Las monjas clarisas del Monasterio de Santa Clara de Belorado se han atrincherado en el complejo religioso y han anunciado que se niegan a entregar las llaves para que el Arzobispado recupere el control del convento. Después de que ayer incluso la Guardia Civil tuviera que intervenir ante la negativa de las clarisas a atender a la delegación enviada por el Comisario Pontificio que pretendía acceder al interior para hablar con las religiosas. Hoy el 'falso cura' y miembro de la Pía Unión, José Ceacero ha confirmado que no entregarán las llaves del monasterio para impedir la "operación urbanística" de la que acusan al Obispado y anuncia una larga batalla legal por la propiedad de los tres monasterios en manos de las religiosas ya que "el derecho canónico no está por encima del derecho civil".

La delegación de la Iglesia que ayer se acercó hasta Belorado comunicó a las religiosas que tenían dos días para abandonar el Monasterio y entregar las llaves. Además, les entregó una notificación para convocarles en un plazo de diez días ante un tribunal eclasiástico para que ratifiquen o no su deseo de abandonar la Iglesia de Roma.

Wyer el propio Pablo De Rojas aseguró que no cumplirían el mandato de abandonar el Convento, negativa en la que hoy se han reafirmado. La delegación desplazada hasta Belorado, en la que se encontraba Sor Carmen Ruiz, secretaria de la Federación de Clarisas de Nuestra Señora de Aranzazu hizo entrega de una carta a cada una de las religiosas en presencia de un notario eclesiástico que levantó acta de la entrega y en la que se les insta a decidir sobre su pertenencia a la Iglesia ya que en caso de confirmar su deseo de situarse bajo la obediencia de la Pía Unión de De Rojas serán excolmulgadas.

Propiedad de tres monasterios

El falso cura José Ceacero ha asegurado ante los medios que a las religiosas se les está reclamando que entreguen las llaves del monasterio, los libros de cuentas y el sello del mismo "a lo que se han negado". Ha asegurado que se encuentran "tranquilas" y confiadas en el paso que han dado. Ha acusado al Obispado de Burgos de querer excomulgar a todas las religiosas para poder llevar a cabo la operación por la que retiraría la propiedad de los tres monasterios ahora en manos de las clarisas 'cismáticas'; el de Belorado, el monasterio de Derio y el de Orduña: "Para poder quedarse con los tres inmuebles necesitan disolver las entidades jurídicas y sólo pueden hacerlo si excomulgan a todas y pasan así a la entidad superior". El falso cura, mano derecha de De Rojas, ha apuntado que se iniciará un pleito que será "largo, no se va a resolver en dos días como pretenden ellos".

El 'falso obispo' De Rojas declaró al Grupo Vocento que el Arzobispado no puede tomar ninguna medida sobre ellas y que sólo secundarán las medidas adoptadas por un juez pero no las del arzobispo de Burgos, Mario Iceta. La comunicación entre el Arzobispado con las religiosas está bloqueada. Además, oficialmente el Obispado ha prohibido, vía burofax, la entrada y permanencia de De Rojas y de su colaborado, José Ceacero, en el monasterio, orden que han ignorado.

Incidente con la Guardia Civil

El incidente ocurrido ayer ha elevado la tensión entre ambas partes hasta el extremo de que fueron las propias religiosas las que avisaron a la Guardia Civil ante la presencia de la delegación que pretendía 'oficializar el desahucio' religioso. El arzobispado de Burgos, después de lo acontecido, constató públicamente la "nula intención" de la comunidad religiosa "de establecer cualquier diálogo con la persona designada por la Santa Sede y su equipo".

No obstante, añade la nota difundida ayer por el arzobispado, el Comisario Pontificio, denunciado por las monjas refractarias ante la Policía Nacional en Logroño, "mantiene su voluntad de tender puentes y de encontrar vías adecuadas para alcanzar una solución".

Fuentes del Arzobispado han indicado a los medios de comunicación que cada religiosa responde de sus actos, de ahí la importancia de que Iceta hable con cada una de ellas antes de firmar un decreto de excomunión que eleve a oficial algo que, de facto, ya es un hecho, pues con su comportamiento las religiosas se habrían autoexcomulgado, aseguran las fuentes.

Excomunión

Sin embargo, el Arzobispo desea darles la posibilidad de retractarse y solo cuando las religiosas se reafirmen en su decisión se firmaría el decreto de excomunión, que no se puede aplicar a un grupo completo, sino que es individual.

Las tensiones entre la Iglesia Católica y las religiosas se disparó después de que esta comunidad de Clarisas de Belorado anunciara su intención de abandonar la Iglesia Católica de Roma para unirse a la congregación preconciliar fundada por Pablo de Rojas, un 'falso obispo', en Bilbao en 2005. Las 15 religiosas que desde entonces permanecen fieles a la Pía Unión, -tan sólo una clarisa de edad avanzada optó por abandonar el convento-, se han reiterado en su intención de abandonar la Iglesia y no reconocer la autoridad de los papas posteriores al Concilio Vaticano II.