Imagine que un día gélido de invierno, con las calefacciones de millones de hogares a pleno rendimiento y con la industria demandando una gran cantidad de energía, está viendo una serie o un partido de fútbol y la pantalla se queda en negro. No hay luz y tan solo puede tirar de la linterna de su teléfono móvil (si es que le queda algo de batería tras haber estado horas delante de la pantallita). Se asoma a la ventana y solo ve oscuridad. Sus vecinos, bares y otros establecimientos que permanezcan abiertos sufren la misma situación. Un gran apagón se ha producido en España.

¿Podría suceder? Podría. Hace pocas semanas nuestro sistema eléctrico vivió una gran crisis y solo el mecanismo de salvaguarda que diseñó el Gobierno junto a Red Eléctrica salvó de que los hogares se vieran en la situación anteriormente relatada. Los estudios para los próximos meses vaticinan varios momentos delicados que podrían poner en jaque la seguridad eléctrica.

Para poner en contexto lo que puede venir, primero hay que conocer lo que ocurrió el pasado mayo. El pasado 27 de mayo, Red Eléctrica tuvo que hacer una llamada de urgencia a la gran industria para que hiciera un parón ya que la demanda era superior a la esperada.

El gestor eléctrico tomó la decisión desconectar al filo de las nueve y cuarto de la noche a la gran industria durante tres horas para evitar que en las casas nos quedáramos completamente sin luz. Hora punta en los hogares. Las instituciones activaron el llamado Sistema de Respuesta Activa de la Demanda para poder garantizar el suministro eléctrico a nuestras casas y a pequeños negocios; no así a los grandes consumidores, a la industria, a las fábricas que es de donde sale esa energía.

El protocolo es un mecanismo creado, precisamente, para evitar el colapso eléctrico y evitar apagones. Por eso, la rápida actuación de Red Eléctrica y del Ministerio de Transición Energética fue clave para evitar males mayores. Durante 2023, el SRAD se utilizó en dos ocasiones a principios del mes de septiembre y esta es la primera vez que se pone en funcionamiento durante 2024.

Ese día, se produjo una fuerte caída de la oferta de la energía eólica de unos 1.800 MW y una falta de reserva hidráulica. Además, coincidió con el parón de dos centrales nucleares que permanecían fuera del sistema por la fuerte caída de precios en el mercado mayorista de electricidad. Este combinado hizo saltar las alarmas y ponerse a trabajar de inmediato.

Mirando a noviembre

Pero si en mayo el sistema eléctrico ya nos dio un aviso, el próximo invierno podría venir acompañado de situaciones parecidas a las vividas recientemente. En concreto, Red Eléctrica y el sector pone la lupa en noviembre. Según las estimaciones del gestor, la oferta energética no podría ser suficiente para cumplir con la demanda y tener serios problemas de abastecimiento.
Carlos Martín, cofundador de Enerjoin y responsable de operaciones de la misma empresa, subraya que los mayores riesgos “de margen de cobertura se centran en noviembre” ante un cúmulo de sucesiones que podrían activar el mecanismo de urgencia, tal y como ocurrió el pasado mayo.

En noviembre hay programadas dos paradas técnicas de dos centrales nucleares para acometer una recarga nuclear

En concreto, según apunta el experto, para el mes de noviembre “hay programadas dos paradas técnicas de dos centrales nucleares para acometer una recarga nuclear”. Cabe recordar, que de acuerdo a las cifras del Ministerio de Transición Energética, el peso que tiene este tipo de tecnología es de un 20% del conjunto en la generación de electricidad.

El siguiente factor que recalca el experto es la caída de la generación solar. Martín cuenta en conversación con este periódico que, tradicionalmente, “noviembre es el peor mes de generación solar”. A su vez, también apunta a que en los meses de invierno hay que contar con una “menor generación eólica”.

Por último, como posibles causas de un posible déficit de electricidad en España Carlos Martín explica que Francia, uno de los países interconectados con España y con los que más energía se intercambia, tiene programada una reestructuración en sus centrales nucleares por lo que podría haber menos energía enviada hasta nuestro sistema.

¿Cómo se puede preparar España?

Si bien se prevén momentos de tensión, fuentes de Red Eléctrica explican a este periódico que “el sistema se está preparando para estos momentos puntuales de tensión” y garantiza el suministro energético. Las mismas voces ponen en relieve el plan que ya se activó en mayo y en otros momentos en los que la demanda eléctrica puede ser superior a la oferta.

Carlos Martín también pone en alza que “España cuente con un plan” para que no se produzcan apagones y remarca que “es una buena señal que la activación del mecanismo se activara” sin tener consecuencias peores.

Fuentes del sector eléctrico revelan que es previsible que semanas antes de que se produzcan los momentos de tensión en el sistema eléctrico, Red Eléctrica convocará a todas las tecnologías disponibles para aumentar la oferta, entre ellas la de los ciclos combinados, en la que su principal fuente de energía es el gas.

Existe un grado alto de imprevisibilidad y se atisban períodos de falta de oferta para tener garantizada con normalidad la electricidad

“Aún quedan meses para que suceda, pero existe un grado alto de imprevisibilidad y se atisban períodos de falta de oferta para tener garantizada con normalidad la electricidad”, apuntan fuentes del sector. De hecho, de acuerdo a los datos a los que ha tenido acceso este periódico, la probabilidad de que se produzca una mayor demanda frente a la oferta es del 95%.

Riesgos en el futuro

Más allá de noviembre, cabe preguntarse si España está preparada para el futuro. Lo cierto es que, como apuntan las fuentes consultadas, “existe un riesgo significativo” de apagones hasta 2030, a pesar de que nuestro país se ha puesto las pilas en la implementación de tecnologías renovables. Uno de los mayores retos que tiene el sistema es dar cobertura a los 9.000 MW de los ciclos combinados, que están previstos que se evaporen por la falta de rentabilidad y el ritmo insuficiente para almacenar la energía.

Red Eléctrica realizó un Análisis de Cobertura del Sistema Eléctrico Peninsular, destacando la precariedad si se desmantelan las plantas de gas. La situación podría empeorar a partir de 2027 si no se cumple el ritmo de implementación de almacenamiento, coincidiendo con el inicio del desmantelamiento nuclear.

Además del informe del gestor español, el organismo europeo de transportistas eléctricos (ENTSO-E) alertó de la necesidad que tiene nuestro sistema para diseñar nuevos protocolos que garanticen y estabilicen el buen funcionamiento de la red eléctrica española.