La ciudad de Pamplona es conocida en todo el mundo gracias a las fiestas de los Sanfermines. Miles de personas acuden cada año para vivir el riesgo y la emoción de sus populares encierros, inmortalizados para siempre por Ernest Hemingway en su novela Fiesta.

Unos festejos que tienen, año a año, al 'Pobre de mí' como su gran cántico, y del que ha evolucionado con el paso de los años. El mismo, junto al 'Uno de enero...' es una de las varias composiciones que están impresas en el carácter popular de la celebración.

Para el caso de los Sanfermines (o las Fiestas de San Fermín, del 6 al 14 de julio) es que, durante nueve días, vestidos con traje blanco y el típico pañuelo rojo, pamploneses y visitantes se dejan llevar por el espíritu festivo que invade las calles de forma constante.

Una de las principales características de esta fiesta es la juerga ininterrumpida durante esos nueve días que dura la celebración, desde la mañana hasta la noche, la fiesta no se detiene, puedes encontrar momentos de diversión y fiesta en cualquier momento y lugar de la ciudad.

Hechas para que todo el mundo las disfrute, cualquier persona se puede personar, desde los más jóvenes hasta los más mayores.

El espíritu eminentemente lúdico y popular de la celebración hace que las charangas, bandas, gaiteros y txistularis sean los que, en muchos momentos, marquen los tiempos indicando cuándo empieza la fiesta, los momentos previos al encierro o cuándo hay que despedirse hasta el año que viene.

El 'Pobre de mí', un cántico que se entona en Pamplona el último día de los Sanfermines

Así, cada año entonan el famoso 'Pobre de mí'. Se hace el último día, el 14 de julio, el día más triste de las fiestas (y para algunos de todo el año).

La despedida, el adiós a 9 intensos días de blanco y rojo, que a ratos se hacen demasiado largos, pero que son, para muchos, lo mejor del año.

La fiesta se apaga, Pamplona entona el 'Pobre de mí', se vacía y recupera la tranquilidad. Ahora bien; ¿de qué habla esta conocida canción y cuál es el origen de la misma?

Fruto del pueblo, su origen se estima en los años 20'

La Plaza del Ayuntamiento acoge a todos aquellos que se quieren despedir de la fiesta el 14 de julio a medianoche. Alzando su pañuelo y con velas en la mano, los asistentes se despiden de la tradición hasta el año que viene. Una iniciativa espontánea que nació también del pueblo y que se institucionalizó en 1968.

Centrándonos en el origen de la canción, este tampoco es exacto. Probablemente sea la musicalización de una queja, de que ya se terminan las fiestas de San Fermín, pero no tiene una autoría concreta.

Muchos achacan la tradición a un tal Julián Valencia, un pintor pamplonés. Al parecer, allá por los años 20', él y su cuadrilla de amigos tuvieron la idea de, el último día, salir en una especie de procesión de dolores. Portaban velas y, supuestamente, entonaban una canción ligeramente distinta a la actual: "Pobre de mí, pobre de mí, que se han pasado las fiestas sin divertir",

Y es que, hasta el momento, sus tres melodías - 'Uno de enero...', 'A San Fermín pedimos' y 'Pobre de mí'-, son difíciles de atribuir, y son fruto del pueblo. Los expertos musicólogos explican que, en algún momento, a alguien se le ocurrió poner una letra a una sintonía que ya circulaba y se han quedado tal cual".

Versa la alegría de las fiestas, pero con la tristeza de que se acaban las celebraciones

De la misma forma, y si bien se empezó a popularizar en la década de los años 60', el cántico final de las Fiestas de San Fermín ha ido evolucionando con el paso de los años hasta convertirse en uno de los himnos más populares de las fiestas.

Por su parte, y aunque la última parte ha sido modificada por el característico: "que se han acabado las fiestas de San Fermín", su esencia perdura hasta hoy en día. 'Pobre de mí' siempre ha versado sobre la alegría de celebrar el festejo, pero también de la pena de que se acabe.

Letra

Pobre de mí,

pobre de mí,

que se han acabado las fiestas de San Fermín.