Infiltraciones, zapatos anchos o cirugía: estas son las soluciones al mal de pies de la reina Letizia

Cuando en 2022 fue diagnosticada con el Neuroma de Morton, la reina Letizia comenzó a utilizar tacones mucho más bajos. Desde entonces la hemos visto con más zapato plano, mocasines, zapatillas... todas las opciones cómodas comenzaron a poblar su vestuario. Pero este miércoles, en la cena de gala del Palacio Real de Ámsterdam, la mujer de Felipe VI sufrió una recaída.

A pesar de que se publicó que llevaba unos tacones de 12 centímetros, no fue vista caminando. Durante el besamanos estuvo sentada en un taburete y cuando Guillermo y Máxima de Holanda entraron en el salón del banquete con el rey Felipe ella ya estaba en su sitio.

Sin embargo, este jueves ha continuado con su agenda con normalidad, de nuevo con zapatos de tacón. Concretamente los Marina de la firma Magrit, una de sus favoritas para el calzado, unos salones destalonados de piel con un tacón de seis centímetros que tiene un precio de unos 290 euros. Ha llegado caminando, con una sonrisa, y ha permanecido de pie sin problema cuando correspondía.

Aunque a lo largo del día se podían apreciar en su rostro gestos de molestia. Doña Letizia no estaba tan sonriente como acostumbra o como se podía esperar de un acto con la reina Máxima, que es muy dicharachera y habla español.

¿Qué es el neuroma de Morton?

Según cuenta el doctor Óscar Madruga, podólogo y experto en biomecánica de la clínica Hermosilla de Madrid, es normal que se produzcan estos episodios en una persona con neuroma de Morton. "Es posible que el dolor vaya por picos", explica. Sobre todo cuando, después de un día entero de pie o caminando con zapatos que presionan los dedos, se inflaman aún más.

Tal y como explica el podólogo consultado, el neuroma de Morton es una masa, una tumoración, formada por una lesión del nervio que ha tenido una mala curación. "Genera un ciclo repetido de lesión, curación, como una pescadilla que se muerde la cola, lo que termina por producir una lesión degenerativa", explica.

La dolencia causa dolores, normalmente entre el tercer y cuarto dedo del pie afectado, que parecen calambres. También se puede sentir como si se tuviera un garbanzo en la planta que molesta al apoyar y caminar, o un ardor especialmente molesto.

¿Por qué se produce el neuroma de Norton?

Esta tumoración se diagnostica, normalmente, por la sintomatología. El dolor suele ser el motivo por el que el paciente acude a la consulta, tras lo que se realizan las pruebas necesarias para confirmar. A la pregunta de cuál es la causa de que se produzca esta dolencia, el doctor Madruga lo tiene claro: "es una neuropatía por atrapamiento", comenta. Se genera una presión en el ligamento intermetatarsal por el uso de zapatos apretados.

En particular, el doctor explica que no tienen por qué ser zapatos de tacón. Bastan unas manoletinas de punta estrecha para producir esta dolencia que, normalmente, se produce en un solo pie. Aunque puede llegar a ocurrir en los dos pies o incluso en varias zonas.

Según confirman a este periódico varios fisioterapeutas y médicos, se trata de una dolencia de difícil tratamiento y muy dolorosa. No bastan las sesiones de terapia y en, muchos casos, tampoco es suficiente dejar de utilizar zapatos planos.

¿Cuál es el tratamiento?

Aunque se pueden tomar medicamentos analgésicos para intentar frenar el dolor que pudo haber sentido el miércoles la reina Letizia, no son una solución. De la misma manera que es útil el reposo y poner los pies en alto para evitar la inflamación. Tal y como explica el doctor Óscar Madruga, hay cuatro posibles vías de tratamiento que van de menos a más.

La primera y más importante de las soluciones es dejar de utilizar zapatos que aprieten los pies. Es importante que tengan la punta amplia y que, adicionalmente, tengan un soporte plantar que equilibre las fuerzas que recibe la parte delantera del pie. Es decir, una plantilla.

La segunda opción, si el calzado no termina de aliviar el problema, es probar las infiltraciones. Ya sean de corticoides en cantidades mínimas para aliviar la inflamación o de ácido hialurónico, que además de desinflamar también forma una especie de acolchamiento que puede evitar el dolor. Ante la pregunta de si el bótox puede también favorecer, el doctor Madruga asegura que no se ha demostrado su eficacia.

Cuando ninguna de las dos opciones anteriores termina siendo de ayuda, se sugiere la ablación con radiofrecuencia. Esto es una operación en quirófano, con el pie está anestesiado, donde se intenta dormir al nervio utilizando calor. Esta posibilidad se compagina a menudo con una cirugía mínimamente invasiva en la que se acorta el ligamento intermetatarsal profundo para intentar aliviar el dolor.

Por último, está la opción de extraer el trozo dañado del nervio, pero es la última alternativa, ya que produce la insensibilidad de la zona. Puede ser, además, peligroso de cara a posibles heridas o infecciones, que cicatrizan peor ante la falta de sensibilidad.