"Bulos", "desinformación", "fakenews", "pseudomedios"... el lenguaje político del presidente del Gobierno se ha llenado de descalificativos hacia aquella prensa que, dice, forma parte de la "maquinaria del fango", término que repitió no menos de cuatro veces durante la entrevista del pasado lunes en TVE. En su carta "a la ciudadanía" no dudó en apuntar hacia los medios de comunicación que habían publicado informaciones sobre su esposa, Begoña Gómez, acusándoles de tener clara orientación "derechista" y/o "ultraderechista", además de participantes de una conspiración contra su persona mucho más amplia.
Ahora dice haberse embarcado, tras cinco días de reflexión, en una cruzada para apartar de la vida pública dicho "fango" con la vista puesta en la prensa y en la Justicia. «Propondremos medidas y acciones para prestigiar nuestra democracia», dijo solemne en esa misma entrevista televisiva. «Los criterios con los que deberíamos trabajar son legalidad, todas las medidas tienen que ser legales y conformes a nuestro ordenamiento constitucional. Tenemos que ser transversales porque esto es algo que nos afecta a todos. Yo defiendo la libertad de prensa, pero lo que es inadmisible es defender todo este fango, todos estos bulos, toda esta desinformación. Creo que es muy importante que no haya confrontación, esto no es contra nadie, ni contra un poder ni contra un medio de comunicación», explicó, pero sin más concreciones.
La prensa frente a los abusos del poder
En todo caso, el Gobierno dice haber empezado a estudiar una respuesta que, paradójicamente, podría encontrar encaje con un reciente reglamento de la UE sobre "libertad de los medios de comunicación", destinado a "proteger a los periodistas y prestadores de servicios de comunicación" frente los abusos del poder, más con el foco puesto en países como Polonia o Hungría. Sin embargo, en su trasposición a la legislación española podría reinterpretarse por el Gobierno para crear un modelo aparentemente similar, ajustado a los 'estándares' del inquilino de la Moncloa.
El texto, aprobado por el Parlamento Europeo el pasado 26 de marzo, esto es, hace poco más de un mes, marca una serie de normas comunes "para el buen funcionamiento del mercado interior de los servicios de medios de comunicación" y tiene como principal novedad la creación de un Comité Europeo de Servicios de Medios de Comunicación con afectación tanto a los medios públicos como privados, bien sean estos escritos, televisivos, radiofónicos y grandes plataformas.
Consejo de Prensa u organismo regulador
No pocas veces se ha planteado en España una regulación de la profesión periodística a través de un Consejo de Prensa u organismo regulador, y la creación de ese Comité Europeo puede dar cobertura a Moncloa para crear o promover una figura similar en España. Eso sí, según dicha normativa éste órgano debería actuar "con plena independencia en el desempeño de sus funciones o en el ejercicio de sus competencias. En particular (...) no pedirá ni aceptará instrucciones de ningún Gobierno, institución, persona u organismo", es decir, debe quedar garantizada su plena autonomía, aunque todo dependería de la composición del mismo o de atajos para sortear las recomendaciones europeas.
Ahí es donde puede encontrar el Ejecutivo una grieta por donde colarse si opta por esta vía más allá de una nueva vuelta de tuerca a la publicidad institucional que reciben los medios. No obstante, la UE deja muy claro que los Estados miembros, incluidas las autoridades y organismos reguladores nacionales,"respetarán la libertad e independencia editorial efectivas de los prestadores de servicios de medios de comunicación en el ejercicio de sus actividades profesionales" y no podrán "interferir ni tratar de influir en las políticas ni decisiones editoriales".
Sin embargo el texto abre una pequeña puerta a la adopción de medidas "si están debidamente justificadas y proporcionadas" y además, si son "motivadas, transparentes, objetivas y no discriminatorias" que puedan afectar al pluralismo de los medios de comunicación o a su independencia editorial. En todo caso, el Comité Europeo de Servicios de Medios de Comunicación puede, por propia iniciativa o previa solicitud, denunciar si una medida normativa o administrativa de cualquier país miembro puede afectar al funcionamiento de la prensa. De ahí que, del mismo modo que puede dar a Moncloa cobertura para la creación de un organismo regulador bajo el argumento de que sigue el ejemplo de la Unión, puede dar al traste con su idea de intervenir la prensa.
Malestar de las asociaciones de prensa de España
Las alusiones críticas del presidente del Gobierno a los "bulos" y los "pseudomedios" motivaron un comunicado de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), que cuestionó que "una situación tan excepcional se resuelva trasmitiendo una duda sobre la libertad de expresión", al tiempo que recordaba que "para combatir los bulos y las informaciones falsas existen mecanismos en nuestro sistema judicial e incluso en el ámbito profesional".
También alerta la Comisión Europea respecto a los retos que acechan al pluralismo y la libertad de los medios de comunicación, recordando que algunos Estados miembros han adoptado medidas normativas "y es probable que otros Estados miembros más lo hagan", profetiza. Ello conlleva "el riesgo de ahondar las divergencias en los enfoques nacionales y las restricciones a la libre circulación en el mercado interior. Por consiguiente, es necesario armonizar determinados aspectos de las normativas nacionales relacionados con el pluralismo de los medios de comunicación y la independencia editorial, para garantizar así unas normas estrictas en dicho ámbito".
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hace 7 meses
Al de ahí abajo, JR R, el de las memeces de fachosfera ni fachosfera:
UNO:
No hay ni fachosfera ni preocupación ninguna.
DOS:
No hay jueces amigos ni se espera amnistía ninguna.
TRES:
Para fango, cada vez que Sánchez abre la boca.
CUATRO:
El preocupado es Sánchez, que anda más desquiciado que nunca, solo hay que verle la cara y las tonterías que va soltando.
Igual es él el que está pensando en jueces amigos o amnistías.
hace 7 meses
Si lo intenta hay que hacer una marcha de un millón de personas a la Moncloa y hacer que se vaya como cobarde que es y se convoquen elecciones
hace 7 meses
Espero y deseo que los Comités que se vayan constituyendo sean independientes, profesionales y comprometidos con su profesión, y realicen un valioso trabajo que devuelva el reconocimiento a los medios.
hace 7 meses
Llorón
hace 7 meses
Anda preocupadita la fachosfera con que se conozca y actúe frente a esos «pseudomedios», pagados por las administradores públicas del PPVOX, que se dedican a expandir fango contra sus oponentes políticos, para ver si disimulan las vergüenzas de la derecha.
Pensaban que, a falta de una amnistía para la corrupción PPera, con un buen «juez amigo» y una campaña de intoxicaciones iba a ser suficiente y, a lo mejor así conseguían lo que las urnas no les han dado.
Pero hay jueces que se resisten a prevaricar en favor de la derecha y, pese al fango, parece que no les va a salir bien la campaña e, incluso, que el novio de Ayuso se va a sentar ante el juez el 20 de mayo.
Cosas veredes…
hace 7 meses
Las libertades no se regulan. Cuando se hace, dejan de serlo. Regular los mercados, el de la comunicación por ejemplo, es más viable, pero con normas que afectan a todos por igual. De otro modo, la regulación del mercado incide en la libertad y eso no puede ser.
hace 7 meses
Un gobierno que ha permitido insultos, menosprecios, bulos y toda clase de acciones contra las instituciones y contra la oposición bajo el epígrafe de la libertad de expresion, no debería presentarse ante los ciudadanos con esa «visión» de la » regeneración democrática» que ha presentado el sátrapa y que apoya la gallega desnortada. Esta excusa que ha buscado el vendedor, escondido detrás de la supuesta maledicencia sobre su esposa sin dar ni una sola explicación de por qué ella hace negocios utilizando la presidencia sin opiniones que su marido ostenta, debería ser bien interpretada por las bases, como le gusta decir, para enviarlo a la papelera. Esto va camino de una dictadura hitleriana disimulada bajo falsas apariencias democráticas.