“El riesgo existe de forma permanente”. La ciberdelincuencia está en auge y la deslegitimación de las instituciones europeas es uno de los objetivos perseguidos por algunos regímenes. Para evitarlo, los estados miembros trabajan en las últimas horas del proceso electoral para proteger los votos de los más de 360 millones de europeos que eligen a sus representantes políticos en Bruselas. 

Los ciberataques tienen orígenes diversos, pero todos los expertos señalan hacia Rusia. “No todo viene de Rusia, pero sí la mayoría de injerencias”, apunta Beatriz Becerra, ex eurodiputada y doctora en Derecho, Gobierno y Políticas Públicas. De hecho, este jueves, cuando se inauguraron las votaciones con Países Bajos, las páginas web de al menos tres partidos fueron atacadas por grupos pro-Kremlin, que reivindicaron los ataques.

“Después del lanzamiento de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, actores extranjeros malignos, en particular la Rusia de Putin, han aumentado aún más sus operaciones de manipulación de información ya existentes en toda Europa y más allá. Estas operaciones son parte de un conjunto más amplio de ataques híbridos y ciberataques que Estados extranjeros, y en particular Rusia, despliegan contra nosotros y nuestros socios”, aseguraba el  Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, en un post.

Pese al riesgo prácticamente permanente, fuentes del Parlamento Europeo indican que las últimas 72 horas son especialmente delicadas. Hay equipos dedicados a vigilar cualquier tipo de ataques: “monitorizamos posibles disrupciones y tomamos las medidas necesarias para prevenir”, explican fuentes de la Eurocámara.

No obstante, “por la naturaleza de estas actividades” descartan explicar en qué consisten estas medidas que, en gran parte, dependen de los estados miembros, puesto que las votaciones se producen en los 27 países que conforman la Unión Europea. Pero el objetivo es común porque los ataques en un solo país pueden comprometer los resultados globales, como advierte la red de sistemas de información (NIS, por sus siglas en inglés) de la Comisión Europea.

“La disrupción de una red o de los sistemas de información de un solo país, o incluso la percepción de lo mismo, puede influir en el conteo de votos a nivel nacional y retrasar la notificación de los miembros del parlamento elegidos, lo que resulta en un problema para el correcto funcionamiento del Parlamento Europeo y su legitimidad democrática”, ponen como ejemplo en un informe sobre la ciberseguridad en los procesos electorales.

Para evitar estas situaciones, “existen procedimientos establecidos para el doble control del recuento de los votos, independientemente de cómo se emitan. También existen sistemas nacionales para notificar, comprobar y corregir posibles errores técnicos, ya que en todas las elecciones pueden producirse pequeñas irregularidades y errores humanos”, explican desde el Parlamento Europeo.

En España, es el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) quien vela por la seguridad de los comicios que se celebran este domingo. Para ello y ya desde el pasado mes de mayo ha estado prestando “especial atención a la detección y seguimiento de actividad maliciosa o potencialmente maliciosa, estableciendo una priorización y clasificación de riesgos digitales”. 

Más conciencia pero más ataques

Los esfuerzos han aumentado pero también lo han hecho los ciberataques. En una entrevista con AP, el responsable de la ciberseguridad europea, Juhan Lepassaar, afirmó que el “número de hackeos contra la infraestructura europea se ha doblado desde el último trimestre de 2023 y el primer trimestre de 2024”.

Con todo, Becerra asegura que la ciudadanía europea está “más concienciada”, como muestran los datos, según el Eurobarómetro, el 81% de los ciudadanos de la UE está de acuerdo en que las noticias o la información que tergiversan la realidad o son falsas son un problema para la democracia. No se trata solo de ciberataques, sino que los intentos de desinformar se detectan más rápido. Por ello considera que en esta campaña no ha habido ninguna acción significativa, “más allá de las falsedades de algunos políticos”, matiza.

Becerra cree que en otros procesos electorales, como en Estados Unidos o la India, los vídeos realizados con inteligencia artificial o las páginas clonadas que simulan ser una publicación relevante han tenido más protagonismo. “A nivel europeo ha habido una actitud de prevención, de que los países cuidan que esto no ocurra”, apunta.

Desde el Parlamento ponen en valor la “caja de herramientas específica para contrarrestar la manipulación de la información y la injerencia extranjeras, que incluye un conjunto de herramientas que van desde la concienciación sobre la situación y el desarrollo de la resiliencia hasta la legislación y la presión diplomática”.

Por qué debería importarnos

Aunque en materia de ciberdelincuencia y de desinformación los argumentos son grandilocuentes y hablan de la “legitimación democrática de las instituciones”, lo cierto es que la protección de la Unión Europea debería importar a todos sus ciudadanos. “La Unión Europea ha estado más presente que nunca en esta legislatura”, subraya la ex eurodiputada que pone como ejemplos la lucha contra la pandemia, las medidas para paliar el impacto de la invasión rusa de Ucrania o la aprobación del Mecanismo para la Recuperación y la Resiliencia.

“No es fácil trasladar el mensaje, pero una injerencia de este tipo pone en duda el suelo común para la convivencia”, concluye Becerra. “El acto de salir a votar es en sí mismo un paso importante en la defensa de nuestras democracias contra las potencias autoritarias e imperialistas. Si no lo decides tú mismo, otros lo harán por ti”, afirmaba Borrell.