El Gobierno de Benjamin Netanyahu se resquebraja en mitad de la presión de las familias de los rehenes, las diferencias internas por el plan de la posguerra en Gaza, la persecución de la justicia internacional y las exigencias de la administración Biden. El partido de Benny Gantz, miembro del Gabinete de guerra israelí y rival de Netanyahu, ha presentado este jueves un proyecto de ley para disolver el Parlamento israelí, la Knesset, y celebrar elecciones anticipadas en el país.

En principio, se trata de un movimiento simbólico porque los críticos con Netanyahu y los partidarios de la convocatoria electoral no logran mayoría, pero lanza el mensaje de la creciente soledad del primer ministro, un día después de que la oposición celebrara consultas para tratar de forjar una alianza alternativa y en mitad de los rumores de que Gantz podría abandonar el gabinete.

"El 7 de octubre es un desastre que requiere que volvamos y recibamos la confianza del pueblo, que establezcamos un gobierno de unidad amplio y estable que pueda dirigirnos con seguridad ante los tremendos desafíos en la seguridad, en la economía y en la sociedad israelí. Presentar ahora el proyecto de ley nos permitirá plantearlo en la actual sesión [de la Knesset]", ha explicado Pnina Tamano-Shata, del partido Unidad Nacional de Gantz.

Negociaciones en la oposición

Netanyahu se halla cada vez más acorralado, entre las familias de los rehenes que le acusan de sacrificar a sus seres queridos -las posibilidades de que los 125 restantes regresen con vida disminuyen a diario, tras 237 jornadas de cautiverio y en mitad de los bombardeos-; las peleas en el seno de su coalición; o la administración Biden, que ansía el fin de la contienda en plena cuenta atrás para las presidenciales de noviembre.

La oposición, que le afea a Netanyahu no tener un plan consensuado para poner fin a la guerra, ha comenzado a movilizarse tratando de forzar una alianza alternativa que pueda asumir el Gobierno. El líder de la oposición israelí, Yair Lapid, se reunió este miércoles con Avigdor Lieberman, cabeza del partido de extrema derecha Yisrael Beiteinu, y con Gideon Saar, miembro del Partido de Unidad Nacional para acordar "un plan de acción para sustituir al gobierno por el futuro del Estado de Israel". La ficha que falta es la del miembro del gabinete de guerra de Israel, Benny Gantz, al que urgen a dimitir para sumarse a la coalición.

Gantz era unos de los principales líderes de la oposición, pero al inicio de guerra en la Franja de Gaza, el pasado octubre, fue el único que optó por unirse a un Ejecutivo de emergencia y se convirtió en uno de los tres miembros con voto del gabinete de guerra; aunque en las últimas semanas ha amenazado con abandonarlo si Netanyahu no presenta un plan de posguerra para Gaza. Incluso con su salida, la actual coalición mantendría la mayoría.

El Likud, el partido de Netanyahu, ha respondido al movimiento alegando que "en mitad de una guerra, Israel necesita unidad, no división". "La disolución del Gobierno de unidad es un premio para Sinwar (el líder de Hamás), una rendición a las presiones internacionales y un golpe fatal a los esfuerzos para liberar a los rehenes", arguyen.

Las encuestas favorecen a Netanyahu

Por primera vez desde el inicio de la guerra, la encuesta de la principal cadena de noticias israelí, Canal 12, da como favorito a Netanyahu. El 36 % de los votantes israelíes lo prefiere a Gantz, que obtiene un 30 % de los apoyos y había liderado hasta ahora los sondeos. Tras el inicio de la guerra, llegó a cosechar el 45% de los apoyos. Según la encuesta, su partido Unidad Nacional adelantaría al Likud en escaños si se celebrasen hoy elecciones.