Reconozco que tiene mucho de excusa: aprovechar la efeméride del lanzamiento de un disco que muchos consideran uno de los mejores de las últimas décadas para repasar una historia musical legendaria. La publicación de una obra maestra del pop titulada Viva la Vida bien merece unos minutos de nuestro acelerado y escaso tiempo.

Gracias a este himno producido por Brian Eno, en el que se cuenta la historia de un rey pierde su trono, pude conocer la que hoy es una de mis piezas instrumentales favoritas. Causalidad o no, la similitud es evidente, pero no por ello ambas canciones dejan de merecer atención. Disfruten de una ración extra de acordes mágicos gracias a este inciso a cargo de uno de los mejores guitarristas que ha tocado con los más grandes, Joe Satriani.

El tema que da nombre al álbum, lanzado hace hoy 16 años, tiene un componente legendario.

Escucho las campanas de Jerusalén sonando
Los coros de la caballería romana están cantando
Sé mi espejo, mi espada y escudo
Mis misioneros en un campo extranjero
Por alguna razón, no puedo explicar
Una vez te fuiste, nunca, nunca hubo una palabra honesta
Y eso fue cuando goberné el mundo

Un éxito profetizado

Como si se tratase de las Sagradas Escrituras, el éxito de Coldplay fue profetizado por el propio Chris Martin varios años antes.

Tal era el grado de confianza en su éxito que Chris Martin dejó claro en un reportaje para audiencias minoritarias que en cuatro años, desde el 26 de junio de 1998 hasta 2002, Coldplay, o como se llamara entonces, iba a ser mundialmente conocido. Y así fue. Justo en 2002 arrasaron con "Clocks".

¿Cuánto debe Chris y su grupo a ese llamativo conjunto de notas al piano en una sesión nocturna de grabación? ¿Cuántas bandas no tuvieron la inspiración suficiente como para grabar una ocurrencia como esa y ahora no son conocidas? En este universo no podremos saberlo nunca. El Grammy a la mejor Grabación del Año debió mucho a varios referentes obligados como Muse o Radiohead, pero con un punto grandilocuente y a la vez cercano que la figura de Mr. Martin sabe imprimir a todo lo que toca.

Quizá se dejan oír más claras esas influencias en el verdadero primer éxito de este proyecto en aquel ya lejano año 2000: "Yellow".

Ya apuntaba maneras. Capaz de narrar un incidente histórico como la pérdida del gobierno del mundo, también sus melodías son capaces de acompañar en el dolor más intenso. Oigamos el órgano del padre de Gwyneth Paltrow subirse a los acordes de Coldplay en "Fix You".

Su suegro acababa de morir, y esta fue su forma gloriosa, cómo no, de consolar a su esposa, la conocida actriz. Efectivamente, el Hammond que poseía Bruce Paltrow aparece clarísimo en este homenaje. Un detalle de entre muchos que hacen grande a Chris. Y un ejemplo perfecto de los motivos por los que la música sigue viva, sobre todo en su caso.

La gira de nunca acabar

Siguen de gira repartiendo su Music of the Spheres, que ya pasó por Barcelona, por el mundo. Hace unos días, en Atenas, más de 50.000 personas vivieron un concierto capturado, claro, por miles de móviles, en el que el genio se siente tan arropado por la multitud que casi se diría que es su zona de confort.

Lanzando mensajes claros al planeta, como el de reducir su huella de carbono en un 59% con respecto a su gira anterior, es un fenómeno que consigue que sus fechas no dejen de ampliarse.

Pero tiene truco.

Musicalmente hablando, el sonido Coldplay es conocido por usar progresiones de acordes simples y efectivas. Si es un truco, que lo es, no le quita magia al resultado. Son temas fáciles de recordar y tocar. Pero no se quedan ahí. La profundidad de pronto llega en forma de acordes suspendidos y sostenidos. Sus transiciones, suaves y fluidas, saben utilizar el piano y la guitarra. Nunca aburren por mucho que se repitan, por su textura musical rica y dinámica. Armónica y melódicamente, siempre hay un elemento sorpresa. Eso es frescura.

Es una de las pocas veces en las que el truco no quita ni un ápice de magia. La muestra de que se produce sin trampa ni cartón la podemos ver con frecuencia en redes sociales, o en su concierto para el Tiny Desk Concert, el popular formato acústico de la NPR, la radio pública norteamericana. Poco antes de tener que encerrarnos, en 2020. Tras varios minutos de introducción gospel, se lanzó el artista con el tema que se publicó tal día como hoy en 2008. Un título que merece recordar: "Viva la vida".