Asegurábamos ayer todos los que decimos conocer la naturaleza de este deporte que la etapa de hoy era ideal para que llegara una escapada. Que Tadej Pogačar, tras endosar dos minutos a sus rivales directos en la dura contrarreloj de Perugia y con el Tour de Francia asomando en su horizonte, no tenía necesidad de poner a trabajar a su equipo durante todo el día. Y, lo cierto, es que era así.
Salir a ganar hoy no tenía ningún sentido estratégico. Lo racional era ahorrar energías y medir al máximo los esfuerzos, tanto los suyos como los de sus compañeros, y pensar en lo que está por venir. Pero se nos olvidó valorar un factor determinante: el ciclismo de Pogačar no entra dentro de los límites de la razón.
La ambición desmesurada de este fenómeno de la naturaleza ha llevado a su equipo, el UAE Team Emirates, a controlar la escapada de la jornada, en la que, además, había tres corredores incómodos (Romain Bardet, Michael Storer y Georg Steinhauser) que, al estar a menos de seis minutos en la general, podrían haber arrebatado la maglia rosa a Pogačar en caso de que la diferencia de la fuga se hubiese disparado. Pero el conjunto emiratí, pese a desorganizarse en el primer puerto del día, Forca Capistrello, supo recomponerse en la parte llana para empujar con fuerza y mantener a raya la diferencia de una escapada que llegó derrotada a la base de Prati di Tivo, la montaña que, en el corazón de los Abruzzos, albergaba la meta de la octava etapa de este Giro de Italia.
Al esprint, también imbatible
Cuando todo hacía indicar que Pogačar trataría de conseguir diferencias notables después del trabajo de su equipo, los kilómetros comenzaron a pasar, y el ataque del líder de este Giro no llegaba. Optó por consumir lentamente a sus hombres fuertes en la montaña, Felix Großschartner y Rafal Majka, y jugársela en el último kilómetro, donde su explosividad le hace imbatible. Hubo algún intento, tímido, de romper la llegada por parte de Antonio Tiberi y Thymen Arensman, pero Pogačar los echó abajo rápidamente. A falta de 200 metros comenzó a esprintar, disparado hacia la meta, donde conseguía su tercera victoria parcial en este Giro por delante de Daniel Felipe Martínez y Ben O'Connor.
Tres triunfos en ocho días, quedándose al borde de hacerse con otros dos en Turín y Fossano, y con casi tres minutos de ventaja sobre sus rivales directos. Un balance inmejorable, unos números abrumadores, y eso que todavía quedan dos tercios del Giro por disputarse.
No obstante, este redactor estaría cometiendo una severa imprudencia si afirmara que el Giro de Italia, carrera traicionera donde las haya, tiene ya ganador cuando todavía faltan dos semanas para que concluya. En el deporte, y menos en el ciclismo, jamás se pueden dar por hecho las victorias por muy inevitables que parezcan, aunque lo cierto es que Pogačar, tras ganar las dos últimas etapas, ha dejado la clasificación general de este Giro vista para sentencia. Sólo una caída puede impedir que levante el trofeo Senza Fine en Roma el próximo 26 de mayo.
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