Cuando se alcanza cierta edad y el tiempo ya se mide en décadas, quedan recuerdos que son como pequeñas llamas del fuego del hogar cuando uno se reencuentra con buenos amigos para celebrar que tienen nuevo disco. Teo y María siguen juntos. Encajan. Siempre lo hicieron. Cada uno con su forma de ver el discurrir de la vida, pero recorriéndola del mismo modo en el que hablan en las entrevistas: sin pisarse nunca. Sabe uno exactamente cuándo va a acabar su frase el otro para complementarla con la sabiduría que les dan su cuatro décadas de experiencia vivida en conjunto.
De forma improvisada acabamos sentados en una terraza con el magnífico telón de fondo de los tejados de Madrid. Esta escena me recuerda al día lejano en el que, en el estudio de la radio desde el que se divisa este mismo mar de azoteas roto por la verticalidad de los rascacielos, presenté en primicia “Los tejados”, uno de sus temas más recordados durante las décadas siguientes. No voy a disimular el orgullo que conservo por las llamadas de felicitación que recibí por mi motivación en antena. Estos dos atípicos artistas lo merecían, y siguen mereciendo tiempo de nuestras vidas para escucharlos.
Pregunta.- ¿Qué recuerdos os traen estos tejados, ahora que venís desde la Galicia rural?
María.- He extrañado profundamente Madrid desde que me mudé. Viví aquí desde los 19 años hasta que Teo se unió a mí. Juntos experimentamos la trayectoria de Cómplices en esta ciudad, donde tuvimos cinco hijos y vivimos intensamente cada momento. Sí, muchísimo. Siento la necesidad de regresar frecuentemente porque me invade un sentimiento de vacío. A veces, al regresar, Teo me ve llorar de emoción.
Teo.- Celebramos y dedicamos a Madrid aquella canción que presentaste porque, aunque tenemos temas que nos recuerdan a América, a Andalucía, a la India y otros lugares, "Los tejados" es un homenaje a Madrid, la ciudad que nos ha dado tanto.
P.- Para ubicar al lector y antes de entrar en lo que es vuestro nuevo disco, tengo otro recuerdo: mi primera entrevista con vosotros. Nunca olvidaré que Teo, muy familiar, me contó que se había comprado un Mac en una tienda a pocas manzanas de aquí. Me hice cliente, y tantos años después, acabo de actualizar mi móvil ahí. Las décadas han pasado, y aunque vivís en el campo, podéis crear allí un nuevo trabajo completo gracias a las nuevas tecnologías. ¿Siguen interesándote?
Teo.- Conservo aquel Mac. Y sí, la tecnología ahora juega un papel crucial en la música. Yo siempre he estado fascinado por ella, sigo enganchado. Aunque el riesgo ahora está en olvidar que el factor humano ha de predominar sobre las posibilidades técnicas.
María.- Bueno, yo me confundo con solo ver un botón. No es que no entienda, es solo que me complico fácilmente, incluso con mi teléfono. Le hablo mal cuando me frustra. Pero Teo es muy hábil con estas cosas.
Teo.- Lo de la inteligencia artificial es un poco peligroso, pero reconozco que, si se usa adecuadamente, puede ser muy útil. Yo mismo la he usado en la producción de un vídeo, colaborando con un especialista y un editor. Recurrí a la IA, que me pareció fascinante, y luego agregué mis propios dibujos y toques personales. Además, nuestros hijos la usan constantemente. Pero si tengo que elegir una IA, me quedo con la isla de Arosa.
P.- Ahora lanzáis nuevo trabajo, que complementa un repertorio de clásicos que definen vuestra carrera, como "Es por ti", "Sonrisa plateada" y tantos más. Como ocurre con los mejores artistas de siempre, ¿se nota la presencia de varias generaciones de fans en vuestros conciertos?
Teo.- Sí, definitivamente. La música va más allá de lo que uno podría pensar. A pesar de la popularidad de géneros como el reguetón o lo que podemos ver en los Grammy latinos, hay una necesidad emocional que solo ciertos grupos pueden satisfacer. Y nosotros, junto a muchos otros, hemos vivido y disfrutado de esto. Es un nicho muy vivo.
María.- Recientemente, en un festival en Puertollano, con grupos de los 80 y 90, el lugar estaba lleno. Me sorprendió ver a tanta gente, mayoritariamente adulta. Pensé, mira cuánta cabeza canosa hay aquí.
P.- María, hace años me confesaste cómo fue tu primera experiencia sobre un escenario. ¿La recuerdas?
María.- Me tuvieron que empujar. Fue en el Palacio de los Deportes, lleno hasta los topes y con toda la prensa de Madrid presente. Era nuestro primer concierto importante y me entró un ataque de pánico. Un guardia de seguridad se dio cuenta y me empujó hacia el escenario. Me encantaría ahora saber quién es, porque sin su empujón, nunca habría salido. Salí a actuar casi tropezando.
P.- Estas son las cosas que ayudan a conoceros. En el sector, cuando se hablaba de Cómplices, la impresión general era la de un grupo nómada que vivía en una furgoneta, con perros y niños, sin un hogar fijo y sin mánager. ¿Habéis cambiado esa forma de vivir?
Teo.- Es interesante que menciones eso. Me trae recuerdos. Recientemente leí una biografía de Paul y Linda McCartney que presentaba una vida similar: viajes en furgoneta, acompañados de sus perros y niños. Aunque yo, a diferencia de Linda, que era vegetariana, sí como chorizo.
María.- También hay que decir que ahora somos más navegantes. Después de sacarme el PER [el título de patrón de embarcaciones de recreo] yo soy la capitana del barco. Teo prefería que lo hiciera yo, así que soy la patrona del barco y él mi grumete favorito.
Teo.- Navegar ofrece una sensación de libertad increíble. Así pasamos la pandemia, en el mar.
P.- Muchos creadores coinciden en reconocer que hay un antes y un después del confinamiento. ¿Para vosotros también?
Teo.- Desde la pandemia, la música se ha convertido en una terapia esencial. El mundo ha experimentado un gran revuelo que nos ha afectado a todos profundamente. Nosotros nunca dejamos de crear. En nuestro caso, al sacar nuevo trabajo, la pereza llegó cuando tuvimos que pensar en lanzar un disco con una discográfica, abrir una oficina y contratar un mánager. Y la promoción, como la que estamos haciendo ahora contigo, es parte del proceso.
María.- Muchos artistas consideran las entrevistas un fastidio, pero para nosotros es un reencuentro agradable con gente que casi siempre conocemos. Estamos muy contentos con nuestro nuevo mánager, Manolito Sánchez, un clásico en el medio, y con artistas como Rafa Sánchez en nuestra oficina. Estamos realmente felices.
P.- Hablemos ahora de este nuevo disco, "Terra". ¿Cómo se gestó?
Teo.- El proceso fue largo, debido principalmente a los amplios intervalos de tiempo entre la creación de un tema y otro. Elegimos el nombre por varias razones: en primer lugar, porque vivimos en Galicia. "Terra" es tierra, y todo lo que está sucediendo nos llevó a pensar que sería un título apropiado. El álbum aborda diferentes aspectos de nuestro entorno, que ahora parece más peligroso que nunca.
María.- Es sorprendente lo que está ocurriendo. Por ejemplo, el avistamiento de orcas en Galicia, cerca de las Islas Cíes. Me sobrecoge ver cómo persiguen a los barcos.
P.- Entonces "Terra" se conecta con las raíces y una vuelta a lo básico, a nuestro origen y destino final, que es la tierra misma. ¿Dirías que este álbum es un viaje musical a través de diferentes maneras de ver y vivir la realidad?
Teo.- Exactamente. Es un viaje a través de nuestras preocupaciones y obsesiones, pero también de nuestros placeres. Por ejemplo, tenemos "Tú y yo", una canción que celebra la vida y la felicidad. "John Paul George Ringo" es un homenaje a los Beatles, una gran influencia para nosotros, y "Soy payo" al mundo flamenco, siempre presente en nuestra música. El disco es variado, refleja una amplia gama de emociones y pensamientos que nos ocupan.
P.- Y la cuidada producción es al estilo Cómplices.
Teo.- Una producción nunca se acaba. Siempre puedes mejorarla o estropearla, pero terminas en algún momento, y reconozco que la tecnología de hoy en día ayuda mucho.
María.- Teo tiene un gran feeling cuando mezcla. A veces, excelentes ingenieros de sonido han intentado mejorarlo, pero siempre prefiero su primera mezcla. Desde las primeras canciones ha tenido un excelente oído.
P.- Los que apreciamos matices en la música sabemos que un disco de Cómplices es sinónimo de calidad. ¿Son cuadros pintados con canciones, formando, por ejemplo, una marina?
Teo.- Eso es lo que intentamos. Si la música toca el alma, hemos logrado nuestro objetivo.
P.- Por cierto, en una época en la que las relaciones son tan efímeras, me sorprende veros aún juntos.
María.- ¿Verdad? Creo que nos llevamos bastante bien.
Teo.- Sí, bastante.
María.- Hay momentos en los que dan ganas de irse, y como decía Antón Reixa, "menos mal que nos queda Portugal". Pero, ya en serio, nadie nos obliga a estar juntos. Lo estamos porque queremos y estamos a gusto. Es un misterio.
P.- Entrevisté a la pareja más longeva del mundo y me dijeron que el único secreto es la paciencia. ¿Es cierto en vuestro caso?
María.- Totalmente. La paciencia es la clave.
Teo.- Las relaciones humanas y las carreras musicales largas son complicadas. Es fácil lanzar un single y luego desaparecer, pero eso no es lo que queremos.
María.- Aunque con cinco hijos que te crispan los nervios, a veces les digo "ojalá volviera a meteros dentro".
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