Los tipos de interés están en niveles elevados. A pesar de que el Banco Central Europeo decidiese en la reunión de junio bajarlos, todavía están en el 4,25%. Esto provoca que pedir dinero prestado sea más caro. Y es que es una de las consecuencias que buscaba el organismo europeo para devolver la inflación al objetivo del 2%. De hecho, la política monetaria más restrictiva ya se está notando en las hipotecas, pero no en el crédito al consumo. Los españoles acumulan deuda de crédito al consumo a niveles de plena crisis financiera. 

Concretamente, el saldo vivo de este producto se situó en mayo en los 101.319 millones de euros, según los datos del Banco de España. Este saldo ya pasó por primera vez desde marzo de 2009 la barrera de los 100.000 millones de euros. Y este mes de mayo vuelve a estar por encima. El crédito al consumo ha crecido en 1.000 millones de euros en un mes y si se compara con mayo del año anterior, este saldo ha aumentado en 5.210 millones.

Los 101.319 millones de euros supone el saldo más alto desde febrero de 2009. Hace 15 años, los españoles tenían deuda de crédito al consumo por valor de 101.599 millones de euros. Estas cifras muestran que los hogares están tirando del crédito como lo hacían durante la crisis financiera. 

Desde enero este saldo ha aumentado en 2.568 millones de euros. El VI barómetro de préstamos al consumo de la asociación de usuarios financieros Asufin muestra que las familias españolas vuelven a acudir a los bancos para financiar sus gastos del día a día. De hecho, la necesidad de obtener liquidez es la principal razón por la que los españoles piden un préstamo al consumo, en el 24,5% de los casos. 

Sin embargo, este epígrafe baja, con relación al año pasado (27%), siendo el de la contratación de viajes y vacaciones el que más se anima de todos, pasando del 9,9% de 2023, al 12,2%, en estos momentos. “Este incremento no solo muestra un cambio de hábitos, también abre el debate sobre el crédito responsable y la utilización de otras fuentes económicas, como los ingresos recurrentes o el ahorro, para hacer frente a este tipo de partidas”, aseguran desde la asociación.

En lo que respecta al crédito que se pide para financiar un vehículo, se ven caídas desde junio de 2021, cuando la intención de los consumidores anotaba un 17,9%. Desde entonces, ha ido descendiendo hasta llegar al 14,9%, en estos momentos. Los altos precios de este mercado impactan negativamente, en un contexto de ayudas que se está demostrando insuficiente. El plan MOVES III, vigente hasta el 31 de diciembre de 2024, permite optar a una deducción fiscal de apenas el 15%, y sólo para vehículo eléctrico de uso particular, con un importe máximo de valor del vehículo de 20.000 euros.

El aumento de los créditos al consumo se debe, en gran medida, a la pérdida de poder adquisitivo y muchas familias no llegan a final de mes, por la inflación y por la subida del euríbor, que ha hecho que las hipotecas suban. Los expertos explican que estos créditos se utilizan para cubrir otros gastos. Y a esto se le añade que no es tan complicado conseguir préstamos al consumo, es decir, las condiciones no son tan restrictivas como con las hipotecas, porque la cuantía y los plazos son mucho menores. 

Muchos bancos están incentivando el crédito al consumo ante la caída en las hipotecas, en unos casos por el mayor riesgo de morosidad, en otros porque se aplaza la decisión de compra de vivienda por sus elevados precios y a la espera de que baje el euríbor. Sin embargo, son mucho más caros. 

Según el informe de Asufin, la TAE media de los préstamos a corto plazo se sitúa en el 10,80%. Solo cuatro bancos están por encima de esa media. CaixaBank ofrece un préstamo de 1 a 5 años con una TAE del 10,83%. Por su parte, la oferta de este producto de Banco Santander es del 13,01% TAE. Los dos bancos que más caros en este tipo de préstamos son Cofidis con una TAE del 13,47% y Abanca, cuyo préstamo personal a corto plazo tiene una TAE del 14,14%. Se pueden encontrar préstamos personales más baratas. Como es el caso de BBVA que los ofrece al 6,90% TAE.

En contraposición, el crédito total a las familias cayó un 1,3% en mayo —en unos 9.258 millones— respecto al mismo mes del 2023, hasta los 679.830 millones de euros. Detrás de esa evolución se encuentra el brusco parón del mercado hipotecario, con préstamos cada vez más caros por la subida del euríbor y unos bancos más exigentes en las condiciones para concederlos. En total, los préstamos para vivienda alcanzaron los 494.547 millones en abril, 10.033 millones menos que hace un año (-2%). Sin embargo, sí que se ve una leve recuperación mensual, ya que el saldo hipotecario ha aumentado en 277 millones de euros.