El combate de la inmigración ilegal, que en determinados discursos de sus dirigentes acaba extendiéndose, o así se percibe, a la inmigración de forma generalizada y con especial interés en la árabe y musulmana, viene teniendo mayor o menor intensidad en Vox en función de la coyuntura. Ha habido periodos donde el procés lo capitalizó todo, como trampolín para entrar en las instituciones. Otros en que lo que han predominado han sido las cuestiones morales, de valores o religiosas vinculadas a cristianismo occidental. Pero la inmigración siempre está ahí, y sirve de llave para vehicular otros temas. Por ejemplo, frente al feminismo y la defensa de los derechos de la mujer, como ya vienen haciendo otros socios europeos, Vox vincula su rechazo al islam como defensa del colectivo. Igualmente, ocurre con los homosexuales. O con cuestiones sociales derivadas del Estado del bienestar. Y es que, en definitiva, si algo vincula a los movimientos populistas de derecha es el chovinismo.
Ahora, de cara al ciclo electoral vasco, catalán y europeo, el partido de Santiago Abascal vuelve a situar como principal bandera de distinción esta materia. En juego está no retroceder más electoralmente, tras el declive experimentado en las generales del año pasado. Especialmente se la juega frente al PP en Cataluña y en las europeas, con la amnistía muy presente. Y las encuestas de cara de los populares, que triplicarían al menos los resultados catalanes y duplicarían los continentales. Un golpe en estos escenarios, sería duro para Bambú, especialmente en el europeo, donde se estima un crecimiento generalizado de sus homólogos.
Esta apuesta por la temática migratoria puede verse justificada por varios elementos desde un punto de vista estratégico. Por ejemplo, la discusión y definitiva aprobación del nuevo Pacto migratorio europeo de fondo, las tasas de población migrante en Euskadi y Cataluña, o el informe del Departamento de Seguridad Nacional que indica que la inmigración es una de los tres principales amenazas de España. A ello se remiten fuentes del partido a nivel nacional, que consideran la cuestión ahora más crucial que nunca.
Sin competencia
Pero también sucede que el PP, aunque sí ha coqueteado con un perfil más duro con la inmigración, con la Unión Europea y el PPE como espejo, sigue sin romper esquemas. Y eso deja a Vox con una temática 'libre', sin un gran competidor que le pueda hacer frente. La muestra más clara de ello tuvo lugar este martes en el hemiciclo: todos los grupos salvo el de Abascal apoyaron una regularización masiva de extranjeros que actualmente trabajan en España, tras demandarse con un fuerte respaldo popular a través de una iniciativa legislativa popular (ILP). El PP lo avaló para que comenzase el debate sobre este asunto, más allá de la propia iniciativa. Incluso el PSOE quiere ir de la mano con Europa pese a la presión de Sumar.
Vox es el único partido del Congreso que se ha negado a comenzar el trámite para regularizar medio millón de extranjeros
Vox viene dando pasos en las últimas semanas para dar protagonismo a la cuestión, que enrola con otras de actualidad como la ley de amnistía o la corrupción que rodea a los contratos de mascarillas y a la trama Koldo que está investigando la Audiencia Nacional. Se ha hecho en las ruedas de prensa periódicas y en mítines, pero también internamente, en el ciclo de reuniones sectoriales que la marca está haciendo en Bambú junto a sus portavoces. Ya han sido abordadas cuestiones como la Sanidad o Agricultura entre sus principales portavoces también. Pero ha sido en la campaña vasca, que se encuentra en el ecuador, o en la presentación de candidaturas catalanas que lidera Ignacio Garriga para los comicios de mayo, cuando la cuestión ha alcanzado sus máximos. Sin estar, pese a todo, tensionadas las fronteras en su franja sur como ocurrió a finales de año en Canarias.
Sin iniciativa contra la amnistía
La problemática que tienen los de Abascal es que, pese al constante intento de situar su argumentario ante asuntos como la amnistía o la corrupción, mediante propuestas parlamentarias o declaraciones públicas, es el PP quien tiene operatividad material de llevar cualquier ofensiva a buen puerto. Y sólo desde el Senado, donde cuenta con mayoría absoluta. Allí Vox solo tiene tres cargos. Vox intenta recoger la atención del electorado conservador mostrando un perfil más duro que el PP, en todo caso. Pidió no admitir a trámite la amnistía una vez llegase, algo inconstitucional y a lo que el PP se negó tras consultarlo con los letrados. Luego planteó un conflicto de competencias a lo que terminó accediendo Génova. Algo que, pese a todo, no ha supuesto un punto de inflexión, porque son los populares quienes, a la vista de la opinión pública, marcan los tiempos de la Cámara. Ahora se les insta a llamar a Begoña Gómez a la comisión de investigación de las mascarillas, a lo que el PP se resiste aunque sigue acotando al entorno de la esposa de Sánchez.
Cualquier decisión de ambas temáticas saldrá del seno popular. Incluido el recurso de inconstitucionalidad en el que ya se trabaja para presentarse una vez se terminen los plazos de reposo de la amnistía en el Senado, y vuelva al Congreso para su aprobación. Porque Vox ya no tiene capacidad por sí solo de ir al TC. Tampoco de fomentar mociones de censura.
Una de las variantes por las que en este tiempo, especialmente en febrero, Vox ha intentado romper esa dinámica de atención ha sido con las protestas del campo. Su corto alcance ha impedido desplegar un perfil potente, en todo caso. Aunque no se descarta que, de cara a las europeas, el asunto vuelva a recoger notoriedad. Ahora bien, la amnistía estará ya aprobada y acogerá el foco de atención. Sobre todo cuando el PP quiere que su familia europea no se quede de brazos cruzados.
Luego está el cambio táctico fomentado desde octubre del año pasado con la elección de Miguel Tellado como portavoz parlamentario: más duro, más ingenioso y sin problemas para entrar en el cuerpo a cuerpo con el Gobierno. También la designación de perfiles como Cayetana Álvarez de Toledo como adjunta. Ese viraje hacia la dureza ha quitado protagonismo a Vox en los plenos de la cámara.
El despliegue antimigratorio en territorio vasco
El hilo conductor de la temática, en este caso, es el de la seguridad. El foco vasco, bajo el lema de refuerzo Sabes que es verdad, se ha puesto en Bilbao, mientras que el catalán lo hace bajo datos también sobre el lugar de procedencia de los encarcelados en la región. Hay dos que usa Vox a raíz de un informe del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) con números del año pasado: en 33% en Euskadi y el 49% en Cataluña de los encarcelados son de procedencia extranjera. Así es. También es un hecho que en los últimos años se han incrementado los delitos en el País Vasco. Según la Ertzaintza, el número de infracciones penales fue de 105.800 en 2023 frente a 2022 y 2021, que fue de 92.423 y 82.947 respectivamente.
Vox apuesta por el lema de campaña en las vascas 'Sabes que es verdad', que busca reforzar el marco contra la inmigración
En Euskadi, el aumento de delitos en esos años es de 22.853, mientras que el número de extranjeros encarcelados ha pasado sólo de 409 a 502 personas, según los balances del CGPJ. Y según el INE, desde 2021 hasta el primer trimestre de 2022 la población extranjera allí pasó de 6.752 a 17.069 personas. Por lo que la duplicación de llegadas no ha doblado el número de delitos. Se rompe el marco de Vox. Además, pese a esa subida de la delincuencia, bajaron ligeramente los robos con violencia. Los de Abascal sostuvieron en un mitin en el barrio de San Francisco, uno de los más multiculturales y a la vez conflictivos de Euskadi, que los robos con violencia habían aumentado un 100%. Lo niega, además, el balance de criminalidad del Ministerio de Interior: bajaron un 11% en Vizcaya el año pasado. Los asaltos a domicilios, por otro lado, descendieron un 27,8% global. Así como un 20% menos en caso de comercios y locales. Aumentaron, eso sí, los delitos de ciberdelincuencia.
Otra de las premisas de campaña de Vox es que las violaciones, que Vox siempre vincula al aumento migratorio, "se han multiplicado por cuatro", en "un 200% de 2o22 a 2023". Así lo trasladó en un mitin en Irún (Guipúzcoa). Según el mismo balance de Interior, las agresiones con penetración bajaron en País Vasco un 1,7% y un 9,8% en esa provincia. Sí es cierto que el resto de agresiones sexuales, de acuerdo a un informe de la policía vasca, subieron un 15,2% –un 22,7% provincial–. Pero nada que ver con las cifras de Vox. Y además, hay que tener en cuenta, como la propia Ertzaintza advierte, que por la entrada en vigor de la ley del 'solo sí es sí' se han aglutinado los abusos con las agresiones sexuales en un único concepto.
El dominio del PP de la ofensiva contra la amnistía complica a los de Abascal introducir el antinacionalismo como principal baza de rédito en Cataluña, porque será crucial en la campaña popular. En Euskadi, la omisión de EH Bildu en su campaña de elementos o reclamaciones soberanistas en pro de la gestión ha impedido igualmente a Abascal y a su candidata, Amaia Martínez, abundar en ese aspecto. De ahí la apuesta por el combate a la inmigración.
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