Salvador Illa celebró este domingo la victoria del PSC en las urnas recordando que "es la primera vez que el PSC gana unas elecciones catalanas en votos y escaños". Pero el resultado del 12M ha certificado el fin del procés con una caída de los partidos independentistas que han pasado del 52% de los sufragios obtenidos en 2021 al 43% este domingo. Un descalabro que se explica por la estrepitosa caída de ERC, que no consigue rentabilizar Carles Puigdemont, pese a la subida en tres escaños. Tampoco la entrada de la ultra Sílvia Orriols, con dos diputados para Aliança Catalana, compensa la caída de la CUP, con cinco escaños menos.

El PSC se ha impuesto con 42 escaños que dejan a Salvador Illa como único aspirante posible a la investidura, con opciones de repetir un tripartito con Esquerra y los Comunes. Pero el batacazo de Esquerra abre serias dudas sobre la decisión que vayan a tomar los republicanos, que podrían sentirse tentados a provocar una repetición electoral.

"Los catalanes han decidido que toca al PSC liderar esta nueva etapa" afirmó Illa tras confirmarse la victoria de los socialistas. "Asumo esta responsabilidad y en cuanto se constituya la Mesa del Parlament manifestaré mi voluntad de concurrir a la presidencia de la Generalitat" anunció. Fuentes del PSC apuntan, en este contexto, que será clave la elección del próximo presidente del Parlament, recordando que hace tres años Laura Borràs impidió a Illa presentar ante el pleno su candidatura a la investidura.

ERC, a la oposición

La investidura de Illa pasa, sin embargo, por el apoyo de Esquerra. Y el hasta ahora president republicano, Pere Aragonès, ha anunciado que ERC "pasará a la oposición". Con 20 escaños y 180.000 votos menos que en 2021, un Aragonès visiblemente afectado reconoció que "los catalanes han decidido que otros lideren esta nueva etapa" y anunció que "desde ERC asumiremos la voluntad de la ciudadanía y trabajaremos para continuar con nuestro proyecto, y lo haremos desde la oposición".

El republicano pidió tiempo además para analizar los resultados y dilucidar las responsabilidades "individuales y colectivas", abriendo la puerta a abandonar la primera línea política. Una decisión que podría abonar la tentación de forzar una repetición electoral para volver a concurrir con Oriol Junqueras como candidato. Los Comunes de Ada Colau, por contra, ya hablan abiertamente de la reedición de un tripartito que les permitiría maquillar unos malos resultados electorales, con la pérdida de dos escaños, hasta los 6 diputados, muy por debajo de PP y Vox.

Todo dependerá, a partir de ahora, de "ver cómo gestiona cada uno su derrota" apunta un veterano dirigente socialista, más que satisfecho con los 213.000 votos ganados por el PSC respecto a los comicios de 2021. También Puigdemont puede decir que ha mejorado los resultados de su partido, con 103.000 votos más que le han reportado tres nuevos asientos en el Parlament. Pero la caída de sus socios independentistas, junto al crecimiento del PP, han acabado con la mayoría independentista en el Parlament.

Puigdemont no tira la toalla

Pese a ello, Puigdemont no tira la toalla. Su conclusión de los resultados electorales es que Junts hizo el trabajo, y el problema está en el retroceso de ERC y la CUP. Aún así, el líder de Junts asegura que "construir un Govern sólido, de obediencia netamente catalana". La clave no es otra que los siete diputados de Junts en el Congreso y la dependencia socialista de esos votos.

De hecho, Puigdemont ya avanzó en campaña que, incluso en caso de quedar en segundo lugar, exigiría una abstención del PSC para facilitar un Govern independentista, bajo amenaza de dejar caer el Gobierno de Pedro Sánchez. Este domingo no repetió la amenaza, pero sí aseguró que "un Govern tripartito, con una mayoría tan justa como en estos momentos, sigue siendo una mala opción para el país".

El candidato de Junts atribuye la victoria del PSC a la "movilización del electorado unionista" y a una "estrategia de españolización promovida" por los socialistas catalanes, que ha coincidido con un movimiento independentista que "sigue sin movilizarse y sigue en la abstención".

Mayoría de partidos nacionales

Lo cierto es, que más allá de la victoria del PSC, la otra noticia de este 12M es la mayoría obtenida por los partidos de ámbito nacional, gracias al crecimiento del PP catalán. La candidatura liderada por Alejandro Fernández ha multiplicado por cinco los tres escaños obtenidos en 2021 y se ha convertido en cuarta fuerza del Parlament con 341.000 votos, una cifra similar a las obtenidas por los populares antes del procés. Y lo ha hecho al tiempo que Vox conservaba sus 11 escaños en la cámara catalana.

Los 26 escaños obtenidos por la suma de PP y Vox, muy por encima de los 19 diputados que son la mejor marca histórica de los populares, son la otra cara de la moneda de la debacle independentista. Un resultado que se explica en gran parte por la desaparición de Cs. Dieciocho años después de entrar por primera vez en el Parlament, el partido que nació al calor del primer tripartito y la reforma del Estatut ha certificado su defunción electoral con 22.368 votos que los sitúan por detrás del Pacma.