El G7, reunido en Apulia bajo la tutela de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha llegado a un acuerdo "provisional" para conceder a Ucrania un préstamo de unos 46.000 millones de euros que se financiará con los intereses generados por los intereses generados por los activos del banco central ruso que se encuentran congelados en la Unión Europea (UE) y especialmente en Bélgica.

Los negociadores de los países ya han alcanzado el acuerdo, que ha de ser ratificado por los jefes de gobierno, según informa la agencia Efe. También confirma esta información el Financial Times, que cita a dos funcionarios cercanos a las conversaciones. No se prevé que ninguno de los miembros del G7 (Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, y Reino Unido) se oponga. El acuerdo final se anunciará este jueves en la sesión a la que asiste el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski.

La financiación se desembolsaría "a través de múltiples canales que dirijan los fondos a las necesidades militares, presupuestarias y de reconstrucción de Ucrania", según el comunicado al que ha accedido el FT.

Los activos rusos permanecerían inmovilizados hasta que Rusia pusiera fin a su guerra contra Ucrania y reembolse los daños causados. Ascienden a unos 280.000 millones de euros, según varias fuentes. El préstamo que se concede a Ucrania está avalado por los intereses de estos activos.

El Papa, invitado, como Milei

En la cumbre participan también la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y el presidente del Consejo Europe, Charles Michel. Los dos están de salida aunque es probable que Von der Leyen repita, tras la victoria de los populares, el grupo que la avala, en las elecciones europeas. Este viernes se espera al Papa Francisco y también está invitado el presidente argentino, Javier Milei.

Este acuerdo es una clara señal de que los líderes del G7 están decididos a mantener su ayuda a Kiev. La mayoría de los bienes congelados a Rusia se encuentran en suelo comunitario. Zelenski se ve con los dirigentes de las grandes economías occidentales un día después de que las fuerzas rusas hayan bombardeado un edificio en su localidad natal, Kryvyi Rih, donde murieron nueve personas.