Quince años y diez juicios después jalonan los últimos tres lustros de la vida de Francisco Camps, quien fuera todopoderoso presidente de la Comunidad Valenciana durante dos legislaturas, entre 2003 y 2011. Su vía crucis arrancó por unos trajes, allá por 2009 y culminó este miércoles cuando se conoció su última absolución, todo ello bajo la alargada sombra de la Gürtel valenciana, con unos estrechos colaboradores que acabaron señalándolo y unos amigos, o supuestos amigos, a los que negó varias veces.

De todos los juicios y de todos los jueces por los que ha transitado en este largo camino, no ha habido ni una sola condena. Entre medias, fue obligado por Mariano Rajoy a dimitir como presidente de la Generalitat valenciana, cargo para el que había sido reelegido apenas unos meses antes en las elecciones locales y autonómicas de 2011. Los populares, acosados por los casos de corrupción, empezaron a usar el bisturí aunque la metástasis se había extendido.

Camps no ha dejado de pedir su rehabilitación política

Durante todo este tiempo, Camps no ha dejado de reivindicarse, de proclamar su inocencia y de pedir su rehabilitación política, quizá la parte más delicada para su partido, que preferiría se mantuviera en su segundo y discreto segundo plano. "Ahora lo que tengo que hacer es hablar con mis presidentes, estoy a disposición de mi partido", dijo este miércoles para agregar que "Me gustaría estar en política porque mi compromiso es irrefrenable, mi voluntad también, estoy más ilusionado que nunca".

Pero este entusiasmo no ha encontrado especial eco entre sus compañeros de filas. Desde el PP valenciano, la respuesta respecto al posible regreso a la primera línea política es un prudente "cuando haya sentencia firme, ya se verá", aventuran. Lo primero, en todo caso, será levantarle la suspensión de militancia, que opera ante la apertura de un juicio oral, y él los ha conocido todos: caso de los trajes; financiación irregular del PP de la Comunidad Valenciana; caso Noos; caso Valmor; caso del centro de convenciones de Castellón; visita del Papa; Fórmula 1 en dos piezas separadas, para terminar en un caso por presunto falso testimonio relacionado con la pieza del caso Gürtel de la visita del Papa, Benedicto XVI, a Valencia.​

"Resulta que ahora algunos nos proponen a los demás que reflexionemos sobre 'lawfare', sobre pseudomedios dicen, sobre acosos o incluso sobre fango. Y nos lo proponen, precisamente, los que hace muchos años tenían que haber hecho esa reflexión y decidieron poner el ventilador del fango y del acoso personal, familiar, indecente al presidente Camps", dijo el actual presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, al conocer la última absolución de Camps sin concretar si le tiene reservado algún papel reseñable cuando haya sentencia firme absolutoria.

En Génova también van con pies de plomo. No quieren ningún 'cuerpo extraño' que les distraiga en esta recta final de la campaña electoral de las europeas, que se les suele complicar. "Preferimos poner el foco en Begoña", dicen sobre la esposa del presidente del Gobierno y la investigación abierta contra ella en el Juzgado 41 de Plaza de Castilla en Madrid en una derivada del 'caso Koldo'. Alberto Núñez Feijóo le telefoneó para felicitarle, según reveló el valenciano, y quedaron en "hablar". Pero en el equipo de Feijóo no van más allá.

Vuelta a un PP del que reniegan

Lo cierto es que Camps no deja de representar para muchos dirigentes populares una especie de vuelta a un PP del que reniegan y creen que su tiempo político pasó por mucho que reconozcan la dureza de lo que le ha acontecido. Se trataba de romper amarras con el antiguo partido valenciano, de desprenderse de las adherencias de los múltiples casos de corrupción de aquella época por la que otros sí han sido condenados. En los últimos tiempos ha habido, no obstante, un proceso de rehabilitación de otra dirigente muy emblemática a la que los suyos le dieron la espalda por un caso menor que también acabó archivado. Hablamos de Rita Barberá, convertida ahora en símbolo, y fallecida en un hotel de Madrid en mitad de la vorágine de una opinión pública que la condenó.

Quien se ha mostrado abiertamente partidaria de recuperar a Camps ha sido la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. La baronesa popular defendió este jueves en EsRadio que es el momento "para que se reflexione desde el partido en la Comunidad Valenciana y el partido nacional acerca de su reingreso en la vida pública. Es algo que tienen que decidir ellos primeramente. Pero vamos, yo creo que es de recibo que una persona que muestra semejante vocación política, con los conocimientos que tiene y con ese bagaje, sea un activo de nuevo. A mí me parece que debe ser así". Ha sido el pronunciamiento más claro en el Partido Popular a favor del valenciano.

Con una mezcla de épica y cierto mesianismo, Francisco Camps, no deja de representar un reto para el PP de Núñez Feijóo. El ex presidente de la Generalitat ya se autopromocionó para encabezar la candidatura la ayuntamiento de Valencia en las locales y autonómicas del año pasado convencido de poder alcanzar la mayoría absoluta y, desde allí, contribuir a asfaltar el camino de Feijóo hacia la Moncloa. Ahora le toca esperar a que la sentencia sea firme, pero volverá a la carga en cuanto eso se produzca.