Carlos Alcaraz ha conseguido levantar su primera Copa de los Mosqueteros tras remontar de manera épica por 6-3/2-6/5-7/6-1/6-2 a Alexander Zverev en la final de Roland Garros en 4 horas y 19 minutos.

El genio de El Palmar se convierte en el tenista más joven de la historia en conquistar tres Grand Slam en tres superficies distintas: la pista dura del US Open, la hierba de Wimbledon y la tierra batida de Roland Garros.

Dos juegos bastaron para ver el ritmo y el nivel que podía alcanzar la final. Alcaraz se apuntó el break en el primer juego y Zverev respondió de la misma manera. El partido rompió nada más comenzar.

El conteo alcanzó el 2-2 a los 20 minutos, momento en el que Alcaraz volvió a golpear con una rotura en blanco al servicio del alemán. El rodillo murciano consolidó el break y apretó a Zverev hasta el precipicio del primer set, que terminó por caer del lado del español con una rotura más para Alcaraz. Derechazo cruzado y 6-3 en 42 minutos.

La sensación transmitida por Carlitos en el primer set fue de dominio y serenidad total. Su tercera final de Grand Slam no pesaba en el número 3 del mundo, que con una derecha tan sólida como efectiva consiguió consolidar la base de su primer Roland Garros.

El desenlace del set inicial no quebró a Zverev. Sasha, verdugo de Nadal en primera ronda, entró a la segunda manga como si no hubiera pasado nada y amenazó el servicio de Alcaraz hasta romperlo. El gigante alemán demostró por qué había alcanzado la final del grande parisino y encadenaba 12 victorias consecutivas en tierra y tomó el mando del partido.

Zverev continuó con su plan y no se tambaleó cuando más daño hizo Alcaraz, lo que le llevó a dar la vuelta a la final. Un break más para el alemán trasladó al marcador el cambio de inercia sobre la arcilla de París. La derecha y el saque que hacían daño ahora eran las de Zverev, que de esta manera empató el encuentro con un contundente 6-2 tras 1 hora y 35 minutos.

La misión de Alcaraz para reconducir la final a su favor en el tercer set era clara: subir el nivel. El murciano tenía que dar ese plus que le hizo derribar a Sinner y que sirvió a Zverev para equilibrar en la segunda manga. Las dos horas de partido se acercaban cuando el 'Vamos' de Alcaraz retumbó en la Philippe Chatrier. El grito manifestaba la tensión de la final con el 3-2 en el tercert set para el español, que fue capaz de sostenerse cuando Zverev exhibía su mejor tenis.

El momento era para Alcaraz. Después de contener las embestidas de Zverev, el murciano tenía la oportunidad para colocar el 5-2 con su servicio. El alemán tuvo hasta tres oportunidades de break; sin embargo, Alcaraz se aferró a la tierra más fuerte que su rival y consiguió sumar un juego trascendental.

La brega, el acierto y la calidad de Zverev le llevaron a recuperar la desventaja cuando todo parecía encarrilado para el español. Del 5-2 para Alcaraz al 5-6, break mediante, y con la intensidad de Zverev muy por encima de la de Alcaraz. El tercer set viró hacia los intereses del alemán, que no se inmutó cuando el partido no le sonreía y aprovechó para sumar cuando Alcaraz entró en barrena.

Una nueva idea trató de asistir a Alcaraz con Zverev a un punto de hacer el set. El murciano temporizó y cambió el ritmo para hacer dudar a Sasha. El intercambio de 'palos' resolvía la situación para el gigante alemán, que pese a sufrir con varios golpes de Alcaraz a distintas alturas supo cerrar con 7-5.

Alcaraz remonta a Zverev

Con 2 sets a 1 para Zverev, la cabeza -y más después de desperdiciar la ventaja- era más importante que nunca para el pupilo de Juan Carlos Ferrero. Alcaraz jugaba sin red. Una serie de errores como la que le entregó el segundo set a Zverev condenaba las aspiraciones del murciano en su primera final de Roland Garros.

El joven murciano, que ya cuenta con un palmarés envidiable y que juega como un veterano, sacó su parte más cerebral de cara a las cuarta manga. Carlitos empezó más calmado y la energía cambió de bando. Zverev aparentaba más nerviosismo, mientras, Alcaraz se ponía con 4-0. La recuperación de Alcaraz se convirtió en un vendaval. Carlitos hizo click, olvidó lo perdido en el segundo set y desestabilizó por completo a Zverev.

6-1 arrollador para Alcaraz, 3 horas y 25 minutos de juego y el desenlace deseado por todos los aficionados al tenis: quinto y definitivo set en la primera final en 20 años que no cuenta con Rafael Nadal, Roger Federer o Novak Djokovic.

Carlos Alcaraz ha vuelto a demostrar por qué es el líder de esa nueva generación ya más que asentada en la élite del tenis. El murciano ha conseguido volver a atrapar a toda España en sus casas en un domingo de final de Roland Garros, tal y como ha hecho en catorce ocasiones su ídolo, Nadal.

El temido quinto set ha sido un homenaje total al tenis. Zverev, que atraviesa uno de los mejores momentos de su carrera, se ha revuelto al mágico Roland Garros de Alcaraz y ha conseguido forzar el partido más allá de las 4 horas. El empuje y el nivel del alemán no han bastado para mitigar la braveza y la valentía de Alcaraz, que ha ido decidido a por la Copa de los Mosqueteros.

A lo grande, con dos break de ventaja y sin especular. Carlos Alcaraz ya es eterno en París. El murciano continúa con su carrera hacia la leyenda y cuenta con un legado antológico a sus 21 años.