Cuando Ernest Urtasun, en su toma de posesión como ministro de Cultura, hablaba de la necesidad de rememorar la figura de Jorge Semprún, se olvidó de referenciar a su amigo del alma y torero Domingo Dominguín, que le apoyó durante la clandestinidad del Partido Comunista frente a la policía franquista. Las oficinas del torero fueron el refugio de la libertad y la cultura bajo la dictadura. Dominguín también respaldó el cine de Buñuel o de Berlanga, hasta el punto de financiar Viridiana, película triunfadora del festival francés de Cannes en 1961.
"En Semprún está todo lo que conviene recordar: la cultura como antídoto contra la barbarie, garantía de una democracia plena, pilar de un proyecto europeo colectivo basado en los valores de la libertad y la fraternidad", dijo el hoy ministro. Lo comparto, pero hay que aplicarse el cuento.
Hoy se cumplen 120 años del nacimiento de Salvador Dalí (Figueras, 1904-1989). Nombrarle y conmemorar su nacimiento es apelar a la tradición y a la vanguardia, al punto virtuoso donde se crece sin rechazar y se avanza sin destruir. Dalí entendió la diversidad de su época, de la condición humana, y no la disimuló ni la referenció en los márgenes de su obra, sino que la hizo propia en su labor artística. Entendió las contradicciones y debates de su tiempo y los reflejó en su arte.
"Dalí entendió la diversidad de su época y de la condición humana y la hizo propia en su labor artística"
En su obra, como en las de Goya y Picasso, juegan un papel determinante los festejos taurinos. ¿Son por ello estos artistas representantes de una "actividad injusta, sádica y despreciable", como ha llegado a asegurar el ministro?
Toda la profundidad que no tiene la reflexión del señor Urtasun la encontramos en la obra del surrealista catalán; un universo de misterio y lucidez, de ética, ironía y transgresión, de verdad y de mentira. Donde Picasso pintaba toreros con trajes de luces, Dalí mostraba figuras translúcidas embebidas en el propio animal, símbolo de la transformación crítica del momento vivido. Sus obras nos conmueven porque nos acompañan a lo desconocido desde símbolos compartidos. No nos dirige ni nos impone una conclusión, nos exige vaciarnos de prejuicios y de suposiciones.
En las efemérides solemos proyectar las figuras celebradas como entes únicos y sólidos, conocidos por sus mayores aciertos. Pero también hubo inicios, como Naturaleza Muerta (1923), un regalo de Dalí a Federico García Lorca, donde se aprecia el estilo aún no consolidado del pintor de Figueras y convergen los estilos del cubismo y la pintura metafísica italiana. En obras posteriores como Autorretrato Suave (1941) se aprecia el surrealismo que hoy identificamos con Dalí en una especie de máscara que se derrite y abomba por la luz y el propio peso. Celebrar también implica reconocer el proceso por el cual uno alcanza la celebración, el camino de apertura y de crítica hacia la convergencia.
"Celebrar también implica reconocer el proceso por el cual uno alcanza la celebración, el camino de apertura y de crítica hacia la convergencia"
Es ese el camino en el que todos los españoles celebramos hoy a Dalí, al cubista y al surrealista, al hombre Libre. Si algo nos enseñó es que los presentes no se concluyen clausurándolos, sino ensanchándolos. Solo así existen los posibles futuros. Lo contrario nos condena a futuros perdidos.
La toma de posesión del ministro parecía el reloj de la obra La desintegración de la persistencia de la memoria (1954), diluido en la ilusión del mar de un solo pez. Porque para ejercer la libertad primero debemos reconocerla en los demás. Para representar un paisaje cultural común primero debemos permitir toda la cultura. En definitiva, me identifico con Dalí, "creo que la vida debe ser una fiesta continua", aunque demasiadas veces la realidad nos haga pensar lo contrario.
España es un país diverso que manifiesta su identidad a través de la cultura: desde la poesía al teatro, desde la pintura al cine, desde la escultura a la tauromaquia. No hay que ser aficionado al toreo para reivindicar, sin tapujos, que la creatividad y la libertad de nuestros artistas nos engrandece. Porque lo importante, a mi juicio, no es ser aficionado a la tauromaquia, sino a la Libertad, y en esto, creo que Dalí estaría de acuerdo.
Te puede interesar
14 Comentarios
Normas ›Comentarios cerrados para este artículo.
Lo más visto
- 1 Hatamleh, NASA: "En el futuro nos casaremos con robots":
- 2 Aldama puede acabar con Sánchez
- 3 Nueva ley 'antiokupas' aprobada por el Congreso
- 4 Cena de Delcy con sorpresa... y la sorpresa era Pedro Sánchez
- 5 La ministra Margarita Robles se enfrenta a gritos con los afectados en Paiporta: "¡Yo no tengo la culpa!"
- 6 Los 890.000 euros de corrupción que asedian al Gobierno, según Aldama
- 7 Seis muertos, cuatro de ellos menores de edad, en un accidente de tráfico en Menorca
- 8 La OCU avisa, evita estos supermercados para comprar carne
- 9 La mujer de Aldama, clave en el blanqueo de capitales de la trama
hace 6 meses
Segun Semper, debe ser que Goya y Picasso simpatizaban con el horror y la muerte que reflejan sus obras, con Napoléon y Hitler ejecutores de la barbarie.
Menos tirabuzones intelectuales, menos uso y abuso de la palabra libertad tan manoseada por quienes pretenden imponer, con dinero publico, la fiesta simbolica de una dictadura criminal que atenta contra el bienestar animal, el arte y la cultura..
hace 7 meses
Cr Semper
La mayor parte de los citados en su articulo por fortuna para la humanidad solo tienen en común con usted y lo suyos el interés por los toros.
En todo lo demás en particular en lo de la libertad estaban en sus antípodas, hasta el punto de que a uno de ellos le asesinaron personas de la misma dictadura de la que formo parte como ministro del dictador nada menos que el fundador de su partido, con el nombre entonces de Alianza Popular.
Aquí nos conocemos todos y algunos son negacionistas de la historia. No me hable usted de Lorca, Picaso, Dominguin, Semprun Buñuel
hace 7 meses
Bertolt Brecht quizá?
hace 7 meses
También se puede observar que a la izquierda hater la implementación de nuevas medidas sociales en beneficio de la gente como nos habían pregonado desde el gobierno para la elaboración de los presupuestos para este año, SE LA SUDA.
Otra muestra más de la angustiosa realidad sobre los objetivos reales de la izquierda hater.
hace 7 meses
La siempre angustiosa realidad de los datos…
hace 7 meses
Y este es el nivel y la mentira…
hace 7 meses
El encierro es una pasada pero no les aplican los elementos de tortura antes citados. Las corridas fuera, además van cuatro gatos. Incluso algunos hipocritillas.
Por otro lado hace días que no como ni duermo, esto de no tener presupuestos me angustia.
hace 7 meses
A todos los progres que con tanto ahínco berrean contra la fiesta de los toros, una simple preguntita:
¿VAIS A PROHIBIR LOS SANFERMINES?
Ya decía yo, hipocritillas.
hace 7 meses
Debate estéril. Y España sin presupuestos por dejación de funciones del gobierno,
hace 7 meses
Matar por diversión o entretenimiento es sadismo.
Todo lo demás es bombo y platillo.
Vuélvase a su cueva a reflexionar
hace 7 meses
Señor Semper, el progre del PP/VOX, la Libertad no consiste en elegir susto o muerte
hace 7 meses
No hablamos de si al figurón de Dalí le gustaba «la fiesta». Hablamos de si a un animal, un toro, el clavarle en el lomo tres pares de banderillas que no se adhieren con pegamento sino que se clavan con unos afilados hierros de más de 5 centímetros. Que un señor a caballo armado le introduzca una lanza en el cuello y lomo casi un palmo haciéndole sangrar abundantemente. En esas condiciones de animal torturado continúa siendo manipulado por un señor que armado de un trapo rojo le hace resollar y sangrar hasta que en el momento más «artístico» le introduce una o varias veces una espada con el fin de matarlo. Si con esto no es suficiente, arrinconado en tablas con otro tipo de artilugio le machacan el bulbo raquídeo hasta la muerte final. Toda una obra de arte. Sol y moscas.
hace 7 meses
Dali, el onanista*
hace 7 meses
Dali, el on ajusta, el mismo que una vez cogió a patadas en la calle a un anciano y afirmó que con eso estaba haciendo una obra de arte.