La imagen de un niño sosteniendo un rifle de juguete y apuntando a una persona disfrazada de guardia civil en Oñate, Guipúzcua, no es una anécdota. Los agentes que en la actualidad prestan servicio en el norte sienten el hostigamiento que padecerien sus compañeros en el pasado: "Ya no te pegan el tiro en la nuca, pero tienes que seguir teniendo cuidado", señala una fuente destinada en la frontera con Francia.

El de Oñate es el primero de los muchos festejos veraniegos que en el País Vasco y en Navarra aprovecha la izquierda abertzale para propagar campañas contra la Guardia Civil. El objetivo último es la expulsión del Instituto Armado del territorio. "Si estás en una ciudad grande no lo pasas tan mal, pero si es en un pueblo pequeño te pueden hacer la vida imposible".

Algunos de los pueblos que más se repiten como los más hostiles son el propio Oñate, Ordicia o Rentería. "En esos pueblos no tienes más opción que vivir en el cuartel. Nadie te alquila una casa por tu trabajo. En sitios más grandes igual sí, pero no es aconsejable decir a tus vecinos a qué te dedicas". Colgar el uniforme en el balcón para que se seque es algo que ni siquiera contempla.

"Soy vasca de la ETA"

Alfonso, nombre ficticio para referirnos a este guardia tardó años en confesarse con un buen amigo suyo. "Me dijo que jamás lo hubiese pensado, que no tenía pinta". En una ocasión defendió la bandera de España, dijo que no le molestaba. "Yo soy vasca de las de la ETA", le respondió una mujer mirándole a los ojos.

La mayoría tienen que desplazarse para comprar en grandes superficies. "En los comercios de barrio puedes tener encontronazos. Hay muchos a los que directamente no vamos, porque ni nos atienden". Lo mismo en los bares, donde ir a celebrar los goles de la Selección es algo complicado según en qué pueblo. "A los amigos les decimos, cuando vienen, que no hablen de mi trabajo, ni del capitán ni nada".

La presión no la sufren sólo los agentes. Las familias también son señaladas. Las parejas "es mejor que no digan a qué nos dedicamos". En ocasiones sufren mobbing, el silencio de los compañeros y la retirada de la mirada. Pero también los hijos, muchas veces de la misma edad que el chiquillo que empuñaba un rifle de plástico en Oñate.

Alfonso asegura que están casi obligados a llevarlos a colegios privados o concertados, a unos 500 euros al mes. Él tiene un hijo y está esperando otro. "Cuando saben que somos agentes empiezan a presionar a su entorno, a sus amigos, para que no se junten con ellos". Llevarlos a una ikastola es un oxímoron.

Oñate, a la Fiscalía

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha presentado ante la Fiscalía General del Estado una denuncia por el vídeo de Oñate dentro de la jornada 'Fan hemendik'. Para AUGC los hechos suponen "la utilización inadecuada de un menor que atenta contra sus derechos fundamentales y promueven el odio hacia la Guardia Civil".

La decisión de AUGC se tomó 24 horas después de pedir explicaciones al Ministerio del Interior sobre por qué no se había dado orden desde los servicios jurídicos del Estado a la Fiscalía para investigar estos hechos.

En su denuncia, la asociación profesional exige que se pidan responsabilidades a los autores de la captación y difusión de las imágenes en las que aparecía el menor simulando disparar a un muñeco que reproducía la imagen de la Guardia Civil. A su juicio, resulta "intolerable" que este tipo de reivindicaciones "motivadas desde el rencor, el rechazo y el odio contra los profesionales sus familias y la Institución "no estén prohibidas".

"El fin es crear un clima amenazador y desagradable hacia los agentes que están allí destinados velando por la seguridad de la ciudadanía y el cumplimiento de las leyes", ha censurado, al tiempo que ha subrayado que el Gobierno central "debería prohibirlas".

Denuncia Covite

Otras organizaciones como Covite también han denunciado el vídeo del niño en Oñate disparando al cabezudo que porta la vestimenta de la guardia civil. "Como siempre, los más pequeños fueron protagonistas en estos actos de exaltación del terrorismo y propagación del odio contra la Guardia Civil y demás FCSE", han indicado.

Según Covite, dentro de la misma jornada se desplegó en Oñate una pancarta exaltando a la etarra Susana Arregui, de la que recuerdan que es una terrorista fallecida y responsable del asesinato de varios guardias civiles, mientras gritaban que "el pueblo no perdonará" y sonaba la canción 'El luchador a la calle', dedicada a exaltar a los etarras.

Además, días antes de la manifestación y dentro de la campaña 'Alde hemendik', hicieron una charla en la casa de Cultura de Oñate contra la Guardia Civil. "Así utilizan las instituciones públicas: para difundir su discurso radical", se ha quejado Covite, que apunta que "todos los actos contaron con el apoyo de Sortu".