El hambre se cobra las primeras muertes en Gaza

Se llamaba Fayez Ataya y tenía seis meses de vida. Murió a finales de mayo en el hospital Al Aqsa en Deir al Balah, en el centro de la Franja de Gaza. Es uno de los primeros menores fallecidos por malnutrición severa tras ocho meses de guerra. El óbito de Fayez coincidió con el de Abulqader al Serhi, por las mismas razones. “Son los primeros casos de muerte por desnutrición que conocemos en el centro de Gaza”, señala a El Independiente Giulia Marini, coordinadora del centro de derechos humanos Al Mezan, una ONG radicada en la Franja.

Según los datos proporcionados por la organización, Fayez nació el pasado 6 de diciembre. Pesó 3,5 kilos. Su familia residía en el campo de Al Bureij, en el centro de la Franja de Gaza pero resultó desplazada por el conflicto. "Después de nacer, mostró síntomas de dificultades respiratorias. Lo llevé al Hospital Al Aqsa y al Hospital Europeo para que lo examinaran, y fue operado en el Hospital Europeo. Su estado de salud se vio acompañado de mi incapacidad para proporcionarle alimentos adecuados para que mi esposa pudiera amamantarlo correctamente”, relató a la ONG su progenitor. Debía haber recibido tratamiento fuera de la Franja pero el cierre del paso fronterizo de Rafah a principios de mayo impidió su traslado.

“Anteriormente documentamos casos de inanición que murieron en el hospital Kamal Adwan, en el norte de Gaza”, confirma Marini. Según el Ministerio de Sanidad palestino, más de 30 palestinos, en su mayoría menores de edad, han muerto por desnutrición. Hasta ahora los casos se habían concentrado en el norte de la Franja, la zona más castigada por la operación militar israelí y donde el acceso de la ayuda humanitaria es más complejo. “No hay información actualizada del norte porque los hospitales Kamal Adwan y Al Awda, el centro que trató los casos de inanición, fueron asediados o asaltados la semana pasada en medio de la invasión terrestre israelí del norte de Gaza”, agrega la coordinadora.

Sin panaderías ni combustible

El hambre ha comenzado a hacer estragos en la Franja. “Lo que estamos viendo en Gaza es una grave escasez de alimentos, una altísima tasa de desnutrición infantil, un deterioro global de la salud y una alta mortalidad”, explica Cristina Izquierdo, coordinadora de nutrición y salud del equipo de emergencias de Acción contra el Hambre. Izquierdo acaba de regresar de Gaza donde ha trabajado las acciones de nutrición de la ONG. “La situación de nutrición se ha deteriorado y la proyección es que siga empeorando. El nivel de destrucción de infraestructura y negocios así como las instalaciones de agua y saneamiento han dejado a la población sin medios de subsistencia”, explica la trabajadora humanitaria española.

Lo que estamos viendo en Gaza es una grave escasez de alimentos y una altísima tasa de desnutrición infantil

Al menos 1,1 millones de personas, aproximadamente la mitad de la población, se enfrentan a niveles catastróficos de inseguridad alimentaria. En su último informe semanal, la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU advierte que el tratamiento de más de 3.000 niños que padecen desnutrición aguda corre el riesgo de interrumpirse si no se distribuyen los suministros nutricionales. Según el Programa Mundial de Alimentos, en el enclave de Rafah -fronterizo con Egipto- no funcionan panaderías por la falta de combustible y “en Jan Yunis y Deir al Balah -donde ha huido cerca de un millón de personas- los problemas de salud pública superan los niveles de crisis”. El organismo solo distribuye diariamente comida caliente a 27.000 personas en Rafah, una cifra muy inferior a la necesaria. Los continuos bombardeos y las operaciones militares, sin atisbo de alivio en mitad de una propuesta de alto el fuego que el Gobierno israelí se muestra reacio a aceptar, complican aún más el porvenir.

Tampoco ayuda el cierre total de los cruces fronterizos a la ayuda humanitaria y la falta de capacidad interna para recibir y descargarla. “No son suficientes los envíos aéreos y cuestan mucho. No satisfacen la necesidad de la gente. Tampoco podemos confiar exclusivamente en las vías marítimas. Se tienen que abrir las vias terrestres”, apunta Theonymfi Diamanti, coordinadora de proyectos de emergencias de Acción contra el Hambre, también recién llegada de la Franja.

La guerra, con más de 36.000 muertos y la destrucción de más de la mitad de las viviendas de Gaza, amenaza con arrastrar al territorio hacia la declaración de hambruna. 1,2 millones de personas necesitan servicios vitales de intervención nutricional, entre ellos, 400.000 niños menores de cinco años. Organizaciones como Acción contra el Hambre están distribuyendo por primera vez en la Franja suplementos de micronutrientes para tratar de mitigar la situación de emergencia. “Las condiciones de vida han caído en picado, agravadas por la destrucción de sectores vitales para la vida y la economía, lo que se ha traducido en un marcado aumento de la pobreza y el desempleo. Además, el cierre del paso fronterizo de Rafah y la obstaculización de la entrada de ayuda humanitaria y combustible han afectado profundamente a la población civil”, asevera Basem Abu Jray, investigador del centro Al Mezan. “La escalada de los riesgos de hambruna supone una amenaza grave e inminente para la vida de nuestra población, en particular de los niños, los enfermos, los ancianos y las personas con discapacidad”.

La declaración de hambruna, "posible sino probable"

A juicio de Rafael de Prado, experto en hambre y conflicto de Acción contra el Hambre, en tiempo récord Gaza se ha convertido en un ejemplo paradigmático de cómo los conflictos son la principal causa de hambre en el mundo. “Existe un estrangulamiento total del mercado, lo que produce una inflación de precios. En harina el precio ha subido un 1000%. Los productores de alimentos están en la diana. Sufren de forma más directa la violencia. La degradación ambiental por las operaciones militares en Gaza ha destruido invernaderos y campos agrícolas. Los ganaderos se vieron obligados a vender sus animales porque no podían alimentarlos al inicio de la guerra; el acceso a la costa para la pesca está restringido y también el propio espacio físico para cocinar”, enumera.

El escenario de hambruna es “posible, sino probable”, advierte en un informe publicado este martes la Red de Sistemas de Alerta Temprana contra la Hambruna (FEWS NET, por sus siglas en inglés), una organización reconocida internacionalmente en materia de hambrunas que proporciona alerta temprana basada en pruebas. La primera evaluación técnica realizada por la organización internacional, marcada por la falta de acceso y la contienda, avanza que la gente está ya muriendo por causas relacionadas con el hambre en todo el territorio y que es probable que estas condiciones persistan al menos hasta julio si no se produce un cambio fundamental en la forma de distribuir la ayuda alimentaria.

“Los niños apenas pueden comer, mientras los camiones están parados a las afueras de Rafah”, denuncia Hanan Balkhy, directora regional para el Mediterráneo Oriental de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En medio de la desesperación, desliza, algunos residentes gazatíes se han visto obligados a beber agua de alcantarillas y comer pienso. “Debe declararse formalmente la hambruna en toda Gaza. Si Israel persiste en controlar y mantener cerrados el paso fronterizo de Rafah y los demás pasos, y si no se permite a los pacientes que necesitan atención médica urgente buscar tratamiento fuera de Gaza, las muertes de Fayez y Abdulqader servirán de sombrío preludio a muchas más víctimas”, pronostica Basem Abu Jray.