"No os rindáis". Fue el mensaje póstumo de Alexei Navalni. Una multitud de ciudadanos rusos, varios cientos quizá unos pocos miles, han querido dar su último adiós al disidente ruso, muerto en una prisión cercana al Ártico el pasado 16 de febrero. EEUU y la UE responsabilizaron al líder ruso, Vladimir Putin, de la desaparición de su bestia negra.

La esposa del disidente, Yulia Navalnaya, considera que fue asesinado. Incluso encarcelado suponía un peligro para Putin, quien ha convocado elecciones presidenciales el 15 de marzo en las que no habrá sorpresas porque no tiene rivales. El Kremlin ha rechazado las acusaciones: sostiene la tesis de que falleció a los 47 años por causas naturales.

Navalni ya sobrevivió a un intento de envenenamiento con el agente químico novichok, empleado por los servicios secretos rusos para eliminar a varios antiguos espías incómodos. En agosto de 2020 Navalni se sintió mal durante un viaje y tuvieron que hospitalizarlo. Su esposa logró entonces que le permitieran salir del país y le trataron en Berlín. No quiso quedarse en el exilio y a su regreso en enero de 2021 fue detenido. Desde entonces no recuperó la libertad.

La madre de Navalni, Liudmila, tardó más de una semana en recuperar el cadáver del disidente ruso. No le querían entregar el cuerpo a menos que asegurara que no habría un entierro público. Pero la madre se negó.

Yulia Navalnaya se ha erigido en la sucesora de su esposo. Ha prometido que seguirá su batalla. Justo el día que se conoció su muerte, Navalnaya se dirigió a la élite de la seguridad global en la Conferencia de Múnich. Esta semana ha hablado ante el Parlamento Europeo.

"Estamos contigo"

Después el régimen de Putin trató de que no hubiera un homenaje. Ni siquiera querían colaborar las empresas funerarias. Finalmente, el funeral se ha celebrado en la iglesia de Marino, el barrio de Navalni, y su sepultura estará en el cementerio Borísovo.

A este camposanto han acudido miles de ciudadanos rusos, a pesar de que se exponen a ser detenidos. Llevaban flores y coreaban: "Rusia será libre" y "Liosha (diminutivo de Alexei) estamos contigo". Varios moscovitas se han acercado a los padres de Navalni para pedirles perdón.

Las autoridades rusas habían tratado de disuadir a los ciudadanos con un despliegue de vigilancia en la zona donde se ha celebrado la misa y luego en el cementerio. El portavoz del presidente, Dmitry Peskov, ha advertido de que no se iba a tolerar la alteración del orden público.

"Hemos de recordar que la ley ha de cumplirse y cualquier reunión no autorizada está fuera de la ley. Cualquiera que participe tendrá que responder ante la ley", ha dicho Peskov, portavoz de un régimen que se salta la ley siempre que le conviene.

En los últimos días la policía ha arrestado a 400 personas que se han acercado a los monumentos en recuerdo de las víctimas de la persecución soviética a dejar flores. El mensaje de homenaje a Navalni estaba claro. Y también a quienes apuntan como autores de su muerte.

Cuando el féretro tocaba la tierra, sonaba My Way, de Fran Sinatra. Era una de las canciones favoritas de Navalni. "¿Qué es un hombre, qué tiene él?/
Si no a sí mismo, entonces no tiene nada/ Decir las cosas que realmente siente/ Y no las palabras de alguien que se arrodilla/ La historia muestra que asumí los golpes/ Y lo hice a mi manera/ Sí, a mi manera
".