apoya en su hijo, el rey Felipe
A la salida se ha producido por fin la fotografía del rey Felipe con su padre, el emérito. Don Juan Carlos se agarraba a su hijo, que le ofrecía el brazo para ayudarle a caminar hacia la calle frente al palacio de Windsor. En la otra mano, el padre del monarca llevaba un bastón con el que conseguía mantener el equilibrio.
La reina Letizia, por su parte, se quedaba algo rezagada, junto a la reina Sofía, hablando con los presentes mientras seguía los pasos de su marido y el emérito.
Encuentro royal por excelencia
Los miembros más populares de la familia griega eran de los primeros en llegar. La viuda, Ana María de Grecia, con la misma raya diplomática que luce la reina Camilla. O su hijo Pablo y Marie Chantal de Grecia, no podían ausentarse del homenaje a Constantino.
Lo mismo con sus hijos, Olympia, Constantine Alexios, Achileas y Odysseas de Grecia, sobre todo cuando viven en Londres, donde han desarrollado gran relación con los royals británicos. También Nicolás de Grecia, junto a Tatiana Blahnik, han sido fotografiados caminando hacia el templo de Windsor.
La princesa Ana, una de las royals más queridas entre los británicos, se ha sentado junto a la reina Camilla en esta ceremonia religiosa que pretende compensar por la ausencia de Carlos III en el funeral de Constantino en Grecia. Recién proclamado monarca tras la muerte de Isabel II, el nuevo Rey mandó a su hermana en su representación, mientras que el resto de Casas Reales europeas fueron prácticamente al completo.
A este acto celebrado en Windsor, también han acudido el desacreditado y supuestamente apartado de la primera línea príncipe Andrés. Al ser un acto familiar, el hermano del rey Carlos no ha tenido problema en asistir junto a Sarah Ferguson, que está en su propia lucha personal contra el cáncer de mama. Sus hijas, Beatriz y Eugenia de York, no han querido faltar.
Otros representantes de casas reales internacionales han acudido a este servicio religioso. Por ejemplo, la reina Noor de Jordania, acompañada por Kyril de Bulgaria. O benedicta de Dinamarca, que ha lucido un favorecedor conjunto verde.
El detalle de las joyas de la reina Camilla
La reina Camilla ha escogido para la ocasión un conjunto de color azul marino con raya diplomática y un sombrero a juego con plumas en el ala. En los cuellos, la consorte se ha puesto por primera vez los clips de hoja de hiedra. Unas delicadas joyas de diamantes que la dama Margaret Greville, coleccionista de joyas, pidió a Cartier en los años 30.
Tras su fallecimiento, la Familia Real británica se convirtió en la heredera de estas piezas, entre las que también se encuentra la tiara kokoshnik de esmeraldas que la princesa Eugenia lució en su boda. Estos broches con inspiración floral, en particular, fueron un regalo del rey Jorge y su esposa a su hija, Isabel II, por su 21 cumpleaños. Piezas que llevó en varias ocasiones durante su reinado y que ahora ha heredado la nueva reina Camilla.
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hace 9 meses
¿Quien afirma taxativamente que la républica es mejor que la monarquia parlamentaria?
Mitterrand, de Gaulle, Macron, o François Hollande «ce petit homme sympathique» que abandonaba el Élysée en scooter para hacer el amor a una bella comediante mientras su compañera en curso arropaba la miseria en oriente y la madre de sus cuatro hijos se ocupaba del Ministerio del Medio Ambiente, la Energia y el Mar. Puro romanticismo para la hija de la cohabitacion Ségolène, la Royal.
«Hace frio en Washington» fueron las primeras palabras de Monsieur le Président, en visita de Estado, a la casa blanca de Obama. Despues al calor del hogar nombraba primer ministro a Manuel Valls, un español en Matignon que completaba la hidalga conquista de la torre Eiffel.
¡Ay los Borbones! ¿No son humanos tambien? ¿Somos acaso peores o mejores en nuestra condicion?
Es cierto que una imagen vale màs que mil palabras. Juan Carlos I sonrie revoltoso apoyandose en Felipe Rey quien, eclipsando a Elena, soporta el peso de la responsabilidad ante el sufriente amor incondicional de Dña.Sofia la suegra de una plebeya con sonrisa y mirada entre vengativa y complaciente.