Hace tiempo que no está bien visto insultar a alguien por su peso. Si bien es algo que tendría que haberse establecido mucho antes, y que todavía se puede encontrar en ciertos círculos (tal y como pueden atestiguar los activistas body positive) parece que colectivamente como sociedad hemos aprendido. No está bien comentar el aspecto físico de la gente, ni por uno ni otro motivo. Pero parece que Rafa Nadal ha vivido en sus carnes que la lección no está aprendida.

En redes sociales se habla mucho de la ley de los cinco segundos: no se debe comentar nada sobre el aspecto físico de alguien si no puede cambiarlo en los siguientes cinco segundos. Es decir, se puede avisar a alguien de que tiene algo en un diente, pero no decir que el color de pelo que lleva es horrible.

Rafa Nadal, durante su último partido en el Roland Garros.
Rafa Nadal, durante su último partido en el Roland Garros. | EFE/ Yoan Valat

No siempre se pone en práctica. De vez en cuando surge una oportunidad que hay algunos que no son capaces de desaprovechar. Es posible que sean aquellos que crecieron pensando que no era bullying, racismo o sexismo, era humor negro. Quizás incluso sean los mismos que hayan asumido que no se puede insultar a alguien por gordo, pero que piensan que sí se puede intentar humillar a una persona por no tener pelo. O por no ser alta.

Un golpe bajo en su peor momento

El tuit que se puede leer sobre este párrafo se queja precisamente de una tendencia que en la redes sociales va in crescendo. El sentirse con impunidad para comentar el aspecto físico de un hombre cis hetero como si no aplicaran las leyes que sí se tienen en cuenta para mujeres y gente del colectivo. "Que le devuelvan el dinero que se gastó en Turquía" o "Calva Nadal" son solo algunos de los mensajes contra Rafa Nadal (37 años) que se escudan en el humor para atacar al tenista por una característica física.

Otros incluso han manipulado la foto para ponerle más o menos pelo. O para cosas peores. Rafa Nadal, que acaba de perder contra Alexander Zverev en el Roland Garros, está viviendo una etapa delicada de su carrera. Entre lesiones y con el miedo de que lo mejor de su trayectoria esté ya a sus espaldas, pero aún luchando por mantener su estatus en el mundo del tenis. En su peor momento empiezan a desaparecer los que más le apoyaban y parece que ya solo quedan los que atacan. Desde el humor, claro.

Cuando parece estar justificado

Ocurre lo mismo con otros casos. En una vuelta rápida a las redes sociales se pueden encontrar vídeos que pretenden hacer gracia y dicen cosas como: "Cuando le das una oportunidad al feo y te la juega como si fuera guapo". Todo mientras se critica la existencia del pretty privilege (privilegio por ser agraciado). También pasa con los hombres de poca altura, a quienes se ridiculiza con frecuencia. Existe una doble moral difícil de negar.

Pero si se revisan los perfiles de aquellos que han hecho este tipo de comentarios, lo más probable es que no se encuentre al aliade, feminista, body positive. De hecho, todo lo contrario. La mayoría son cuentas de futboleros entre cuyos tuits pueden encontrarse referencias al deporte, a las drogas y a bromas virales generalmente ofensivas. Y además de ese comentario que dejaron sobre Nadal hay otros tantos sobre otras personas. Hay excepciones... pero no muchas.

Así que, ¿es doble rasero cuando parece que diferentes normas aplican a diferentes tipos de personas? Como se mencionaba al principio de este artículo, los influencers boy positive conocen perfectamente este tipo de usuario de las redes sociales.

Aquellos que disfrutan de dejar comentarios ofensivos y lavarse las manos no parecen tener intención de cambiar. De hecho, es una tendencia en redes sociales conocida como shit posting. Es decir, publicar "mierda" porque es graciosa (y normalmente ofensiva). Ahora el objeto es Rafa Nadal, pero en dos días puede ser Vinicíus o Pablo Motos. Y los motivos serían, todos ellos, faltas de respeto por su condición física.

Otras víctimas de la ridiculización

También hay muchas referencias a Paquirrín, también conocido como Kiko Rivera. El hijo de Isabel Pantoja ha sido foco de los ataques constantes del público y de los medios de comunicación durante décadas, por lo que no sorprende. De él se habla de su aspecto, de su pelo, de su altura y de su peso como si en vez de una persona con sentimientos fuera un mono de feria.

No deja de ser curioso que un hombre bajito se asocia normalmente a la falta de masculinidad, la alopecia suele estar relacionada con lo contrario. Por lo tanto, los ataques son habitualmente totalmente gratuitos. Ambas características físicas arrasan con la autoestima de muchos hombres, pero también de mujeres.

El valor del pelo a nivel cultural afecta tanto a hombres como a mujeres, aunque sin duda resulta más llamativo entre el género femenino. Sobre todo porque es menos habitual. Estels es una influencer con 31.000 seguidores en Instagram y habla habitualmente de su vida con alopecia, aunque también de salud mental. Todo ello desde la perspectiva del humor, pero quizás no es el mismo que hace gracia a aquellos que se ríen de Nadal.