El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha inaugurado el curso político en Cataluña con un discurso centrado en la reivindicación del 1-O y de los políticos encausados por su convocatoria, en el que sin embargo ha asegurado mantener la "mano tendida" al Gobierno. "No es una protesta, sino una propuesta" ha asegurado reiteradamente, para advertir al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que el punto de partida es "el referéndum del 1 de octubre" y la "declaración de independencia".
Con este punto de partida, Torra ha insistido en que "no puedo aceptar una sentencia que no sea la libre absolución" y ha advertido de que, en caso contrario "me pondré a disposición del Parlament, para tomar las decisiones de pais que haya que tomar", una amenaza que tanto podría ocultar la convocatoria de nuevas elecciones anticipadas como una actuación en contra de la decisión del Tribunal Supremo.
Por ello, el presidente catalán ha convocdo una "marcha que empieza mañana y acaba el dia de las sentencias, que solo podemos aceptar como absolutorias porque los delitos son inexistentes". Torra ha advertido además que "sobre humillaciones no se construye nada", una frase que parece destinada al Gobierno, al que ha pedido que demuestre en qué se diferencia del ejecutivo de Mariano Rajoy.
Torra ha llamado al Gobierno a "una negociación de buena fe" en la que ha evitado incluir, sin embargo, la liberación de los políticos encarcelados, que en los últimos días ha reclamado exigiendo al Ejecutivo que incida en la postura de la Fiscalía.
Recibido por una larga ovación, Torra ha pronunciado una conferencia celebrada en el Teatro Nacional de Cataluña, abarrotado de público ex convergente bautizada como "Nuestro momento", en la que ha analizado la situación en la región y ha perfilado la hoja de ruta del Govern para las próximas semanas.
Una hoja de ruta en la que ha asegurado que "no volverán" a pantallas pasadas, pero ha vuelto a reivindicar el referéndum de autodeterminación pactado con el Gobierno como única salida posible a la crisis política catalana. Referéndum y absolución de los presos han sido las dos grandes reclamaciones de un Torra que ha insistido en la posibilidad de hacer posible la república pero ha dejado toda la responsabilidad en la movilización de la gente.
Con la Diada y el aniversario del referéndum de independencia del 1-O a la vuelta de la esquina, Torra ha afirmado que "nuestra causa es más reconocida que nunca a nivel internacional" pese a que "desde el Rey hasta el último magistrado" han intentado derribar el procés. "Este pueblo no ha dado un paso atrás ni hemos renunciado a nada", ha dicho.
"Hemos visto como los derechos humanos de este pueblo han sido vulnerados", continuaba Torra. "Hablo de un pueblo unido contra el fascismo", decía, repasando el argumentario habitual del independentismo.
El 1-O, un acto de "empoderamiento"
El president ha asegurado que hay "un 80% de personas que están a favor de un referéndum vinculante" y que ese mismo porcentaje "no reconoce a la monarquía". También ha acusado al Estado -"desde el rey hasta el último juez"- de "justificar la violencia y el exilio. Ya sabemos hasta donde están dispuestos a llegar".
Torra ha calificado el referéndum ilegal del 1 de octubre como "un proceso constituyente, democrático y de empoderamiento" a la que se respondió "con violencia contra representantes públicos que fueron responsables con el mandato del pueblo". "Miles de catalanes han sido encarcelados, procesados o detenidos sólo por colaborar en una votación", ha dicho.
"El tiempo de las amenazas y del miedo ha acabado en Cataluña", afirmaba Torra, interrumpido con aplausos del público que llenaba las butacas del teatro, cuyo escenario estaba adornado por una bandera catalana y el clásico lazo amarillo. Un público entre el que ha destacado la presencia de la portavoz del PSC en el Parlament, Eva Granados, junto su presidente, Roger Torrent, y la plana mayor de ERC y la CUP.
El president de la Generalitat, cambiando al español, ha llamado a "todos los ciudadanos de España" a unirse a las celebraciones de la Diada y ha querido "dar las gracias a todos aquellos que quieren una solución pacífica" para el conflicto en Cataluña.
"Venganza" contra los presos
En este contexto, ha denunciado que "cada día que pasan en la prisión" los líderes independentistas "asistimos a un acto de venganza contra ellos y contra el pueblo de Cataluña", para llamar también a los "ciudadanos españoles" a una "marcha cívica" de denuncia en la que "no temo las consecuencias porque creo en nuestro país y en la obligación de defenderlo".
"La propuesta de hoy tiene una divisa: libertad o libertad" ha asegurado remitiéndose a "las grandes luchas como el 1-O o Martin Luter King" para defender su una marcha "por los derechos civiles tiene que ser amplia y multitudinaria".
"El 1 de octubre cambió todo en Cataluña, pero también cambió todo en el mundo", ha dicho el president, alegando que los ex altos cargos del Govern exiliados "han sido recibidos en países extranjeros" y ha asegurado que el "alto comisionado de los derechos humanos de las Naciones Unidas ya ha admitido las denuncias de Puigdemont", si bien este organismo no ha emitido ningún dictamen y se ha limitado a, simplemente, admitir el documento.
Pide "desbordar la Diagonal"
El líder del Govern ha pedido a los ciudadanos de Cataluña que se unan a la marcha de la Diada del 11 de septiembre para conseguir "una asistencia multitudinaria que desborde la Diagonal de Barcelona para reivindicar la República Catalana".
También ha desgranado el calendario de las próximas semanas y ha afirmado que "a partir del día 20 de septiembre" tendrá "una mirada de reivindicación y de esperanza".
Del mismo modo, ha pedido una alta movilización en las calles "operando de una escrupulosamente coordinada" para volver a mostrar "la solidez y fortaleza de los momentos más críticos para comenzar el camino de un proceso constituyente fruto de los consensos sociales".
"La prioridad ahora mismo", ha dicho Torra, "son los planes progresistas y de progreso. No creemos en la separación entre los nacional y lo social. Para nosotros, ambas forman parte del camino recto hacia la república".
"Una causa justa"
"Tenemos una causa justa con consenso internacional. El Estado español creía que prohibiendo el referéndum conseguiría ilegitimar el procés a nivel internacional, pero ha ocurrido justo lo contrario", aseguraba Torra.
"El mundo ya nos considera un actor político de facto. Eso es algo que nos hemos ganado y que se han ganado los ciudadanos de Cataluña", decía el president, recurriendo a otra de las habituales proclamas del sector soberanista.
El líder independentista ha señalado hasta ocho puntos "clave" que ha querido transmitir, y que iban desde la "iniciativa política a todos los niveles" hasta una "oferta de diálogo con el Estado español" pasando por "la república compartida" o la "defensa política de los presos porque la democracia no es delito".
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