Hay una tendencia básica de todo ser humano a compartir con los demás aquello que considera bueno. Recomendar es instintivo. Sin embargo, la última acción de Apple para tratar de posicionarse en el mundo de la música en línea creando la lista definitiva de los 100 mejores álbumes de la Historia no tiene que ver del todo con eso, aunque quiera parecerlo.
Este periódico ya se propuso crear una proverbial lista contando con expertos que pudieran desplegar todo su conocimiento y aportar canciones concretas, más que álbumes, a La Mejor Playlist de la Historia. Fue un pretexto para ampliar la experiencia del disfrute del arte que hace vibrar el aire. En el caso de Apple, los intereses también son otros.
Pongamos algo de contexto: Spotify es el líder indiscutible en el mercado de streaming musical, con una cuota de más del 30 por ciento y cerca de 210 millones de suscriptores de pago. Su intuitiva interfaz, su alcance global y la calidad de las recomendaciones de sus algoritmos –aunque no siempre acierten– han conseguido crear una experiencia de usuario cómoda y satisfactoria.
Otro actor en este escenario es YouTube, nada menos. A pesar del enorme esfuerzo que está haciendo la compañía de Google por ser el referente en cuanto a música en línea se refiere, sus avances no son rápidos. Y aunque es el medio en línea más usado para escuchar música a nivel global, no es conocido por ello ni está siendo capaz de crear una base grande de usuarios de pago.
Existen otros players en este tablero, aunque con poca cuota de mercado. A pesar de colarse insistentemente en nuestras casas en la voz de Alexa, Amazon Music no ha conseguido hacer sombra al gigante sueco. Tidal nació como experiencia mejorada en cuanto a la calidad de sonido, y con cierta vocación de ser más justa retribuyendo a los artistas. Es bien conocido que ellos, los creadores, no están muy contentos con los dividendos que deja Spotify. Estuvo bien pensado usar su influencia para ayudar a migrar a los más fanáticos, pero se ha demostrado que el ser humano es un animal de costumbres. Pandora fue de las primeras iniciativas en línea, pero comenzó demasiado pronto y sin tener en cuenta aspectos legales que la han llevado a tener solamente cierta influencia en el mercado norteamericano. Y Deezer, desde Francia y con 16 millones de usuarios activos, va capturando cuentas desde diferentes puntos de la red, que caen atrapados por su Flow, una experiencia de escucha infinita.
Prescribe que algo queda
Visto el contexto, y antes de entrar a valorar la lista en sí, la jugada de la compañía fundada por Steve Jobs parece orientada a reforzar su posición como la opción más cool a la hora de escuchar música en línea. Estoy convencido de que la pasión por la música existe en todos los especialistas que trabajan en Apple Music, aunque la luz verde a la lista no se da por amor al arte.
Olvidando deliberadamente el pequeño detalle de que las audiencias se han atomizado totalmente y que ya no hay amantes de la música en general, Apple Music intenta destacarse por donde fallan todas: la curaduría. Este concepto, muy usado en inglés, del content curator, brilla por su ausencia en los protagonistas de esta opereta. Para encontrar, por ejemplo, un pódcast en condiciones que me hable bien de un artista, hay que dedicar bastante tiempo a buscarlo bien. Porque, reconozcámoslo, el 99% de los contenidos que se encuentran en las plataformas no son de calidad profesional. Aunque pagues. Aunque el algoritmo se esfuerce. ¿Qué hacen los creadores del iPhone? Curar los contenidos y ponerle un lazo de terciopelo antes de llevar al usuario a pasar por taquilla.
Como era de esperar, la lista es el pretexto. En el portafolio de contenidos que cuelgan de esta clasificación hay planificados programas exclusivos (bendita radio musical), entrevistas y muchas horas de palabras pronunciadas sin cantar. En inglés. Según fuentes de la propia Apple, España está muy lejos de ser un mercado suficientemente interesante como para crear contenidos exclusivos orientados a usted, querido lector. Por otra parte, se presupone el dominio del lenguaje de Shakespeare al público que normalmente compra iPhone.
Una calculada heterodoxia
Ha sido inteligente contar con expertos y artistas poco conocidos para el público masivo, pero sí admirados en el sector, como Maren Morris, Charli XCX, Mark Hoppus, Honey Dijon y Nia Archives, por ejemplo. Pero, para sorpresa, en medio de estos nombres, te presentan a J Balvin y a Pharrell Williams, para demostrar que son tan modernos que admiten todo tipo de música. Lo mismo ocurre con la propia lista, y me voy directo a su cabeza: nadie dudaría que deberían reinar Abbey Road, de The Beatles, o Thriller, de Michael Jackson, pero van y colocan en el número uno, superando a estos dos tótems musicales… a Lauryn Hill, para demostrar que hay alguien ahí cuidando de tus oídos.
No seré yo el escéptico, porque me considero fan, pero no quiero que perdamos de vista que la elección del único álbum en solitario de la voz de Fugees, en el fondo, no es más que una estrategia para enviar un mensaje. Colocarlo ahí permite decirle al planeta con orejas que no se dejan llevar por la corriente, que no son tan mainstream y que no todo es algoritmo o millones de oyentes mensuales. Efectivamente, es probable que haya miles y miles de personas que no quieran dejarse llevar por la corriente y decidan soltar sus casi diez euritos mensuales por ser de Apple Music. Vamos a analizar el resto del listado.
No caeré en la trampa de sorprenderme por encontrar en la misma lista álbumes muy dispares. Podemos encontrar un discutible (por bajo) puesto 78 de 100 para Goodbye Yellow Brick Road, el disco más importante en la carrera de Elton John, por debajo de Supa Dupa Fly, de Missy Elliott o de Un verano sin ti, de Bad Bunny. Que The Rocketman sea uno de los DJs que realiza programas en la radio de Apple Music parece haber pesado en su contra. ¿Para que no digan que es porque es de la casa, quizá? Puede el lector hacer la prueba de poner seguidas dos canciones. Primero, el clásico de Elton John:
Y justo después, escuchar otra balada, esta vez de un álbum que según esta lista está varios puestos por encima, con todo el respeto:
Podemos también expandir la cultura musical de quienes no conocen a algunos de los artistas que aparecen en los primeros puestos de la lista y escuchar con atención cómo empieza el álbum que según los expertos de Apple Music merece la quinta posición, por encima de una de las obras más importantes de uno de los mejores creadores musicales de la Historia, Stevie Wonder. Se llama Frank Ocean.
No parece ser una cuestión de criterio, sino de tendencia natural. Desde que la radio de Apple comenzó sus emisiones es muy comentada su inclinación hacia el hip hop. Seguramente es cuestión de encontrar un nicho. Esto me recuerda a que, en mis tiempos de tener cierta responsabilidad en las radios musicales, solía quedar claro en las carísimas encuestas realizadas por los consultores que hay dos géneros que no conviene programar si se quiere ser generalista: heavy y rap. El nivel de enganche de sus fanáticos es muy grande, pero numéricamente no compensa el desgaste que ambos estilos generan en el público mainstream, que pone la radio porque no quiere ponerse a buscar en plataformas. Y hay otro principio básico común a todos los medios no especializados: es mejor gustar un poco a todos que mucho a unos pocos.
Pero bienvenida sea esta lista y todas las que nos hagan pensar, conocer, y disfrutar de la música yendo más allá del consumo algorítmico reinante.
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