José Luis Rodríguez Zapatero se ha convertido en un habitual del régimen marroquí. El ex presidente español, firme defensor del plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental, ha pasado unos días en la ciudad costera de Essaouira invitado por las autoridades locales. Se le ha visto disfrutar de un festival de música y folklore local y de la noche local en un restaurante en compañía del actual embajador de España en Marruecos, vinculado al PSOE andaluz.

“La paz es la tarea más importante que la humanidad tiene por delante, la que ha tenido en la historia. La paz es el diálogo, el respeto, la cercanía. Eso es Marruecos y España”, proclamó este fin de semana Zapatero en declaraciones a la prensa oficialista marroquí. El socialista español, que desde hace algún tiempo ejerce una creciente influencia sobre Pedro Sánchez y es un asiduo agitador en los mítines del PSOE, ha participado en los últimos días en el Foro de Derechos Humanos, organizado en el marco del Festival Gnaoua y Músicas del Mundo y celebrado en Essaouira, una ciudad de la costa atlántica marroquí y un destino vacacional para los amantes del surfing o el kitesurfing.

Zapatero en el foro de Essaouira.

Sin mención a la represión en Marruecos

En las imágenes difundidas por la prensa local y en las redes sociales, Zapatero acompaña con palmas el ritmo de una banda de música callejera. El socialista ha pasado los últimos días en la ciudad tras ser la estrella invitada del foro sobre derechos humanos en un país que, según el último informe anual de Amnistía Internacional, ha recrudecido la represión contra intelectuales, periodistas o activistas de derechos humanos además de mantener las violaciones de derechos humanos en el Sáhara Occidental con ataques y hostigamientos continuos a los activistas saharauis. Desde octubre, Marruecos ha reprimido las manifestaciones populares exigiendo el fin de la normalización on Israel.

Una realidad que ha ignorado Zapatero para convertirse en un embajador de la monarquía alauí. Junto a un retrato de Mohamed VI, en un fin de semana marcada por la muerte de la madre del rey, el ex presidente inauguró un foro auspiciado por el Consejo de la Comunidad Marroquí en el Extranjero (CCME) bajo el tema de "Marruecos, España, Portugal: una historia con futuro", aprovechando el Mundial de fútbol que los tres países albergarán en 2030. A la conferencia también en representación de España han acudido las escritoras Muriel Nieves y Laila Karrouch, el novelista Mohamed el Merabet, los profesores Gonzalo Fernández Parrilla e Ivan Martín, la ilustradora Nadia Hafid y el sindicalista Mohammed Anouar Haidour, de Comisiones Obreras.

“España, Portugal y Marruecos van a organizar un gran campeonato Mundial de Fútbol, que ojalá sea el campeonato Mundial de Fútbol por la paz. Cuando la paz se impone, cuando el diálogo entre pueblos y culturas avanza, cuando nos respetamos, cuando nos conocemos, cuando apreciamos otras culturas, otras lenguas, otras historias, el mundo es más grande, más amplio y los ciudadanos y las ciudadanas del mundo podemos ser más felices”, preconizó Zapatero sin mención alguna al respeto a los derechos humanos y la democracia que separa a los gobiernos de ambas orillas.

"Canto al diálogo y el amor"

Zapatero en un restaurante de Essaouira junto al embajador español en Marruecos.

“Este festival es un canto a la felicidad desde el diálogo y el amor, desde el arte y la cultura, es decir, la inteligencia. Porque la inteligencia es lo que nos hace ser cercanos, cultos y permitirnos convivir felizmente. Vivimos un gran momento en la relación de España y Marruecos. Es verdad que hay una gran relación comercial, económica, pero hay algo más importante, más importante, el respeto y el aprecio. El que descubramos cada día que no se entiende la historia de España sin Marruecos y sin el mundo árabe”, agregó Zapatero, que junto al ex ministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos defiende con vehemencia el giro histórico de España en el litigio del Sáhara Occidental, la ex colonia española ocupada ilegalmente por Marruecos desde 1976 y, según la ONU, pendiente de descolonizar y de la celebración de un referéndum de autodeterminación.

“La historia de Marruecos tampoco se entiende sin España. Hemos dejado huellas recíprocas que nos hacen vivir con una amplitud de miras. Y, por tanto, yo creo que hay que felicitar a los dos gobiernos, porque hoy haya una relación tan positiva y que eso sea un legado que perdure y que perdure, y que sea un ejemplo para Europa y la relación con África”, agregó Zapatero a propósito de ese cambio de posición que provocó una crisis diplomática con Argelia, que aún perdura. “Para que ese Marruecos que mira a esa África con tantos problemas, dificultades, sufrimientos, sea también una preocupación de Europa con más intensidad y de España. He estado ayer viendo conciertos y me ha encantado”, deslizó.

Zapatero en Essaouira.

Cena con el embajador español, vinculado al PSOE andaluz

Zapatero disfrutó de la gastronomía local en el restaurante Dar Baba de Esauira. Entre su acompañantes, el embajador de España en Marruecos, el diplomático Enrique Ojeda, vinculado con el PSOE andaluz. De hecho, además de cargos en la Junta de Andalucía, fue director general de Cooperación Autonómica en el Ministerio de Política Territorial y Administración Pública entre abril de 2009 y 2011, en la última etapa de Zapatero en Moncloa.

En su hoja de servicios, figura haber dirigido durante cinco años la Fundación Tres Culturas, una institución con sede en Sevilla -ocupa el pabellón de Marruecos en la Exposición Universal de 1992- en la que el régimen marroquí tiene un enorme peso en su calidad de cofundador y financiador.

“Tengo que regresar a España porque tengo viajes, como casi siempre. Pero bueno, a Marruecos vengo cada poco porque como Marruecos tan hospitalaria y a mí me trata muy bien Marruecos, pues lógicamente me debo a ese abrazo permanente con esta gran nación”, manifestó Zapatero, rendido a la alfombra roja que le dispensa el régimen alauí.