Lo más probable es que la réplica del PP hubiera sido la misma, esto es, que el Gobierno sobreactuaba en defensa de la esposa de Pedro Sánchez y que las "hostilidades" con el presidente argentino, Javier Milei, arrancaron el día en que el ministro de Transportes, Óscar Puente, dijo aquello de que el mandatario de Argentina consumía "sustancias". Pero desde el primer partido de la oposición matizan la ausencia de respuesta que les reprochó este domingo el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, tras calificar Milei de "corrupta" a Begoña Gómez, considerado por el Gobierno un ataque a la dignidad y soberanía de España.

En el Partido Popular explican que la comunicación entre Albares y el portavoz del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados, Miguel Tellado, se produjo entre las cuatro y cuatro y media de la tarde. El ministro preguntó al dirigente del PP si conocía las palabras de Milei a lo que éste adujo, según fuentes populares, saber de las mismas por un teletipo. Albares le explicó las líneas básicas de la declaración que estaba preparando, y que incluía la llamada a consultas de la embajadora española en Buenos Aires. Según la versión recabada por El Independiente, Tellado le recordó las palabras de Puente, replicando que en cualquier otro país europeo un ministro que hubiera descalificado de esa manera a un jefe de estado extranjero habría dimitido y residenciando también en esas palabras el punto de inflexión de las relaciones de España con el siempre controvertido Milei.

Un vuelo a Madrid

En todo caso, el popular pidió tiempo para poder ver el vídeo con la intervención del argentino en el acto ultra de Vox en Vistalegre, sin dejar de advertir al titular de Exteriores que poco después tenía que coger un vuelo desde Galicia con destino a Madrid -en concreto entre las 16,45 y 17,45 de la tarde- y que ese tiempo estaría sin poderse conectar. Fue al aterrizar cuando conoció que Albares iba a hacer una declaración institucional -por lo tanto sin periodistas y sin preguntas- "y sin que se produjera una segunda conversación entre ambos", por lo que, formalmente, subrayan, no hubo posibilidad de respuesta ni en un sentido ni en otro.

Poco después, en torno a las 18,45 de la tarde y tras escuchar al ministro, Génova difundió un comunicado en el que afeaban a Albares que no hubiera levantado el teléfono "para informarnos de la posición en el Sáhara, Ucrania, Israel o Gibraltar" y lo hiciera esta vez "para que el PP defienda a Pedro Sánchez de unas declaraciones del presidente argentino al que el Gobierno acusó de drogarse". 

"De la estrategia del PSOE no participamos. Pretenden que Milei movilice al electorado al que ya no convence el Gobierno", continuaba un texto del que posteriormente se hizo eco, casi palabra por palabra, el propio Tellado en un video editado por el PP, también sin periodistas. Y agregaron, no sin dejar de destacar que su labor era hacer oposiciòn al Gobierno español y no al argentino, que "hace semanas que Sánchez debería haber dado explicaciones de los casos de supuesta corrupción que afectan a su Gobierno, su partido y entorno personal. Su silencio genera dudas internas, pero también desconfianza en el extranjero y debilidad en nuestras posiciones en el exterior". 

Sin contacto con Macri o Bullrich

Y fue este lunes cuando el propio Feijóo acuso a Milei y a Sánchez de representar un estilo de hacer polìtica por el cual están "secuestrando" a argentinos y españoles en una estrategia que "no conduce a ninguna parte y a mí no me representa". Y equiparó a ambos al agregar que lo que hizo el presidente argentino este domingo "es una muestra de lo que el gobierno hace todos los días con quienes no piensan como ellos".

En el PP aseguran no haber hablado en estas horas con el que es su gran aliado argentino, el partido Propuesta Republicana, que lideró el ex presidente Mauricio Macri y que ahora dirige Patricia Bullrich, ministra de Seguridad en el gobierno de coalición de Milei. No creen en todo caso que Pedro Sánchez esté dispuesto a llegar hasta el final en la ruptura de relaciones con un país del que somos el segundo inversor, tras Estados Unidos, donde hay más de un centenar de empresas españolas operando y viven 500.000 españoles.

El inquilino de la Moncloa "intentará alargar lo más posible el enfrentamiento con Milei, pero en una semana ya nos habremos olvidado de ello", relativizan en el PP. No así de las informaciones en torno a la actuación de Begoña Gómez, asunto sobre el que Sánchez deberá hablar en su comparecencia de este miércoles en el Congreso donde también se dirimirán otras cuestiones de calado como el reconocimiento del Estado palestino.

"Sobreactuación", "teatralización" y "electoralismo" son las tres palabras más repetidas por la dirigencia popular respecto a la decisión del Gobierno socialista de retirar a la embajadora de España, María Jesús Alonso, paso previo obligado a una hipotética ruptura de relaciones diplomáticas, que no tiene porqué culminar. "Begoña no es el Estado", aseveran en el PP respeto a la dimensión del conflicto. Otro dirigente subraya como una paradoja que "primero afirman desde Moncloa que lo de la esposa del presidente no es el debate, y ahora parece que ya lo es" y son los propios socialistas los que ponen el foco sobre su persona.

Entre dos fuegos

Pero no sólo es Moncloa el objeto de su crítica. Vox vuelve a emerger como el agente reactivo "que sale siempre en auxilio de los socialistas" en momentos políticamente significativos, como lo son unas elecciones europeas a celebrar en tres semanas y cuya campaña arranca este mismo jueves por la noche. Los populares se ven de nuevo entre dos fuegos, uno, el que atiza la izquierda para calificarles de ultras; el otro, animado por Vox, para rescatar lo de la "derechita cobarde". En el PP creen que la estrategia de unos y de otros "nos centra" e, incluso, que no será un elemento movilizador del votante de izquierdas.